Pese a que desde 2022 el nivel de teleconsultas ha caído drásticamente en el grueso de clínicas y hospitales de América Latina, las ventajas de la telesalud vienen siendo aprovechadas por estos actores del sector en el campo del monitoreo, diagnóstico y prevención.
Entre las dolencias más comunes atendidas vía teleconsulta destacan los dolores de cuerpo, problemas estomacales, fiebre, resfríos, tos, influenza y, por su puesto, COVID,el virus detonador de este servicio de telemedicina. Así lo refleja un estudio realizado por la startup chilena Examedi, que afirma que la telemedicina llegó para enfrentar el colapso que existe en los recintos asistenciales de salud.
Y es que ante las restricciones impuestas por la pandemia, que impidieron el normal y tradicional desarrollo de la atención primaria de la salud, los hospitales y clínicas tuvieron que adaptarse a esta nueva normalidad. La telemedicina –que hasta ese entonces era bastante incipiente– se convirtió en el vehículo adecuado para estar cerca de los pacientes en tiempos en que el distanciamiento social era ley, viviendo así un inesperado auge entre 2020 y 2021.
Por ejemplo, en Chile, de acuerdo con información de la Superintendencia de Salud, en marzo de 2020, mes es que irrumpió el COVID 19 en la mayor parte de la región, el número de consultas vía remota en dicho mes ascendía a 1.883, mientras que en el período entre abril a octubre del mismo año ya acumulaba 196.971 atenciones, siendo lo meses de junio y julio los que registraron los más altos picos, con 33.885 y 40.072 atenciones, respectivamente.
Argentina, país que ya tenía cierta experiencia previa en telemedicina al utilizarla en la atención de salud pública, sobre todo para personas que vivían en provincias alejadas y no podían acceder a especialistas, registró cifras de crecimiento de tres dígitos.
Durante la semana del 13 de marzo de 2020, el número de videoconsultas creció en 226%.
En tanto, la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi) reportó que desde marzo a septiembre de 2020 se realizaron cerca de 9,5 millones de teleconsultas.
De acuerdo con el estudio ‘La primera década de telemedicina en Latinoamérica’, elaborado por Mediclic, plataforma de telemedicina que ofrece diversos servicios online, durante la pandemia, la telemedicina se extendió más allá de las consultas de medicina general y comenzó a abarcar una amplia gama de especialidades médicas.
“Los profesionales de la salud adaptaron sus prácticas para brindar servicios en áreas como la salud mental, la fisioterapia, la nutrición y la atención de pacientes crónicos, en pos de no descuidar la salud de los pacientes que requerían atención. Esto amplió el alcance de la telemedicina y permitió una atención integral a distancia”, dice el reporte.
Así, en los picos más altos de contagios en todo el mundo, la telemedicina fue un invaluable habilitador para acceder a profesionales de la salud y recibir diagnósticos, licencias, recetas y órdenes de exámenes de manera remota.
Guillermo Fernández Aguilar, de la Jefatura Clínica Médica en Hospital Clínica Bíblica (que ocupa el puesto número 8 del ‘Ranking de Hospitales y Clínicas de América Latina’) destaca que el principal atractivo de la atención remota fue la posibilidad de interactuar con los proveedores de salud desde cualquier punto que el paciente decida, lo cual maximizó el uso del tiempo por parte del paciente y aumenta la calidad de su experiencia.
“Durante la pandemia fue una gran ventaja para dar seguimiento a pacientes con sintomatología sugestiva de COVID sin la necesidad de exponer a los profesionales de salud u otros pacientes que se encontraban en el hospital de manera presencial, esto siempre que la condición clínica orientara a un cuadro leve. Todos los cuadros con sospecha de ser moderados y severos fueron valorados de manera presencial”, asegura.
No obstante, una vez superados los peores momentos de la pandemia, la situación ha cambiado.
“Previo a la pandemia, en Costa Rica, no existía una cultura robusta de teleconsulta. Culturalmente se prefería la consulta presencial. Debido a esto, en nuestro hospital, la teleconsulta era prácticamente inexistente, por lo que el incremento en la pandemia fue exponencial. Esta tendencia se mantuvo al alza a lo largo del 2020 y 2021, inclusive para una parte de 2022 en algunas especialidades, sin embargo, la tendencia actual y desde finales del 2022 es a disminuir”, dice Guillermo Fernández.
Y es que así como dicta la Ley de la Gravedad que todo lo que sube tiene que bajar, la telemedicina no es la excepción a la regla.
Con el avance de la vacunación en el mundo y el fin de las restricciones, las empresas dedicadas a dar servicios de telemedicina sintieron la caída. Por ejemplo, el 9 de febrero de 2021, la acción de la firma líder global de telemedicina, Teledoc Health, tocaba su pico más alto en Nasdaq con un precio de acción de US$ 288,5 y una capitalización bursátil de US$ 44.260 millones. Siete meses después, en septiembre, el market cap había caído más del 53% y se ubicaba en US$ 22.000 millones, mientras que el valor de la acción ascendía a US$ 134,74. El viernes 10 de noviembre de 2023, la acción se cotizaba en US$ 15,92 y su capitalización bursátil apenas superaba los US$ 2.641 millones.
