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“En Ecuador, los empresarios ya han puesto el riesgo político como uno más en el portafolio”
Miércoles, Agosto 16, 2023 - 18:00
Juan Rivadeneira

Para el consultor político y economista ecuatoriano, Juan Rivadeneira, pese a la turbulencia generada por la inestabilidad política y la violencia, la economía del país sigue caminando, pese a que existen grandes retos, como la generación de empleo y la formalización del mercado laboral.

El magnicidio de Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador, la semana pasada, puso al país andino en la mira global. La ola de violencia -producto del narcotráfico- y la permanente inestabilidad política, acentuada por la muerte cruzada decretada por el actual mandatario, Guillermo Lasso, en mayo pasado no ha hecho más que generar incertidumbre sobre su estabilidad democrática y gobernabilidad, pero también sobre su entorno económico.

Y es que indicadores económicos, como el riesgo país de Ecuador se disparó al punto de convertirse en la segunda economía con más riesgo país, por delante de El Salvador y Venezuela. No obstante, el domingo 13 de agosto, a una semana de las elecciones presidenciales, este indicador cerró en 1.822 puntos, según datos recopilados por el Banco Central de Ecuador (BCE). Esta cifra daba cuenta de una caída significativa de 213 puntos, frente al récord alcanzado el 3 de agosto, cuando el riesgo país llegó a 2.035 puntos, siendo la cifra más alta registrada durante el gobierno de Lasso.

AméricaEconomía conversó con Juan Rivadeneira, experto en Gestión de Entorno y Asuntos Corporativos, sobre el impacto de la coyuntura nacional en la economía del ecuatoriano de a pie y sobre los retos que esta economía sudamericano debe enfrentar para atender la demanda ciudadana y también contener la penetración del narcotráfico en el aparato estatal ecuatoriano.

-¿Qué lectura se puede dar a esta crisis política y de violencia que vive Ecuador, a pocos días de elegir a un nuevo presidente?

Ecuador ha tenido un aumento significativo de la violencia en los últimos años. Esto se debe principalmente a la presencia cada vez más masiva y mayor del narcotráfico de paso de droga, porque en el Ecuador no necesariamente es el consumo el que prima, sino que Ecuador termina siendo una suerte de país de paso para el movimiento de la droga a nivel global. La dolarización de alguna forma e inclusive la posición geográfica lleva a pensar por qué Ecuador termina siendo un país que puede tener ese lamentable efecto. La espiral de inseguridad ha sido la más grande en buena parte de nuestra historia republicana. Esto principalmente se ve en la riña entre las bandas en las cárceles que ha dejado a 400 personas que han perdido la vida en casi dos años. Bandas, por supuesto, relacionadas a temas de negocios ilícitos, ya sea droga y todos sus derivados como minería ilegal, trata de blancas o contrabando. Este nivel de violencia es relativamente nuevo y ya se ha se ha dado en Colombia y México, pero parece que en Ecuador esto es el lamentable comienzo. Ahora sube la exposición global con el asesinato de un candidato presidencial, algo que nunca se había dado en el país, lo cual tiene efectos, por supuesto, en temas políticos, pero también términos sociales. Hay un aumento significativo en la percepción de inseguridad de los ciudadanos y esto lleva a la conclusión de en qué posición o en qué situación está el Estado para enfrentar la situación. Me parece que este nivel de violencia rebasó las capacidades del Estado ecuatoriano para controlarlo. Existe un contingente de 50 mil policías, 30 mil militares, una carestía de recursos que da cuenta de las necesidades. Les faltan temas muy básicos, como lugares dónde dormir, chalecos, balas e incluso pistolas. Hay una fuerza pública desabastecida y el Ecuador tiene la irremediable y obligatoria necesidad de pedir ayuda al mundo. 

La presencia del narcotráfico en Ecuador ya se advertía desde hace varios años. Incluso algunos catalogan al país como un narcoestado ¿En qué ha fallado el Estado para contener esto y qué se puede hacer con miras al próximo gobierno?

