Tras cuatro años de convertir los programas presenciales en formatos virtuales durante la pandemia, las escuelas volvieron a la normalidad, pero con el aprendizaje de esta experiencia. Ahora cuentan con programas de negocios con ambas modalidades y tecnología mucho más avanzada.
Si bien la demanda por los Master of Business Administration (MBA) presenciales volvió a la normalidad que se registraba prepandemia, la alternativa virtual llegó para quedarse gracias a los diversos beneficios registrados en los últimos cuatro años tanto para los alumnos como para las casas de estudio.
Este formato ha permitido a las escuelas de negocios expandir su mercado en la región y a nivel internacional, desarrollar nuevas herramientas tecnológicas y adaptar sus metodologías de enseñanza a este sistema.
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Aunque este tipo de programas asomaba tímidamente en las escuelas de negocios latinoamericanas antes de la irrupción del COVID-19 en el mundo, aún no existía la certeza de que fuera bien recibido por el público objetivo, especialmente cuando se hablaba de maestrías emblemáticas como el MBA.
No obstante, durante y luego de la pandemia, las b-schools constataron que la confianza por la virtualidad estaba aumentando, cimentado por un cada vez mayor éxito del formato, dada su flexibilidad en tiempo y espacio y la garantía de recibir una educación personalizada y de calidad.
Es el caso de la mexicana EGADE Business School –con experiencia en educación virtual previa a la pandemia– desde entonces cuentan con un MBA presencial y remoto. Ahora, además, ofrecen programas de especialización flexibles en ambas modalidades.
Horacio Arredondo Villalba, decano de EGADE Business School, indica que “se sigue valorando la flexibilidad, aunque volver a la presencialidad fue muy fuerte. Los formatos online regresaron a los tamaños de antes de la pandemia, pero existe mayor apertura a tener experiencias online, por lo que han quedado muchas cosas que implementamos durante la pandemia”.
La peruana Pacífico Business School (PBS), por su lado, cuenta con programas con versiones remotas y presenciales, las que se adaptan principalmente al público al que van dirigidos. Giuliana Leguía, directora de la PBS, explica que la pandemia, “nos permitió innovar con las maestrías, pero especialmente con el MBA, porque pudimos desarrollar nuevas modalidades, una totalmente virtual y el blended, que tuvo mucha aceptación en ese momento. También pudimos incorporar nuevas metodologías y herramientas tecnológicas que ayudaron con el aprendizaje remoto”.
Y es que, con el paso de los años, el formato remoto ya cuenta con el apoyo de los respectivos directivos, estudiantes y académicos. “Un recorrido por la oferta de programas de MBA en Colombia muestra que alrededor del 30% son programas online y el resto son programas presenciales.
En el caso de estos últimos, una fórmula que ha mostrado ser efectiva es no tener clases presenciales todas las semanas. A pesar de que las clases no ocurren todas las semanas o todos los días, estos programas se siguen clasificando como presenciales”, explica Sonia Camacho, vicedecana académica de la Facultad de Administración de la colombiana Universidad de los Andes (Uniandes).
De otro lado, el difícil balance entre vida personal y trabajo es otro tema a considerar a la hora de seguir un programa en remoto y uno de los factores que ha impulsado y mantenido su demanda.
Según un estudio sobre MBA’s online, de la firma de investigación de mercados Hamilton y Emagister, el buscador de cursos, masters y postgrados, la conciliación profesional y familiar es la principal motivación de los alumnos a la hora de optar por la educación en remoto. Muestra de esto es que el 73,2% de los estudiantes encuestados elige esta modalidad para compaginar trabajo y estudios, mientras que el 13,5 % indica hacerlo para conciliar familia y estudios. Una tendencia que demuestra el interés por buscar una solución que les permita seguir formándose sin por ello tener que dejar de trabajar o atender a su familia.
Otra de las fortalezas de la formación online en el ámbito empresarial, según destacan los especialistas entrevistados para este artículo, son el papel activo del estudiante durante el programa, la actualización de los materiales, el networking con personas que están en distintas partes del mundo y el fomento de destrezas relacionadas con el trabajo autónomo, la gestión del tiempo o la flexibilidad.
En líneas generales, el uso de plataformas digitales en este tipo de programa de posgrado tiene también un impacto positivo en los estudiantes, reforzando su nivel de autodisciplina.
Internacionalización
A los beneficios de la flexibilidad y costos que implican estos programas, se suma el hecho de que varias escuelas pudieron expandir su mercado dentro de sus ciudades, de la región y a nivel internacional.
Tanto EGADE como la Pacífico Business School coinciden en que uno de los aspectos más atractivos ha sido la internacionalización. En nuestro caso, indica Leguía, “la modalidad remota permitió que algunas escuelas pequeñas, como en nuestro caso, pudieran ser conocidas y adoptadas por alumnos de la ciudad de Lima y del interior, pero también de toda la región. Esto nos dio la oportunidad de internacionalizar las maestrías, con profesores extranjeros e incrementar la ratio de estudiantes internacionales”.
