El gobierno de Carlos Alvarado y el organismo anunciaron en enero un acuerdo de Servicio Ampliado Financiero como un salvavidas para superar la crisis fiscal, pero sujeto a medidas que dependen de la Asamblea Legislativa controlada por grupos opositores.
El presidente del Banco Central de Costa Rica, Rodrigo Cubero, informó este jueves que el país centroamericano está atrasado en el cumplimiento del ajuste fiscal acordado este año con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a un financiamiento por US$ 1.778 millones en los próximos años.
El gobierno de Carlos Alvarado y el organismo anunciaron en enero un acuerdo de Servicio Ampliado Financiero (SAF) como un salvavidas para superar la crisis fiscal agravada por la pandemia, pero sujeto a una serie de medidas que dependen de la Asamblea Legislativa controlada por grupos opositores.
"Ya no nos dan los plazos para ir al directorio del FMI en diciembre y aprobar la revisión del programa de cumplimiento de metas para acceder a un segundo desembolso", dijo Cubero a una radioemisora local.
Costa Rica recibió en agosto el primer desembolso del acuerdo, por unos US$ 296 millones, tras la aprobación del crédito total por la Asamblea Legislativa, sin garantizar que avalaría medidas fiscales de austeridad y nuevos impuestos impulsados por el Gobierno para cumplir con las metas propuestas al FMI.
"Ni siquiera ha ocurrido, desafortunadamente, un avance importante en el proyecto de Empleo Público (reordenamiento salarial de trabajadores estatales), que es fundamental", dijo Cubero, días después de que el presidente Alvarado advirtió a la prensa que está "en riesgo" el acuerdo con el FMI.
Diputados opositores objetan por razones económicas y legales proyectos de ley que proveerían recursos con los cuales el Gobierno intentaría frenar el endeudamiento público, que llegó a 70% del PIB en junio, a pesar de la recuperación económica de 5,4% prevista para 2021.
La discusión interna se mezcla con la campaña electoral hacia los comicios presidenciales y legislativos del 6 de febrero, con una alta incertidumbre ante la mayor cantidad de candidatos y un porcentaje de indecisos superior al 50% de los posibles votantes.