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Oportunidad chilena a la vista: más alimentos para China
Lun, 25/05/2015 - 15:27

Andrés Rebolledo

Chile y su socio fundamental, el Mercosur
Andrés Rebolledo

Andrés Rebolledo es Director General de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de Chile.

La visita a Chile del primer ministro chino, Li Keqiang, nos llena de entusiasmo no sólo porque recibimos a un amigo, sino también porque las alianzas comerciales con el país asiático han sido fructíferas y queremos consolidarlas. Pero además, queremos ir más allá y hablar de inversiones, diversificación productiva, alimentos e infraestructura.

China es hoy el principal destino de las exportaciones chilenas con una predominancia inocultable de recursos naturales. En efecto, de los US$18.437 millones exportados en 2014, el 77% correspondió a envíos de cobre; 6% a celulosa; 5% a hierro y 1% a los químicos e igual porcentaje a la harina de pescado. Estos cinco productos explican el 91% de los envíos actuales al país asiático, situación que prácticamente se ha mantenido constante desde 2003. Nos satisface el aumento de las exportaciones, pero nos inquieta que se concentre en recursos naturales.

La diversificación productiva y exportadora puede comenzar en el sector agropecuario. Hablamos de Chile, potencia alimentaria, y ello es parte de la agenda nacional. La apertura de mercados gracias a los tratados de libre comercio debe apoyar ese propósito. En China hemos tenido avances en el ámbito alimentario, incluyendo bienes procesados, con exportaciones que han pasado desde los US$78,4 millones, en 2003, a US$1.273 millones en 2014. China es hoy el tercer mayor destino para la oferta chilena de alimentos y bebidas, siendo sólo superada por Estados Unidos y Japón.

Sin embargo, persisten serios desafíos en la diversificación a ese mercado. En efecto, en materia logística hay que doblarle la mano a la distancia geográfica para que los alimentos frescos altamente perecibles puedan llegar a destino en mejores condiciones. Está además pendiente lo más importante: el desafío inversionista y productivo, que en alianza con capitales chinos podría multiplicar varias veces nuestra oferta alimentaria para atender la creciente urbanización china. 

También insistiremos en seguir trabajando en la marca de origen Chile, donde ProChile ha cumplido un rol activo en la promoción de la oferta exportable nacional en numerosas ferias y rutas gastronómicas para facilitar el encuentro entre los exportadores chilenos e importadores chinos. Además, es preciso aumentar la participación de las pymes exportadoras de alimentos. Son 646 empresas las que exportaron a China en 2013, y de ellas, 274 son pymes.

La inversión extranjera china en Latinoamérica se muestra todavía insuficiente y concentrada principalmente en los sectores de petróleo y minería. Recientemente está dando un vuelco para generar alianzas en infraestructura e incluso en la instalación de procesos productivos en el continente. No hay que olvidar que en el reciente Foro de Celac, Pekín ofreció invertir US$250 mil millones en América Latina para los próximos diez años.

Chile no puede eludir la oportunidad de captar y asociarse con inversionistas chinos. Con ello apuntamos a diversificar nuestra matriz productiva y las exportaciones, especialmente para potenciar la industria alimentaria que ha demostrado ser exitosa en su inserción en el mercado chino. Ciertamente, la agenda de la próxima semana, donde destaca la cita del primer ministro de China con la Presidenta Michelle Bachelet, será fundamental para  seguir avanzando en la estrecha relación que une a Chile y China.

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