Los argentinos eligieron ayer a Javier Milei como presidente de Argentina. El representante de ‘La Libertad Avanza’ obtuvo el 55,7% de los votos, mientras que su contendor, el actual ministro de Economía, Sergio Massa, obtuvo el 44,3%. Milei le dio una verdadera paliza al candidato del oficialismo (“Unión por la Patria”, Peronismo- Kirchnerismo), al obtener una ventaja de 11 puntos porcentuales en el balotaje. Milei ganó en todas las provincias argentinas, con excepción de Buenos Aires y Santiago del Estero.
Javier Milei ganó con una plataforma extremadamente liberal (‘La Libertad Avanza’) y agresiva, proponiendo medidas extremas como la venta de órganos humanos, según la ley de la oferta y la demanda, el libre porte de armas para los individuos, la militarización de las cárceles, el cierre del banco central, la dolarización de la economía, la reducción significativa del número actual de ministerios, entre otros.
Milei también propuso una baja de impuestos y de aranceles. En salud, postuló terminar con la gratuidad de las prestaciones médicas y, en educación, imponer un sistema de voucher, que se le daría a los padres para que educaran a sus hijos.
Dos factores explican los resultados de la elección de ayer y el triunfo de un advenedizo de la política. En primer lugar, el pueblo argentino, pese a tener fuertes dudas con respecto a muchas de las propuestas de Milei, estuvo dispuesto a tomar el riesgo de votarlo, porque le da más valor al cambio. Y el otro factor que termina explicando su elección tiene que ver con la plataforma de la derecha tradicional argentina de ‘Juntos por el Cambio’, que le dio su apoyo a Milei a través del ex presidente de Argentina, Mauricio Macri, y la ex candidata Patricia Bullrich.
Ambos representaron para muchos argentinos un dique de contención para las ideas más extremistas de Milei. Patricia Bullrich, en su declaración de apoyo explícito, dijo, por ejemplo, que ella no apoyaba la comercialización de órganos ni la tenencia de armas por parte de particulares. También declaró su apoyo a la educación pública, en lugar de la política de entrega de vouchers educativos a los padres.
Es importante señalar que los argentinos tuvieron que elegir entre dos alternativas malas. Por un lado, un extremista de derecha; por otra, un oficialista representado por el ministro de Economía, que tiene al país sumido en una de las peores crisis económicas de su historia. Hoy, Argentina es el país que tiene más inflación en toda América Latina, si dejamos afuera a Venezuela.
Finalmente, en las elecciones de este domingo ganó la democracia. Y es que resulta destacable que el proceso eleccionario en Argentina fue impecable. La democracia funcionó en forma perfecta. Los resultados se tuvieron antes de los esperado y de lo anunciado, y el perdedor reconoció inmediatamente que había perdido, llamando por teléfono a su competidor y felicitándolo por el triunfo. Esto habla muy bien de Argentina, ya que en muchos otros países de Latinoamérica esto no ocurre muy a menudo. Tampoco ocurrió en Estados Unidos, por lo menos en su última elección.
