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Agtech peruano se acelera para atender las demandas por productos ecológicos y sanos
Miércoles, Enero 27, 2021 - 15:36

La pandemia de la Covid-19 impulsó la tendencia de consumir productos beneficiosos para la salud y amigables al medio ambiente, pero, según Bioactiva, Perú todavía enfrenta desafíos para desarrollar innovaciones científicas e invertir en mejores prácticas agrícolas.

Entre las industrias que han sido afectadas durante la pandemia – las construcciones paralizadas, tiendas de retail cerradas, turismo completamente suspendido – una se ha visto inamovible: el sector agropecuario y alimentos. Al contrario, según Alessandra Quiñonez, gerente general de la red de innovación científica agropecuaria de Perú Bioactiva, los países con alta biodiversidad han sido favorecidos por la crisis, por la mayor demanda de productos funcionales que sean beneficiosos para la salud y sean producidos de forma natural. 

Según AgFunder research, desde 2013 hubo un salto de 370% en la inversión en startups de tecnología agraria, alcanzando US$ 4.700 millones en 2019 entre 695 tratos de startups con 940 accionistas únicos. Entre los verticales más demandado por los inversionistas se encuentran biotecnología en agro, sistemas de cultivo innovadores y softwares de administración agrícola, detección e IoT (internet de las cosas).

A diferencia de una solución digital o comercial, Quiñonez admite que un desarrollo de innovación científica, como en biotecnología, Agtech o Foodtech, es más lento y complejo. El desafío es buscar una solución que se adecúe a la situación específica de la situación específica de un suelo agrícola o una especie única del país, algo que no es universal como lo podría ser una solución, por ejemplo, bancario o de retail. Además, las regulaciones en el campo de la alimentación son rígidas y aún más si es para el consumo humano. Además, el proceso de desarrollo es más lento y costoso. 

No obstante, la bióloga afirma que existen tecnologías alrededor del mundo que podrían adaptarse y apoyar la agricultura de precisión. Además, “el impacto que puedes generar con este tipo de desarrollo no es solamente económico, sino social y ambiental”, dice. “Hablar de biotecnología puede ser cosa de muy largo aliento, pero el impacto en la seguridad alimentaria, ambiente y recuperación de los suelos es abismal. Es hacia donde apuntan las compañías para ser sostenibles, pero también el mundo para ser sostenible”, agrega.

“En el ramo de avances en tecnología de agricultura, los materiales y el consumo menor en agua son un foco claro para la realización de los mismos”, dice Rosalina Villanueva, experta en futuro para WGSN, la compañía de pronóstico de tendencias, al ser consultada por AméricaEconomía. “La preocupación en tanto a la marca de carbono constituye también un elemento importante en el ramo tradicional de agricultura, haciendo que la agricultura regenerativa gane en terreno sustentable, pues mucho cambio de adaptación innovadora puede resultar en mejores prácticas para empresas gigantes”, agrega. 

PROYECTOS PERUANOS

En la búsqueda de estas soluciones, Alessandra Quiñonez destaca la necesidad de generar ecosistemas, como el de Bioactiva – que fue generada a través de una alianza empresa-universidad, con la participación de la Pontificia Universidad del Perú y la Cayetano Heredia – donde se crean espacios de conexión entre los diferentes actores de una industria y compartan conocimientos. Bioactiva cuenta con un portafolio de 75% de éxito en el de desarrollo de propuesta de innovación que ha conseguido apalancar financiamiento público o privado. 

“Esta experiencia del sector de la academia, cuyo valuarte de investigación es muy altamente reconocida, con la experiencia de negocio que tienen las empresas socias nuestras, permite que la mayoría de proyectos tengan versatilidad”, dice Quiñonez. “Esta dualidad nos permite entender qué está sucediendo, proponer iniciativas que tengan un impacto positivo, acercarnos al sector público y tener éxito”, agrega.

Entre los proyectos que lidera Bioactiva se encuentra el “Challenge La Portada”, el programa de innovación abierta de La Portada , el fundo de producción de vid y cítricos del grupo La Calera de Perú. El objetivo es buscar soluciones a los desafíos de baja calidad de suelos que originan ataques de plagas. 

Una gran cantidad de fundos de la costa peruana, tal como La Portada, cuenta con suelos arenosos, lo que implica que el agua y nutrientes no son retenidos y requieren una fertilización química. De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego del Perú, se estima que al menos el 40% de los suelos agrícolas están afectados por procesos de salinización y mal drenaje. Ante esta situación, se necesita identificar productos/tecnologías que aumenten la retención y disponibilidad de nutrientes, se optimicen una producción de calidad, así como los costos, y se disminuya el impacto potencial del ambiente.