Hace 10 años, el periodista ecuatoriano Francisco Huerta, quien ya falleció, advertía que Ecuador se iba a convertir en una narco-democracia porque veía esta suerte de penetración del narcotráfico. Cuando tú ves que la minería ilegal tiene 100 retroexcavadoras en una provincia como Napo, y cada una puede valer un cuarto de millón de dólares, la pregunta es ¿quién tiene dinero para hacer eso? Es mucho dinero que está en juego y los actos ilícitos tienden a protegerse con violencia con personas que están mejor armadas que la propia fuerza pública ecuatoriana. Sobre la transición hacia un narco estado, pues la droga ha existido en el mundo hace años y en Ecuador también. Al comienzo era por su proximidad con Colombia, siempre hablábamos de la teoría del yunque, de cómo contener esto desde el norte de Ecuador y la respuesta era proteger la frontera colombo-ecuatoriana. No obstante, hoy hay desprotección y mucha presencia en toda la zona fronteriza -de más de 600 kilómetros– de pasos ilegales donde hay cultivo, pero en menor medida. El gran problema es el paso de droga y la presencia de alguna forma formal de organizaciones criminales internacionales. Desde la teoría del Estado y la soberanía, da cuenta de que la transición es más compleja, porque ya no es solo un paso de la droga, sino que termina tomando espacios de territorio. Hay muchas denuncias respecto a determinadas influencias sobre poderes locales, que eso ya es entrar a la política, y después incluso hay denuncias de posibles financiamientos ilegales de campañas, que eso no solo es en Ecuador, sino en América Latina. 

-El narcotráfico y la violencia también se ha valido de la situación económica en el país para penetrar con mayor facilidad. 

En Ecuador hay un grave problema de informalidad y de desemple. Hay un mercado laboral absolutamente inflexible y rígido que quita oportunidad a mucha gente de tener un empleo formal. En los últimos 15 años hemos peleado entre el 35 y el 38% o menos de trabajo formal, y el resto es personas informales, que no tienen una vida previsible, que no cobran quincena ni a fin de mes, que no tienen seguridad social y su vida es poco previsible. No comparto totalmente la teoría que solo le echa la culpa de la inseguridad a la ausencia de empleo, pero hay un tema social porque no se están creando los suficientes empleos, y hay mucha gente que sale literalmente a la calle y que no tiene una previsión de su vida. Hay una migración neta muy importante, en 2022 salieron 200 mil personas de Ecuador de entre 20 y 35 años, todas ellas absolutamente productivas. 

-¿Cómo contener esta situación en el corto plazo, tomando en cuenta que el próximo gobierno tendrá poco más de un año? 

Tiendo a ser muy balanceado en mi análisis y procuro ser lo más objetivo posible. ¿Por qué? Primero porque veo muchas razones por las cuales la economía ecuatoriana, igual, sigue funcionando. Hay algunos datos fundamentales que respaldan esto. El primero es la dolarización. Tenemos un sistema monetario fuerte,  Ecuador y los ecuatorianos no están dependiendo de la cotización si hay una devaluación o no. La devaluación antes del año 2000 era una forma artificial de ganar competitividad y el país tomó la lección de que no podía administrar su propia moneda. La dolarización controló la inflación, dio poder de paridad, poder de compra a los ciudadanos y seguridad en ese dinero que tenía en las manos. Hoy, el 96% de los ecuatorianos no quiere saber de otra moneda que no sea el dólar. El segundo punto son las remesas. En 2022 Ecuador recibió US$ 4.500 millones de remesas que equivalen al 4,5% del PIB, aproximadamente. Ahí veo cierta, entre comillas, estabilidad relativa producto de las remesas porque buena parte de estas no van a los que tienen un empleo formal sino a los que no tienen trabajo. Son familias que reciben un dinero interesante cada mes que les permite tener consumo. El consumo de los hogares sigue aumentando, entre el 2% y aunque quisiéramos que sea mayor, igual crece. Ecuador tuvo su peor crisis económica antes de la pandemia, cuando cayó el sistema financiero en 1999 y el PIB cayó 4,8%. En 2020, por la pandemia, caímos 7,8%, casi el doble y pegó mucho al país. Tuvimos un rebote 4,2% en 2021, y en 2022 se registró un crecimiento de casi 3%. Se estima que el crecimiento de este año y el próximo sea más o menos del 2,5%, según los organismos multilaterales. Ecuador es un país que volvió a sus niveles históricos de crecimiento, que no son altos, todos esperamos que sean mayores, pero que finalmente le dan crecimiento. El cuarto punto es la solidez del sistema bancario privado. Aquí hay muchos paralelismos con Perú. La gente dice, claro, Perú sigue con el ritmo económico y la política es muy compleja´. Me parece que hay cosas diferentes, sin lugar a dudas, pero hay similitudes y es que hay mucha pirotecnia política, pero los empresarios, en especial los  privados e internacionales también, ya han puesto el riesgo político como un riesgo más en el portafolio. El empresario está para buscar oportunidades de negocio, he visto grandes cadenas de agroindustria ecuatoriana que están exportando y después de  la muerte cruzada siguieron exportando. La semana pasada una compañía japonesa, Mitsui, compró la principal camaronera ecuatoriana, Santa Priscila, que es la única compañía que vende mil millones de dólares al año y que le vende camarón a China. La principal venta de camarón a China es ecuatoriana. Quiero matizar muchísimo, porque podemos decir que la política es tan compleja, es tan violenta, es tan difícil, da todos estos titulares internacionales, que no nos damos cuenta de lo que está pasando. Las obras de infraestructura en Ecuador se siguen construyendo al igual que edificios, centros comerciales y obras de US$ 40 millones. No quiero caer en el cinismo, pero tampoco hay que dejar de hablar de los hechos, porque todo lo que he detallado son hechos. 