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Ya entrado 2022, la caída de las teleconsultas, al igual que el número de contagios, fue bastante pronunciada a tal punto que, según los hallazgos del ranking, en los 46 hospitales participantes las teleconsultas fueron entre un quinto o un tercio de lo que fueron en 2021 y, en contados casos, llegaron a la mitad.
En el Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río (puesto 21 del ranking) de Chile, también se ha registrado una baja en el nivel de teleconsultas. Así, en 2021 del total de consultas ambulatorias, el 10.1% se realizaban de forma remota. Ya en 2022 el indicador cayó a 3,8% y a septiembre de 2023, a 3,1%.
“Comenzamos con el registro oficial de telemedicina en el año 2020 porque antes no se monitoreaba esta actividad en los registros estadísticos nacionales. En la etapa post pandemia hemos bajado la producción en telemedicina”, reconoce Katia Núñez, jefa de Control de Gestión de dicho nosocomio.
Telemedicina aterrizada a la postpandemia
Aspirar a tener los niveles de teleconsultas durante las épocas más duras de la pandemia puede ser algo difícil de lograr, pero hoy muchas unidades médicas han sacado provecho de varios aprendizajes de la telemedicina y las vienen aplicando en otros campos que van más allá de las teleconsultas.
“Una vez superada la pandemia, mantenemos la opción de teleconsulta, pero también la
posibilidad de pago a distancia, que es una estrategia utilizada para aumentar la eficiencia de los chequeos médicos de rutina en la cual el paciente se realiza estudios de manera presencial en el hospital y dependiendo de la agenda del paciente o tiempo de respuesta del estudio, puede recibir una cita de telemedicina para valorar los resultados. Aunado a lo anterior, el programa “Bíblica móvil” permite, en algunos casos, realizar los exámenes desde la casa del paciente”, comenta Guillermo Fernández de la costarricense Clínica Bíblica.
En Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río, han ampliado la posibilidad de la teleconsulta a ciertas especialidades como dermatología, endocrinología adulto, gastroenterología pediátrica, psiquiatría pediátrica y de adolescencia, traumatología y ortopedia adulto y cardiología adulto.
“También hacemos telemonitoreo y telediagnóstico de manera incipiente para control post angioplastia y control para pacientes TACO (tratamiento anticoagulante)”, detalla Katia Núñez.
Otro campo en el que la telemedicina puede cobrar relevancia es en el de prevención a través del telemonitorieo.
“La telemedicina puede jugar un rol clave en la salud preventiva. Los usuarios pueden conectarse en cinco minutos con un médico sin tener que acudir a un centro de salud, lo que simplifica la manera de acercarse a información de salud válida para evitar futuras enfermedades. La principal ayuda de la telemedicina en la prevención es la eliminación de barreras para acceder a conocimiento médico”, dice Daniel Silberman, CEO de Mediclic.
Y es que el enfoque de la medicina preventiva viene ganando terreno con buenos resultados en otras regiones en el mundo que la han implementado de manera efectiva, produciendo una disminución de la incidencia de enfermedades y, en consecuencia, una población más sana y productiva.
“La salud preventiva está creciendo en el interés de la población, es por eso que en nuestra plataforma hemos incorporado nuevos servicios para fomentar la prevención como son las consultas con expertos en bienestar, mindfulness y prácticas deportivas”, detalla el ejecutivo de Mediclic.
El telediagnóstico es también otra herramienta de la telemedicina que viene siendo explorada y explotada por los hospitales latinoamericanos, especialmente en el caso de enfermedades dermatológicas mediante el procesamiento de imágenes de microscopía o pruebas de teledermatología, facilitando la detección temprana de posibles casos de cáncer.
“Sin duda el telediagnóstico y el telemonitoreo son una realidad que llegaron para quedarse y los proveedores de salud debemos realizar esfuerzos e inversiones para poder cumplir con los requerimientos que estas prácticas implican para poder ejecutarla de manera segura y eficiente para el paciente”, dice Guillermo Fernández.
El universo de la telemedicina es bastante amplio, pero pretender una digitalización total de la salud es algo imposible. No obstante, en Latinoamérica su uso es bastante limitado, pese a las ventajas que ofrece, como agilizar la conectividad, ya que no es necesario acudir a un centro de salud, lo que significa ahorro en los costos de traslado y el tiempo que se destina para la atención y también de tarifa de la consulta, un tema que toma gran relevancia en países donde la inflación ha castigado los bolsillos de los pacientes.
Por ejemplo, el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica normó el precio de la teleconsulta en el 50% del precio de la consulta presencial.
“El precio de una consulta vía telemedicina puede ser desde un 50% más barata que una presencial, y plataformas como Mediclic permite a los usuarios de Chile reembolsar la boleta posteriormente con su Isapre o hacer un copago en línea con Fonasa [Fondo Nacional de Salud].
Éste y otros documentos llegan al correo electrónico del paciente, como pueden ser también recetas médicas, licencias médicas, órdenes de exámenes, entre otros”, refiere Daniel Silberman.
De esta forma, poco a poco los hospitales y clínicas vienen identificando oportunidades y segmentos para aprovechar los beneficios de la telemedicina. Aunque aún estamos lejos de una adopción masiva, en el caso de las teleconsultas, las ventajas ofrecen serán paulatinamente aceptadas por los usuarios que aún se muestran renuentes a aceptarlas con naturalidad.