El challenge es patrocinado también por Innóvate Perú del Ministerio de la Producción. “La agencia ha dado el visto bueno porque el dolor que tiene La Portada es un dolor que tienen muchas empresas agroindustriales y el país necesita incorporar procesos de agricultura regenerativa y disminuir la cantidad de fertilizantes químicos porque están restringiendo potenciales mercados”, dice Quiñonez, quien está encargada de coordinar el evento. 

La convocatoria ofrece a dos proyectos ganadores la oportunidad de acceder a financiamiento de más de S$ 1,5 millones (aproximadamente US$ 300.000), como también a la validación tecnológica de la solución, empaquetamiento de las innovaciones, apoyo para impulsar su desarrollo, conexión con una amplia red de contactos en la industria agrícola de agroexportación, así como con potenciales aliados o clientes.

El proyecto se activó hace casi un año y La Portada, junto a Bioactiva, realizó una serie de estudios para detectar el problema y entender cuál es la mejor manera de buscar las soluciones. “Abrieron este Challenge ya que entendieron cuál era su punto de dolor, dónde están sus oportunidades para innovar y entendieron que no debían hacerlo solo porque fabricar fertilizantes no era su negocio central, sino producir uvas y cítricos”, dice Quiñonez. De esta manera, la compañía ha convocado empresas internacionales, nacionales, emprendedores e investigadores universitarios y han recibido alrededor de 27 postulaciones.

Además de este Challenge, Quiñonez destaca el desarrollo de productos tipo papillas desarrolladas para combatir la anemia - uno de los desafíos sanitarios más grandes en Perú antes de la Covid-19 - que son, además, aceptadas desde el plano sociocultural. El proyecto ha dado resultados promisorios y la bióloga espera que el producto salga a la venta en los próximos meses.

INVERSIÓN PÚBLICA

La pandemia obligó a los países a cerrar sus fronteras y, así, acelerar sus procesos de aseguración de alimentación a nivel nacional, incluyendo sistemas de logísticas y tecnologías que permitan, por ejemplo, mantener los alimentos por mayor período. Según Quiñonez, los países de América Latina han reconocido la importancia de la investigación, desarrollo e innovación para poder alcanzar sus metas y existen inversiones – tales como lo hace Innóvate Perú – para fomentar la innovación científica y tecnológica de sus países. 

“Podría atreverme a decir que lo desarrollado en este Challenge no será una tecnología que La Portada se la quede para sí mismo porque, en el caso de las exportaciones a nivel industrial peruano, necesitas que todos los actores de la industria estén alineados porque a nosotros no nos ven como compañía individual, sino como país”, dice la bióloga. “Entonces, mientras yo pueda generar una mejora competitiva del sector vid o del sector cítrico en el país, lo voy a compartir para que nos vean como un bloque competente para la exportación”, agrega. 

Pese a los beneficios que significa invertir en I+D+i, especialmente en el sector agrícola y alimentaria, todavía el presupuesto en el desarrollo científico y tecnológico es muy bajo. En 2016 a 2020, el presupuesto en Perú para las ciencias solo ha aumentado de 0,08 a 0,013% del producto interno bruto (PIB), mientras que países como Israel, Estados Unidos y Brasil destina el 4,54%, 2,7% y 1,26%, respectivamente.

Por otra parte, Alessandra Quiñonez comenta sobre la alta tasa de startups que no sobreviven al valle de la muerte en el Perú, sobre todas aquellas que no logran posicionarse rápidamente en el mercado. Y, complementado a que en el país y en la región todavía es débil en el desarrollo de conocimiento científico y técnico, como también en la transferencia tecnológica, la tasa de escalamiento de los emprendimientos es aún menor.

“En el mundo de la innovación hay una tendencia a levantar la mayor cantidad de capital e internacionalizarse, lo que lleva a que aprovechemos muy poco la alta biodiversidad de Perú o dejar de lado emprendimientos sociales o sostenibles”, dice Quiñonez. “Pero estos son emprendimientos que tienen un potencial de escalamiento importante y el poder de desarrollar iniciativas locales bajo aprovechamiento de recursos locales. Al final de cuentas, en un escenario como el de ahora, como el de la Covid-19, la agricultura y tecnología relacionada a esta va a continuar siendo relevante porque la gente tiene que comer”, agrega.

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Autores

Sol Park