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Recuerdos de un Mundial
Lun, 30/08/2010 - 11:01

Patricia Teullet

Pymes: entre el romanticismo y la dura realidad
Patricia Teullet

Es economista de la Universidad del Pacífico. Ha sido responsable del manejo del mayor programa de nutrición infantil en el Perú. Asimismo, ha sido viceministra de Economía, en el ministerio de Economía y Finanzas, y viceministra de Desarrollo Social en el Ministerio de la Presidencia de Perú.

Bueno, queda claro que el Mundial no es (solo) cosa de fútbol: el de viajes, de seguimiento de resultados, distracción, de dinero, de capitalización política (o deterioro), de ‘epidemias’ sospechosas coincidentes con algún partido, de negocios, de reuniones Mundial es cosa de apuestas, de discusiones apasionadas, de, de noticias de primera plana, de celebraciones, de lágrimas, de economía, de comentaristas deportivos…

Y aquí la primera reflexión: ¿cuál es la prueba de selección para ser comentarista deportivo? Imagino algo así: “Utilizando la mayor cantidad de tiempo, describa usted la jugada anterior” (que ha tomado tres segundos). Seguramente se da puntaje adicional por el uso de términos estrafalarios. Como diría Roberto Abusada: ‘se trata de maximizar el número de palabras por unidad de idea’. Felizmente existe la opción ‘Mute’en el televisor.

La segunda reflexión está relacionada con lo económico. En un excelente artículo “¿Ganar un Mundial puede impulsar el crecimiento económico?”, David Tuesta analiza la hipótesis, presentando los argumentos y evidencias a favor y en contra. Por supuesto, existen razones para corroborar o denegar la hipótesis. Una variante que podemos agregar es el efecto que existe sobre la economía, no del país ganador, sino del país sede del Mundial (que parece tener mejores opciones de crecer).

En lo que se refiere al Perú, somos afortunados de poder basar nuestro crecimiento en la minería, agricultura, pesca o construcción, y no depender para ello de nuestra selección de fútbol. Frente a este comentario, con humor, Tuesta responde que podemos apuntar a 2114 al Mundial en Marte. Eso es lo que se llama una visión de largo plazo y verdaderamente descentralizada… y dolorosamente realista.

Un asunto adicional relativo a la parte de los economistas: el viernes 2 de julio (tomada de Reuters) apareció esta noticia en la contracarátula de Gestión: “Los economistas ahora ven campeón a Brasil”. Ese mismo día Brasil perdía frente a Holanda. Eso nos demuestra claramente que los economistas no solo se equivocan en sus proyecciones de tipo de cambio o crecimiento del PIB. También se equivocan en sus pronósticos de fútbol.

¿Qué otras reflexiones puede despertar un Mundial? Pues que las ‘estrellas’ no bastan. Muchos coinciden en que Argentina era probablemente el equipo con más estrellas. Y se esperaba que brillara. En este Mundial, el equipo de las estrellas fue pública y globalmente humillado con una goleada. En un esfuerzo de equipo, no bastan las figuras rutilantes si no son capaces de armonizarse para lograr su objetivo. El líder es fundamental, y lo mismo se aplica al entrenador de un equipo de fútbol que al gerente de una organización o al presidente de la República. Recordemos esto en las elecciones.

La gran mayoría de peruanos se alegró cuando Uruguay clasificó frente a Ghana. He evitado decir ‘Uruguay derrotó a Ghana’. Si no hubiera habido una mano prohibida para evitarlo, ese gol hubiese entrado y Ghana hubiera vencido. Es cierto que la acción ilegal tuvo su castigo: penal y expulsión. Pero aquel que cometió la falta se fue en hombros y logró su objetivo. Resulta difícil extraer una lección de allí: “¿El fin justifica los medios?” “¿Si estás dispuesto a asumir tu castigo puedes cometer un acto ilegal la guerra y en el amor todo vale (y en el fútbol también)?” ¿Cómo trasladamos esto al mundo profesional o a la vida cotidiana?

Jugadas dudosas (en el mejor de los casos), penales evidentes y no cobrados, expulsiones injustificadas, goles clarísimos anulados…, todo fácilmente evitable con el uso de la tecnología. Pero la FIFA perdería su capacidad de ‘manipulación’. Junto con normas complejas, la falta de transparencia es una excelente cobertura para la corrupción.

En la final del Mundial, lo único que despertaba pasiones eran las intervenciones del árbitro. Faltaron jugadas que pusieran al público al filo de sus asientos, faltaron goles. Algo similar sucede a veces con la economía: un buen manejo económico y técnico puede tardar en producir resultados impactantes sobre el crecimiento, la reducción de la pobreza y el bienestar. Y, aun así, hay que insistir: finalmente los goles llegan. En el Perú los vemos ya en cifras de crecimiento, inversión y empleo. No permitamos un cambio en la estrategia. Como dijimos: nuestro crecimiento no se puede basar en los resultados de fútbol. Tenemos que crecer con otros esfuerzos.

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