La merma se redujo 41% en presencia de caídas de precios referenciales de productos de entre 16% y 63%, mientras que los volúmenes de importación se han mantenido relativamente estables.

México ha mejorado este año la posición en su balanza comercial petrolera. Pero lo ha conseguido por un efecto de menores precios de las importaciones, más que por una mayor producción nacional de combustibles.

De enero a septiembre el déficit de esta cuenta se redujo 41,2% a US$ 16.628 millones, de acuerdo con los datos más recientes del Banco de México.

Sin considerar 2020 debido al carácter atípico que le dio la irrupción de la pandemia de Covid-19, se trata del menor déficit desde 2019 cuando el saldo negativo fue de US$ 16.052 millones.

Este recorte está motivado esencialmente por la caída de las importaciones. Su contracción fue de 29,6% a US$ 41.608 millones, mientras que las exportaciones se redujeron en una proporción menor, al caer 19,1% a US$ 24.980 millones.

Pero los menores desembolsos por concepto de compras externas se deben a la reducción de precios referenciales de los petrolíferos que más importa México, ya que los volúmenes estuvieron estables.

Por ejemplo, según datos de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos, el precio de la gasolina del Golfo se redujo 16,1% a US$ 2,6 por galón en el promedio de enero a septiembre, mientras que el del diésel retrocedió 22% a US$ 2,75 por galón.

En tanto, el precio del propano en el mercado texano Mont Belvieu —que es la referencia de la mezcla de gas LP en México— cayó 39,7% a US$ 0,73 dólares por galón.

Otro combustible cuyas importaciones son cruciales para México, el gas natural, también fue más barato, con una reducción de precio de 63,2% a US$ 2,47 dólares por millón de BTU en el mercado Henry Hub.

El valor de las importaciones de esos cuatro productos (más el de la turbosina, cuyo precio también cayó) representa tres cuartas partes del valor de las importaciones petroleras de México.

En tanto, los volúmenes de compra en el exterior tuvieron variaciones leves. De acuerdo con cálculos a partir de datos de la Secretaría de Energía de México (Sener), el de gasolina —el primer combustible de importación del país— cayó 4% a 527.000 barriles diarios.

El de diésel subió 2,5% a 264.000 barriles diarios y el de gas LP bajó 1,4% a 187.000 barriles diarios. El de gas natural subió 1,4% 5.864 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd).

IMPORTACIONES PERSISTEN

Una de las metas de política pública del gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador en materia energética es conseguir la autosuficiencia en el consumo de combustibles, sin embargo, el volumen de importaciones apenas se ha reducido.

De enero a septiembre del presente año el consumo aparente de combustibles en México (que equivale a la suma de la producción nacional y las importaciones, menos las exportaciones) fue de 1,765 millones de barriles diarios en promedio.

Seis de cada 10 barriles de combustibles consumidos en el país fueron traídos del exterior, de acuerdo con cálculos a partir de datos del Sistema de Información Energética de la Sener.

Esta cifra representa una leve reducción respecto del nivel prevaleciente en 2018, a inicios del sexenio (6,5 barriles de cada 10), sobre todo considerando que la meta original del gobierno del presidente López Obrador era dejar de importar combustibles este 2023.

La producción de Pemex de petrolíferos ascendió a 920.000 barriles diarios, mientras que las importaciones totalizaron 1,049 millones de barriles diarios (de estas, Pemex participó con 695.000 y los privados, con 355.000 barriles diarios).

Finalmente, las exportaciones fueron por 204.000 toneles diarios (esencialmente, combustóleo).