Luis Alberto Moreno, quien dejará de presidir el organismo este mes, alerta de que no hay espacio para medidas a medias, puesto que la falta de decisiones podría suponer un prolongado estancamiento económico que liquidará dos décadas de ganancias en la región.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, ha advertido de que la crisis del coronavirus podría dejar hasta 10 millones de personas más en la pobreza en América Latina y el Caribe, en el caso de que las autoridades no adopten una acción decisiva.
Moreno, quien dejará de presidir el organismo este mes, alerta de que no hay espacio para medidas a medias, puesto que la falta de decisiones podría suponer un prolongado estancamiento económico que liquidará dos décadas de ganancias en la región.
El máximo representante del organismo ha señalado que antes de la crisis generada por el Covid-19, la desigualdad y la falta de oportunidades estaba presente para varios millones de ciudadanos. "Ahora, mientras la región sufre su recesión más severa en un siglo, tiene que trazar un camino hacia la recuperación en medio de un profundo escepticismo sobre el gobierno y el sector privado", ha señalado en un artículo publicado en el rotativo británico 'Financial Times'.
Además, Moreno añade que a diferencia de la crisis de 2008, América Latina dispone de poco margen para amortiguar el golpe que supone la propagación del brote vírico, con un gasto público disparado, las remesas en caída, un sector turístico que tardará "años en recuperarse y el colapso de las materias primas.
En esta línea, el presidente cree que la única alternativa para evitar estos problemas es convertir la fuerza disruptiva de la pandemia en un nuevo ímpetu reformista.
Así, Moreno considera que es hora de abordar un nuevo sistema fiscal basado en la redistribución de la riqueza. "Es el momento de adoptar una integración regional seria, forjando un bloque comercial hemisférico de casi 1.000 millones de consumidores".
Moreno cree que esta nueva integración haría a la región más atractivas para empresas multinacionales que busquen acercar sus cadenas de producción a Estados Unidos, lo que se traduce en una mayor inversión extranjera y nuevos puestos de trabajo.