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Gabriela Ruggeri, CEO de Kamay Ventures: “Latinoamérica no va a ser un Silicon Valley”
Jueves, Enero 2, 2020 - 13:18

La economista de la Universidad Católica Argentina es una de las voces más respetadas en la región sobre inversión temprana. Tras seis años en DMGT International, como directora de Desarrollo de Negocios para América Latina, hoy asesora a diferentes fondos de inversión, y desde ahí, analiza el 2019 en materia de conflictos sociales, transparencia y la llegada de fondos internacionales a América Latina.

Por Cristian Aránguiz
 
-Este 2019 ha sido particularmente noticioso por las crisis sociales que han afectado a América Latina. ¿Eso ha afectado el interés por invertir y emprender en la región?
-Creo que se vive un momento en la región bastante particular si hablamos de emprendimiento. Porque con la crisis económica que vive la Argentina hoy, e incluso tomamos en cuenta los diferentes conflictos sociales que vive el continente, aun así nos encontramos con un escenario muy propicio para los emprendimientos, y sobre todo para la innovación.

-¿Cuál es el balance en torno a la inversión privada en la región?
-Se ha duplicado la inversión de capital de riesgo o venture capital en América Latina, en comparación al año anterior. Fenómeno que se venía dando con solidez, como una tendencia marcada, ya hace varios años. Ahora, esta favorable tendencia aún es pequeña comparada con lo que sucede en otras regiones del mundo. En Latinoamérica no supera los US$900 millones anuales. 

Por otro lado, destaca la llegada de Softbank a la región. Las inversiones que hizo esta entidad privada, de capitales japoneses, cambiaron mucho las cosas este 2019; esas inversiones hicieron que las cifras terminarán esta temporada con números positivos.

-¿Fue solo la llega da Softbank la que propulsó que la región tuviera números azules en venture capital?
-La presencia de las inversiones de Softbank en la región fueron vitales para este 2020, sin duda, pero también la calidad y el número de conglomerados que han visto a América Latina como una región donde pueden nacer ideas innovadoras, de buena raíz tecnológica. Este corporate venture capital se ha ido desarrollando de forma más rápida y cada vez hay más compañías en esto. Es más, hace poco me tocó participar en la Lavca Week, de la Asociación Latinoamericana de Venture Capital y Capital Privado, y ahí era clara la presencia de una buena cantidad de fondos que han aparecido en los últimos años en la región.

-¿Qué características tienen esos fondos para la región?
-El crecimiento no sólo ha sido solo en montos de inversión, sino también se ha puesto más interesante a la hora de buscar el elemento diferenciador y disruptivo. Lo interesante es cómo han ganado campo, a lo clásicamente invertido, las ideas menos masivas que, productivamente, pueden llevar a una compañía a hacer mejores productos, con menos costos, más tecnológicos e internacionalmente exportables.

Otra característica importante es que hoy, como nunca, tenemos más distribución de la innovación en la región, teniendo ahí, a modo de ejemplo, mercados como Colombia y Perú, desde donde han salido buenas iniciativas a la hora de potenciar empresas de innovación, dejando un poco de lado las habituales plazas donde se ponía financiamiento seguro, como Argentina o Brasil, donde por mucho tiempo se acumuló gran parte del talento innovador exportable. Hoy el mapa es diferente, por así decirlo, la oferta se diversificó.

-¿Qué pasó con México y Chile en este nuevo escenario?
-México siempre estuvo un poco más retrasado; es más bien una plaza o mercado donde llegan muchas innovaciones, más de las que se producen. 

Por otro lado, Chile ha tenido en los últimos 20 años un impulso fenomenal si lo miras globalmente, en relación a sus vecinos; han nacido ahí soluciones tecnológicas de primer nivel para la industria, especialmente para el sector del retail y la banca. 

También es importante lo que ha pasado en Colombia que, siguiendo los pasos de Chile, también ha producido muy buenas ideas que han visto la inyección de importantes capitales internacionales.

-¿Qué pasa con Centroamérica en esta radiografía?
-Es una región que habitualmente pasaba un tanto desapercibida por las grandes inversiones de venture capital, pero dicha situación se ha ido revirtiendo. Hoy los países centroamericanos han pasado a tener una serie de importantes ofrecimientos de capital de riesgo, lo que ha provocado que exista ahí un mayor nivel de madurez a la hora de elaborar productos.