Actualmente, detalla la directora, “el profesional puede elegir qué modalidad se adecua más a sus necesidades. Esto nos ha permitido internacionalizar nuestros programas, no solamente porque podemos adoptar con mayor facilidad profesores internacionales, generar programas conjuntos con otras escuelas de negocios o compartir alumnos de distintos países en un aula virtual, sino que también nos ha permitido poder incrementar el número de alumnos internacionales que se matriculan en nuestros programas”.
A raíz de esto, en EGADE hay instancias de internacionalización donde los alumnos, por ejemplo, pueden tomar una clase con escuelas internacionales, contar con profesores invitados y expertos extranjeros y desarrollar proyectos con otras escuelas. Instancias que, según afirma el decano, “los estudiantes lo siguen valorando”.
Y Arredondo agrega: “Ahora existe una especie de nivel adicional de internacionalización online. Antes no se ofrecía. en parte, porque los alumnos no lo veían como una opción viable. En cambio, ahora si la ven como una alternativa posible”.
Avances que permanecen
Durante este tiempo, las escuelas han invertido en infraestructura tecnológica y han hecho cambios a la metodología de enseñanza. Han comprendido, además, que deben modernizarse tanto como la experiencia virtual lo requiera.
Horacio Arredondo explica que, durante la pandemia, “entendimos que muchas de las prácticas que podíamos hacer virtuales para mantener la tensión, son más complejas que estando en el aula”.
Y, por lo mismo, se vieron en la obligación de generar dinámicas de trabajo más elaboradas que se sumaban al ya tradicional discusión de caso, y desarrollar nuevas herramientas. Cuentan con una tecnología llamada Profesor Holograma, que ya lleva seis años, y que permite escuchar e interactuar en tiempo real con un profesor, al cual se proyecta en tamaño real bidimensional.
“Esto, por ejemplo, permite tener invitados que no están presentes en la ciudad, pero que pueden estar a través de un formato remoto, sin ningún problema. Esto, porque la tecnología quedó mucho más instalada”, indica Arredondo.
En la Uniandes, estas metodologías se han ido refinando con el tiempo para darle mayor protagonismo al estudiante en su proceso de aprendizaje. “Con la llegada de esta oferta de programas, se replantean las actividades que se realizan en las sesiones de clase presenciales, dando un mayor valor al trabajo colaborativo entre los estudiantes, donde el profesor cumple un rol más de facilitador y guía del proceso de aprendizaje”, puntualiza Camacho.
Por esto, se ha modernizado la infraestructura digital de la Uniandes, explica Camacho, y ahora cuentan con “una sala de experiencia virtual interactiva pionera en Colombia; un laboratorio para desarrollar materiales pedagógicos digitales como videos y podcasts; la adecuación de salones para realizar sesiones de clase híbridas, con algunos participantes asistiendo de manera presencial y otros de manera virtual; el desarrollo de experiencias con realidad virtual y realidad aumentada; y cambios en las tecnologías utilizadas para la creación de contenido asincrónico, incluyendo contenido más interactivo, simulaciones y gamificación”.
Y es que, gracias a la proliferación de programas remotos, se han llevado cabo en la casa de estudios colombiana disrupciones como “la creación de experiencias de juntas directivas en realidad virtual o la prospectiva de futuros posibles también con uso de realidad virtual; la creación de entornos de aprendizaje simulados con gamificación; la incorporación de simuladores, casos multimedia o la tecnología desarrollada para la sala de experiencia virtual interactiva”.
Leguía, de la peruana PBS, explica que han hecho una inversión muy grande que les ha permitido tener laboratorios y espacios para generar una serie de innovaciones en la enseñanza, con simuladores y nuevos espacios digitales para distintas actividades.
Y, a su vez, “como en toda innovación, hemos tenido que repensar la metodología de enseñanza utilizadas, aunque ya trabajábamos en las innovaciones educativas. Ya en 2018 habíamos desarrollado una metodología enfocada en el desarrollo de habilidades blandas. Esto nos permitió adoptar metodologías mucho más experienciales que ya llevábamos a cabo presencialmente, pero que de esta forma facilitan el aprendizaje de los estudiantes y su interacción con pares”, explica.
Arredondo, de EGADE, añade que, en general, “la introducción de la inteligencia artificial está siendo muy importante en la forma en que enseñamos, sobre todo, para hacer algunos tipos de interacciones más simples”.
Todo esto ha contribuido en la mejora de la experiencia remota, que requiere de herramientas tecnológicas avanzadas y óptimas instancias para hacer networking, Una decisión acorde con la necesidad de cursar este tipo de programas, que aumentó durante el periodo de confinamiento y continúa hasta hoy.