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Futuro incierto para el oro negro colombiano: ¿el fin de las exportaciones de petróleo y carbón?
Mié, 22/10/2014 - 09:20

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

Desde la apertura económica que experimentó Colombia a finales del siglo pasado, a la inserción en los mercados internacionales, el portafolio de  exportaciones ha variado significativamente en los últimos 30 años. De ser un país exportador de productos agroindustriales se pasó a tener exportaciones concentradas en productos minero-energéticos.

En la década de los 80, el 60% de nuestras exportaciones eran de café, y si a la cifra anterior le agregamos los envíos al exterior de flores, banano, azúcar y confecciones, las cuales sumaban más del 13% del comercio exterior de Colombia de esa época, llegaríamos a que las tres cuartas partes de nuestras exportaciones estaban constituidas por productos originarios de la agricultura, la agroindustria y la manufactura de productos con valor agregado, utilizando, en muchas, materias primas agrícolas, como es el caso de las confecciones.

Para 1980 nuestras exportaciones según cifras del DANE fueron de US$4.000 millones, lo que lógicamente luce insignificante comparado con los volúmenes actuales de exportaciones de US$60.000 millones, ¡quince veces más! Es cierto, éramos otro país: cerrado y sin el nivel de desarrollo que hoy tenemos.

Pasados 30 años, la expansión de las exportaciones ha tenido un cambio dramático: hoy el panorama es muy diferente. Pero debemos destacar que no solamente han cambiado los totales de dólares, sino también que las cifras que muestra el DANE  indican que en el año 2013 las tres cuartas partes de nuestras exportaciones no las representan el sector agroindustrial y manufacturero, sino que están conformadas por los productos minero-energéticos, entre los cuales se destacan el petróleo, el carbón, el ferroníquel, el oro y los derivados del petróleo que contribuyeron con más del 70% del total de las exportaciones nacionales el año pasado.

En estos 30 años, Colombia ha cambiado su portafolio de comercio exterior conformado por productos agroindustriales que requerían mucha mano de obra y poco capital, a exportar hoy productos que requieren  mucho capital y poca mano de obra, que es la necesidad en el sector minero-energético. Esto suena un poco irónico, cuando Colombia es un país en  el cual contamos con ¡mucha mano de obra y poco capital!

Es por tanto necesario aprovechar la ventaja competitiva de una mano de obra relativamente barata, calificada y educada; y las ventajas comparativas de nuestros suelos, la posición geográfica privilegiada con la que se cuenta,  optimizando la manufactura, el agro y sus industrias conexas en toda la cadena productiva.

Las exportaciones minero-energéticas son nuestra mayor fuente de divisas hoy, dado que contamos con reservas de este recurso en importante medida y además nos ayudan muchísimo al desarrollo del país. No podemos negar que es una riqueza que poseemos y debe ser fuente para dinamizar el desarrollo. Pero es necesaria una mirada más futurista y tener presente que este tipo de productos se califican como "bonanzas efímeras", dado que son no renovables, y por tanto, son pasajeros. Por lo menos, así lo dice el vademécum contra la Enfermedad Holandesa: "aprovecha los recursos naturales no renovables para catapultar tus ventajas competitivas que te garantizarán el futuro".

Para infortunio de la balanza comercial de Colombia, si no exportamos productos minero-energéticos nuestro volumen de exportaciones sería muy bajo, ya que, según las cifras del DANE, menos del 25% del  total de exportaciones del 2013 fueron de productos diferentes a este sector, lo que equivaldría a unas exportaciones totales de solo $16.000 millones.

Con una población que ronda los 47 millones de habitantes, las exportaciones per cápita de Colombia serían entonces de solo US$340, cuando el promedio mundial es de US$2.500 por habitante. Estaría nuestro país con promedios inferiores a todos los países del continente americano, superando solo a Haití.

Ante esta preocupante realidad, debemos analizar alternativas de internacionalización. Ya tenemos las herramientas como los catorce Tratados de Libre Comercio firmados que nos garantizan acceso a más de 1.400 millones de consumidores, el Programa de Transformación Productiva y la Oficina de Aprovechamiento de Acuerdos del MICT. Pero ahora se requieren hechos concretos en el impulso de otras industrias orientadas al Mercadeo Internacional.

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