SILLICON VALLEY
 
-¿Cuál fue el elemento que cambió el apetito por aumentar los montos de inversión?  
-Los inversores y los emprendedores han aprendido mucho sobre "las reglas del juego". Anteriormente, existían países y situaciones muy diversas, con condiciones de inversión muy distintas para los que quisieran apoyar iniciativas en un mercado u otro, en la misma región. Pero gracias a organizaciones como Lavca, Endeavor y otras, las cuales han ido expandiéndose por toda la región, se ha llegado a generar ciertos términos internacionales o ciertos protocolos comunes a la hora de producir inversiones más equitativas, las que nivelan el campo de juego para todos y con ello das a entender mucho más cuáles son las reglas del venture capital. Cuando las reglas para invertir no están claras y el flujo de capital no es claro tampoco o puede tener derechos muy invasivos, esa confusión va en detrimento de la innovación. La verdad es que América Latina maduró mucho en ese sentido, para poder llegar a los buenos resultados de este año.

Esa evolución en la región pasó por darse cuenta, por todos los actores del mercado, que Latinoamérica no va a ser un Sillicon Valley como alguna vez se describió a la región, sino que vamos a ser un territorio diferente con un esquema de venture capital distinto, donde las corporaciones se involucran de forma protagónica, el mercado es mucho más cooperativo a la hora de hablar de fondos; donde se suelen compartir pipelines de trabajo y se conversa de ideas nuevas, etc. En resumen, en Latinoamérica existe un espíritu mucho más cooperativo entre los inversores que en otras regiones del mundo. Y las corporaciones han tenido que bajar mucho más e involucrarse en el mercado de innovación de forma temprana, abriendo sus puertas a nuevas cosas, a tener laboratorios de testeo, de innovación.

INNOVAR POR NECESIDAD

-¿Qué aporte hicieron los gobiernos de la región para apoyar este impulso positivo en la región?
-En diferentes países de América Latina la innovación surge por necesidad, no por creatividad pura, así que nuestra innovación aparece o se mueve para solucionar una carencia. Entonces, ahí se abrió una interesante oportunidad para los gobiernos, ya que pudieron apoyar para poder dar respuesta al mejoramiento de ciertos servicios sociales o apoyar el mejoramiento del desempeño de servicios que venían desde el sector privado. Hoy en la región existen gobiernos que sin duda han hecho cosas muy interesantes a la hora de crear políticas y una estructura pública para innovar; y otros que queriendo hacer cosas interesantes o con muy buena intención, se equivocaron mucho.

-¿Cuáles gobiernos destacarías entre los que han hecho un trabajo positivo?
-Creo que, sin duda, Uruguay y Chile. En ambos países se armaron estructuras de innovación con bastante independencia, aunque nacieron desde el aparato público.

-¿Y cuáles fueron los que equivocaron el rumbo?
-Bueno, hay otros gobiernos que en los programas que fueron haciendo realizaron bastantes errores, tanto así, que algunos programas dejaron de existir. Por otro lado, también varios gobiernos de la región crearon ecosistemas de emprendimiento un tanto ficticios en torno a iniciativas impulsadas por el gobierno, y después no buscaron estructuras que los sostuvieran en el tiempo.

El rol de los gobiernos, para mí, radica en que deben ser ellos quienes marquen la infraestructura o delimiten el marco de contención institucional y jurídico; y cuando digo esto hablo también de lo impositivo hacia la innovación, más que la ayuda directa. Los gobiernos de la región no deberían actuar como fondeadores en el emprendimiento, sino que su misión debería ser crear el clima o las condiciones para que los emprendedores puedan crear productos de forma más fácil.

-¿Qué opinión le merece Colombia en este sentido y el actuar del presidente Iván Duque?
-Hace poco lo escuchaba a Duque, que explicaba el montón de facilidades que estaban otorgando a las empresas que tenían menos de cinco años o menos de diez años para empezar a operar. Reglas como esa le cambian la vida a un emprendedor, impulsándolo a poner soluciones en el mercado de forma más rápida. Eso te habla también del buen momento del ecosistema de emprendimiento que existe en Colombia, uno de los más destacados de la región.

-¿Cuál es la barrera quizás más grande que tiene que enfrentar un emprendedor hoy en la región?
-La acción de validar su producto o servicio, lo que se conoce como el product market fit en el mercado; y junto con ello, a veces verse enfrentado a toda una estructura impositiva muy grande cuando recién vas iniciando tu empresa, la que en algunos países de América Latina es muy pesada y no diferencia entre emprendimientos y corporaciones ya consolidadas.
 

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