A finales de 2009 asistió al Perú Michael Porter, considerado por un amplio sector de la prensa internacional como el más reconocido especialista en competitividad de las economías globalizadas. Concurrieron distintos empresarios, financieros, comerciantes y los funcionarios públicos del actual gobierno peruano.

Porter, economista y profesor de la escuela de negocios de Harvard y autor de una veintena de libros, llegó a ponerle nota al modelo Fujimori-Toledo-García, dirigiéndose al empresariado peruano haciendo varias críticas sobre ese país:

1.- Perú carece de una política de largo plazo en materia de competitividad.

2.- La economía peruana no tiene un rumbo definido.

3.- El crecimiento económico no se ha reflejado en beneficio de la mayoría de la población.

4.- Perú ha vivido estos años "una ilusión exportadora". Sus cifras proceden del alza de las materias primas, con valor agregado inalterado.

5.- Perú padece de un atraso dramático en relación a la invención y la tecnología. No sólo no ha avanzado en este rubro: parece haber retrocedido.

6.- La mayor parte de la inversión extranjera no viene a crear nuevas empresas sino para comprar negocios ya existentes. Añadió que cuando un inversionista piensa en una nueva fábrica no piensa en el Perú.

7.- A largo plazo, las dificultades tendrán que ver con la baja productividad, la pésima educación, el deficiente sistema de salud, las debilidades en infraestructura física, la desigualdad social, la aplastante corrupción y el alto nivel de informalidad.

8.- Los éxitos peruanos de los últimos años pueden esfumarse si no logra depurar el sistema judicial, defender los derechos de propiedad y simplificar y reordenar la actual burocracia creada para entorpecer.

9.- El TLC con China tiene tal grado de asimetría que Perú corre el riesgo de quedarse congelado como abastecedore de materias primas, que es como los chinos los ven también en el futuro.

Los empresarios peruanos quedaron sorprendidos en aquella oportunidad al haber escuchado esas críticas de este especialista. La verdad no venía de un ideólogo adversario ni de un Premio Nobel, sino de aquel internacionalista que alguna vez escribió "Técnicas para analizar industrias y competidores", un libro que ha sido más de 50 veces reeditado y que está traducido a más de 15 idiomas, de un especialista de los Estados Unidos.

La semana pasada se celebró en la Conferencia Anual de Ejecutivos Cade 2010 una sesión denominada 'Competir hacia el primer mundo' en Urubamba, provincia cuzqueña del Perú, y una de las conferencias más esperadas estuvo a cargo de Michael Porter, destacando que Perú es una de las más importantes economías en crecimiento del mundo en la última década. 

Afirmó que para la reducción de la pobreza se requiere de una estrategia económica importante; dicho país tiene que saber a dónde va y con quién compite, tiene que saber cuáles son sus fortalezas y debilidades, en dónde puede ser exitoso; y que dicho país tendrá éxito cuando haya una visión económica consensuada entre las principales fuerzas económicas y políticas del país. Cabe destacar que todos los candidatos presidenciales para las elecciones del año entrante estuvieron presentes e hicieron sendas presentaciones de sus visiones en materia de política económica y fomento empresarial.

También sostuvo que la economía depende de importantes decisiones y la competitividad y básicamente el país depende de la productividad en el uso adecuado de su capital humano y sus principales recursos naturales. Los negocios competitivos pueden generar puestos de trabajo y salud en la población. Puntualizó que Perú tiene muchas ventajas, entre ellas recursos naturales y una gran ubicación geográfica; el esfuerzo de su población también es importante y debe saber aprovechar su habilidad y la capacidad de visión a pequeño, mediano y largo plazo.

El modelo de Diamante de Porter se basa en cuatro determinantes específicas de las naciones, contribuyendo decisivamente a que un país genere y mantenga ventajas competitivas. Estas son: Condiciones de Factor, de la Demanda, Países con Actividades Conexas y de Sostén, y Estrategia, Estructura y Rivalidad de los Países.

El principal objetivo económico de una nación consiste en crear para sus ciudadanos un nivel de vida elevado y en ascenso. Para lograrlo no depende de la competitividad, sino de la productividad con la que se aprovechan los recursos de una nación: el capital y el trabajo. La productividad depende del valor del rendimiento, de la calidad y de las características de los productos, las cuales determinan los precios que se pueden asignar, y de la eficiencia con que se manufacturan; es el determinante primordial del nivel de vida de un país y del ingreso nacional por habitante. La productividad de los recursos humanos determina las remuneraciones a los trabajadores y la productividad proveniente del capital determina los beneficios que obtiene quien invierte, en este caso el Estado o particulares.

El éxito se lograría al alcanzar una visión económica consensuada entre todos sus sectores: público y privado, implicando un trabajo coordinado y transversal. El buen desempeño debe estar marcado en una política macroeconómica sana, sólida y robusta, y permitir una dinámica apertura comercial, con un buen funcionamiento de la política económica y monetaria fijada por el país y que el crecimiento económico beneficie a todos. En el caso venezolano, el país necesita tener una estrategia económica, que fortalezca nuestras ventajas competitivas. Hay que fomentar un crecimiento sostenido por encima de 5% del Producto Interno Bruto interanual en los próximos diez años. 

Los problemas estructurales del país que impiden este crecimiento sólo serán neutralizados en la medida en que se fomente un gran espacio nacional de diálogo y acuerdos nucleados en torno a una agenda país consagrada en nuestra constitución política.

*Esta columna fue publicada originalmente en ElMundo.com.ve.