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Compra de combustibles en Bolivia se mantiene en alza y a precios elevados
Miércoles, Noviembre 29, 2023 - 12:00
Fuente: Agencia Andina

El costo de la subvención en la última década ha representado para las arcas del Estado boliviano la suma de US$ 6.796 millones.

    La elevada demanda de combustibles en Bolivia no para de crecer. Al tercer trimestre de 2023, los volúmenes importados de gasolina y diésel se han incrementado nuevamente. En valor, los precios del diésel han disminuido, pero han subido los de la gasolina.

    Hace dos años, en 2021, los precios de la gasolina y del diésel que importaba la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) estaban por debajo del dólar el kilogramo, según la nomenclatura que maneja el Instituto Nacional de Estadística de Bolivia (INE).

    Para 2022, los precios de los carburantes se dispararon luego de la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero. Al tercer trimestre de este año, el coste de los combustibles ha descendido, aunque todavía se mantiene elevado.

    COMBUSTIBLES

    De acuerdo con los datos publicados por el INE en su página de internet oficial, de enero a septiembre de este año se incrementaron los volúmenes de importación de diésel en 9,7% y de gasolina en 6,5%. 

    En cuanto a valor, se pagó un 4% más por la compra de gasolina y se redujo en 10% el costo por la importación de diésel. Si bien el precio que se paga por la importación de este último carburante es menor en dicho período de análisis, el coste sigue siendo elevado y es mayor al registrado en 2021.

    El presidente de Bolivia, Luis Arce, advirtió el lunes que el Estado paga un “precio descomunal” en la importación de diésel y gasolina debido a la guerra entre Rusia y Ucrania. Y dijo que aquel que “no entienda los efectos negativos y positivos” de este conflicto bélico, “ignora cómo se maneja la economía de un país”.

    SUBVENCIÓN

    Explicó que, como país, Bolivia “depende de la importación de diésel y gasolina”, carburantes que son importantes para el desarrollo de las diferentes actividades, como la agricultura y el transporte.

    “El precio que estamos pagando ahora es un precio descomunal producto de la guerra, por lo tanto el que no entienda que hay efectos positivos y negativos en la guerra y que América Latina y nuestro país está sufriendo un efecto negativo de los precios del petróleo simplemente ignora cómo se maneja la economía de un país”, subrayó el Mandatario de la nación altiplánica.

    La Razón publicó el 27 de agosto pasado que el costo de la subvención a la gasolina y el diésel importado en la última década ha representado para las arcas del Estado la suma de Bs 47.300 millones (US$ 6.796 millones), monto equivalente al 15% del Producto Interno Bruto (PIB) nominal del país.

    Esta política, cuestionada por algunos sectores académicos y partidos de la oposición, incluido el expresidente Evo Morales, ha permitido una estabilidad de precios. En los últimos 10 años, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) —que mide la tasa de inflación— no ha superado el dígito y se mantiene entre los más bajos de la región y el mundo, favoreciendo a las familias de menores ingresos.

    POLÍTICA

    Pero esta política no es nueva. Bolivia la aplica desde fines del siglo pasado, cuando el entonces presidente Hugo Banzer (1997- 2000) decidió congelar los precios de los carburantes. Cuatro años más tarde, a fines de 2004, el gobierno de Carlos Mesa hizo algunos ajustes y subió el precio de los combustibles. Y, el 27 de diciembre de 2010, Evo Morales quiso hacer lo mismo, pero cuatro días después tuvo que retroceder en su medida debido al malestar social que se había generado.

    El 9 de abril de este año, Morales arremetió nuevamente contra esta política y sugirió eliminar la subvención a los combustibles porque “es un cáncer” para la economía nacional. Afirmó que el actual Gobierno boliviano eroga demasiados recursos para mantener esa política.

    Aunque el país no produce todo el petróleo que consume, debiendo importar en los últimos años grandes volúmenes de combustibles para cubrir las necesidades del mercado interno, Bolivia se mantiene entre las 15 naciones del orbe con los precios más bajos de la gasolina y el diésel gracias a la política de subvención a los carburantes.

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    Autores

    La Razón