La minuta de la más reciente reunión de política monetaria, mostró que si bien la Junta de Gobierno de Banxico mencionó la persistencia mostrada por la inflación subyacente entre los riesgos al alza para el índice de precios, también señaló que la inflación ya se encuentra en línea con la meta.

Ciudad de México. El componente subyacente de la inflación local comenzará a disminuir al desvanecerse los efectos de los choques en los precios de los energéticos, anticipó la mayoría de la Junta de Gobierno del banco central en la minuta de la más reciente reunión de política monetaria, publicada este jueves.

La inflación general alcanzó en septiembre su menor nivel en tres años al ubicarse en el objetivo de 3% interanual de Banco de México (Banxico), reforzando las expectativas de nuevos recortes a la tasa clave, actualmente en un 7,75%. El componente subyacente fue del 3,75% hasta septiembre.

El gobernador de Banxico, Alejandro Díaz de León, dijo a Reuters en agosto que el componente subyacente era un "difícil reto" para el banco, debido a la resistencia mostrada hasta entonces.

La minuta reveló que los subgobernadores Gerardo Esquivel y Jonathan Heath votaron por recortar la tasa objetivo en 50 puntos base en la más reciente decisión, mientras que los otros tres miembros de la Junta votaron por una baja de 25 puntos base.

Heath dijo que la inflación del 3% no se logró por una baja en el componente subyacente, "por lo que es necesario mantener una postura restrictiva", aunque consideró la tasa actual muy elevada. "Representa en términos absolutos y relativos la posición más restrictiva (...) en los últimos diez años", dijo.

Esquivel, por su parte, explicó que el comportamiento de la inflación general le permite prever que terminará el año cerca o incluso por debajo del 3%. "Si bien la inflación subyacente aún se encuentra en niveles relativamente elevados, es posible anticipar que esta disminuirá en los próximos meses".

Respecto al crecimiento, todos los miembros de la junta destacaron que el balance de riesgos continúa sesgado a la baja, en un entorno de marcada incertidumbre. El Producto Interno Bruto (PIB) local se estancó en el segundo trimestre tras contraerse el primero, confirmando una desaceleración económica.