La deforestación en la selva amazónica de Brasil alcanzó un máximo de 15 años en 2021, según mostraron datos satelitales del gobierno, despejando un área más grande que el estado estadounidense de Connecticut.
Sao Paulo. La agencia ambiental de Brasil gastó menos de la mitad de su presupuesto para hacer cumplir la ley el año pasado, a pesar de los crecientes niveles de destrucción en la selva amazónica, según un análisis del gasto federal publicado el martes.
La deforestación en la selva amazónica de Brasil alcanzó un máximo de 15 años en 2021, según mostraron datos satelitales del gobierno, despejando un área más grande que el estado estadounidense de Connecticut.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a menudo ha criticado lo que él llama una 'aplicación excesivamente entusiasta de las leyes ambientales', pero suavizó su tono el año pasado bajo la presión internacional de Estados Unidos y Europa.
En una cumbre del Día de la Tierra organizada por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el presidente Bolsonaro se comprometió a duplicar el presupuesto para la aplicación ambiental, entre otros esfuerzos para ayudar a proteger la Amazonía.
Posteriormente, el dinero se puso a disposición de la agencia ambiental federal Ibama, cuyo presupuesto de ejecución aumentó a US$41 millones, según muestran los registros públicos.
Pero Ibama solo gastó el 41% de ese dinero el año pasado, dijo el grupo de defensa Observatorio del Clima en un análisis de las cifras presupuestarias finales de 2021.
La oficina de Bolsonaro no respondió a las solicitudes de comentarios.
La mayor parte del dinero no utilizado se comprometió con otros gastos de Ibama en 2022, como la adquisición de equipos, según una revisión de las cifras presupuestarias, en lugar de financiar directamente las operaciones de campo, que también cubre el presupuesto de aplicación.
La agencia gastó alrededor de las tres cuartas partes de su presupuesto total de 1.800 millones de reales el año pasado, principalmente en nómina, pensiones y otros gastos obligatorios.
Ibama dijo en un comunicado que la forma más adecuada de medir el gasto público era a través de esta cantidad que se había comprometido, incluso si el dinero aún no se había gastado.
Pero el Observatorio del Clima dijo que los fondos podrían haberse gastado en esfuerzos directos para combatir la deforestación acelerada el año pasado.
Suely Araujo, exdirectora del Ibama y especialista en políticas del Observatorio del Clima, dijo que si bien la agencia siempre transfiere algo de dinero al próximo año, era inusual impulsar tanto el gasto.
En los tres años anteriores a que Bolsonaro asumiera el cargo en 2019, el Ibama gastó entre el 86 % y el 92 % de su presupuesto de ejecución cada año.
“Para que sea efectivo, hay que mirar lo que se gasta y se paga, no solo lo que se compromete. Si se compromete, no hay forma de saber si realmente se materializa”, dijo Araujo.