-El domingo también se realizará el referéndum sobre la continuidad de la explotación de  petróleo en el Bloque 43-ITT en el Parque Nacional Yasuní. ¿Qué escenarios se plantean sea que gane el sí o no?

Según un estudio del BID, Ecuador es el país de América del Sur que más depende del petróleo. 5% del PIB y el 25% de los ingresos del presupuesto del gobierno provienen de la explotación de crudo. El petróleo es la quinta pata de la mesa que sostiene la economía del país. Lo más probable es que gane el sí. Creo que la pregunta es un poco dirigida [¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43 indefinidamente en el subsuelo?]. Según las encuestas, el 70% de la gente apoya el cuidado del ambiente. El siguiente tema que me parece importante tocar es preguntar a la opinión pública si realmente piensa que ese dinero de las extractivas se ha invertido en la gente. El 75% de la gente cree que no, hay una percepción de que no ha regresado esa riqueza a mejoría social, pese a que hay casos mineros y petroleros muy exitosos con la comunidad. No obstante, entre la percepción y la realidad hay una distancia enorme. Es difícil todavía que cuaje una preocupación real por los ingresos que pierde el país. Fuentes oficiales señalan que se perderían casi US$ 800 millones al año. En campaña se hablaba de US$ 1.200 millones. Esa decisión también va a provocar un costo de retirada de la explotación, además de la pérdida -por supuesto- por la no explotación del petróleo. 

-¿De dónde van a sacar ahora esos ingresos? 

La gran pregunta es cómo lo van a hacer. Hay un debate porque si vamos a hacerlo [dejar de explotar petróleo], hagámoslo bien. Si quitamos la explotación del petróleo, quitemos los subsidios también porque es muy cómodo en un país quitar el petróleo y mantener los subsidios a los combustibles. Esto hace que la gente siga utilizando los combustibles fósiles. Hay todavía algunos tibios esfuerzos. Hay gente muy consciente que quiere utilizar paneles solares y comprar incluso vehículos eléctricos, pero todavía es un inicio marginal, en comparación con la cantidad de vehículos que utilizan combustibles fósiles, como la gasolina. Hay una suerte de hipocresía colectiva, en términos de no querer que se haga el proyecto y seguir usando petróleo. Hay una suerte ahí de inconsistencia. 

-¿Cómo ves a Ecuador, más allá de estas elecciones? 

Soy muy optimista con el empresario y el trabajador ecuatoriano porque en una situación extrema de complejidad, han logrado seguir empujando el carro. Hay empresarios a los que ya les está quedando muy pequeño el país, y están viendo otras fronteras, no para irse, sino para crecer. Y hay grupos económicos que han hecho adquisiciones internacionales interesantes en el mundo del retail. También hay muchos grupos económicos internacionales que han comprado compañías ecuatorianas. Hay muchos mexicanos, como Sigma que compró una compañía de embutidos y Femsa una división de salud acá en Ecuador. Ellos también están viendo una oportunidad. En la política creo que viene una nueva generación de políticos que espero opte por ser profesional en este campo. Ecuador y América Latina necesitan profesionales de la política, no gente que encuentre en ella un espacio para concluir su vida económica, o casi por hobby, o incluso por el hecho de tener poder. 

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Autores

Natalia Vera Ramírez