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La evolución reciente de la economía uruguaya
Jue, 21/10/2010 - 10:20

Gabriela Mordecki

Efecto económico del corte del puente de Fray Bentos en el turismo uruguayo
Gabriela Mordecki

Coordinadora del Área de Coyuntura del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (Uruguay);  Economista, Licenciada en Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, de la misma casa de estudios. Posee una especialización en Economía Industrial de la Universidad de Blumenau (FURB - Brasil), un Diploma a nivel de maestría en Integración Regional de la Universidad de Amberes (UFSIA – Bélgica). 

En un contexto externo dividido entre los países emergentes creciendo a tasas muy elevadas, y las economías desarrolladas saliendo lentamente de la recesión, la economía uruguaya experimentó un importante dinamismo en el primer semestre del año, verificando un crecimiento desestacionalizado del PIB de 2,6% en el segundo trimestre del año en relación al primero.

La evolución de la mayoría de los sectores productivos fue positiva, observándose sólo caídas desestacionalizadas en el sector agropecuario y en electricidad, gas y agua, mientras que los restantes experimentaron un significativo dinamismo.

La demanda externa también aumentó, registrándose un crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios. De acuerdo con las solicitudes de exportación, en los primeros ocho meses de 2010 las ventas al exterior habrían aumentado 30% medidas en dólares corrientes, tanto por el mayor nivel de precios como por el incremento del volumen exportado.

En particular, se observaron fuertes aumentos en las ventas externas de productos agrícolas, carnes, lácteos y material de transporte, entre otros. Por su parte, la expansión de las importaciones fue sensiblemente menor (17,3% en enero-julio), debido a que la caída de las compras de bienes energéticos (24,8%) contrarrestó el aumento del resto de las importaciones de bienes. El ingreso de turistas volvió a incrementarse en los ocho primeros meses de 2010 (9,7%) con respecto a igual período del año anterior, impulsado principalmente por el aumento de los turistas brasileños. El mayor número de turistas fue acompañado de un incremento aún mayor del ingreso de divisas por este concepto en el primer semestre del año (16,5%).

La demanda interna, por su parte, creció en forma importante en términos interanuales en el segundo trimestre del año, impulsada por el incremento tanto del consumo como de la inversión, teniendo el primero mayor incidencia, debido a su mayor participación en la demanda interna (9,8% de crecimiento y 8,1 pp de incidencia). En este sentido, se verificó una aceleración del crecimiento del consumo en los dos trimestres transcurridos del año, y al respecto es preciso diferenciar el comportamiento del consumo público del privado.

En 2009, el consumo público había crecido en forma importante, compensando, el menor dinamismo del privado, pero en 2010 este comportamiento se revirtió, registrándose un crecimiento mayor del consumo privado en relación al público.

El comportamiento del consumo privado se vio positivamente afectado por el buen desempeño del mercado de trabajo. En los primeros ocho meses de 2010, la tasa de empleo continuó aumentando, aunque lo hizo a un menor ritmo que en años anteriores. Esta desaceleración en el ritmo de expansión del empleo se explica en parte por las medidas adoptadas por varias empresas durante 2009 ante la crisis, cuando en lugar de despedir trabajadores, utilizaron el seguro de paro transitorio y disminuyeron la cantidad de horas trabajadas como mecanismos para reducir la producción.

En los primeros meses de 2010, y ante la recuperación de la actividad económica, estas medidas se han ido revirtiendo: reincorporando a los trabajadores e incrementando las horas trabajadas, lo cual no impacta en la tasa de empleo. En el mes de agosto el empleo creció 0,5 pp interanualmente, pero dada la caída interanual de la tasa de actividad (0,1 pp), la tasa de desempleo se ubicó en 6,2% en el mes (el nivel más bajo desde que se publican las estadísticas para el total del país) y en el promedio de los ocho primeros meses del año alcanzó a 7% (0,6 pp por debajo que en igual período de 2009).

El resultado global del sector público del año móvil cerrado en agosto de 2010 mostró un déficit fiscal de US$361 millones, equivalente a 1% del PIB, lo que se configuró como una mejora importante frente al resultado alcanzado en diciembre de 2009 (1,7% del PIB). Ello fue consecuencia de la mejora del resultado primario del sector público, que se situó en 1,9% del PIB. Esta mejora se debió al mayor incremento de los ingresos en relación a los egresos primarios medidos en términos de PIB. La mejora en los ingresos obedeció principalmente al incremento del resultado primario corriente de las empresas públicas, mientras que la evolución de los egresos primarios respondió al incremento en pasividades y remuneraciones, que son los dos rubros de mayor peso en los gastos fiscales.

Al cabo del año se espera que se consolide la mejora de las cuentas públicas. El déficit fiscal global disminuiría con respecto a 2009 llegando a ser 1% del PIB, ya que se prevé que el superávit primario del sector público aumente. Esto se explicaría por el mejor desempeño esperado de las empresas públicas y por el crecimiento en la recaudación tributaria, mientras que los egresos primarios se mantendrían relativamente constantes en términos del PIB.

Por otra parte, se espera que el pago de intereses de deuda descienda levemente (2,7% del PIB). El ratio de deuda pública en relación al PIB se reduciría al cabo de 2010, tal como ha sucedido en los últimos años, consecuencia de la estabilidad de la deuda bruta en millones de dólares, y el incremento del PIB medido en dólares. La deuda bruta se ubicaría en torno a 58% del PIB al cabo del año, mientras que la deuda neta representaría aproximadamente 30% del PIB.

La inflación interanual, luego de ubicarse por encima del techo del rango meta de la política monetaria (7%) en marzo, abril y mayo, se redujo levemente en los tres meses siguientes, situándose en 6,3% en el año móvil finalizado en setiembre. Ello fue posible gracias a que los precios de los rubros no transables aumentaron en menor medida que en los meses previos y no se ajustaron las tarifas públicas. Sin embargo, una renovada firmeza en el crecimiento de los precios de los rubros transables, la depreciación del peso frente al dólar en junio y julio y el sesgo levemente expansivo de la política monetaria impidieron que el descenso del ritmo inflacionario fuera más marcado.

En suma, en 2010 Uruguay crecería en forma importante (8,4%), impulsado tanto por la demanda externa como la interna. Este crecimiento se daría en un contexto signado por la incertidumbre sobre la firmeza del crecimiento de la economía mundial. La región, por su parte, consolidó su recuperación y crecería a tasas superiores a 7%. La expansión de la economía uruguaya se apoyaría en la mayoría de los sectores productivos y tendría un impacto positivo sobre el mercado de trabajo, donde la tasa de empleo crecería en promedio 0,5 pp, generándose aproximadamente 20.500 nuevos puestos de trabajo. En este contexto, el déficit fiscal se moderaría respecto a un año atrás (ubicándose en 1% del PIB) y la inflación se situaría en el techo del rango meta del gobierno (7%).

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