El repunte se logró gracias al impulso de las obras privadas (que dominan en el rubro de edificación) y del gasto en obras de transporte, que el mes previo fue el sector que más influyó en la caída del indicador.
La actividad de construcción en México inició el último cuarto del año con dinamismo renovado, luego de la pausa que mostró en septiembre.
En octubre, el índice de valor de la producción del sector creció 1,5% en comparación con el mes previo, con lo que revirtió parcialmente el retroceso que tuvo en septiembre (-2,6%), de acuerdo con el reporte de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), presentado este viernes por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
El repunte se logró gracias al impulso de las obras privadas (que dominan en el rubro de edificación) y del gasto en obras de transporte, que el mes previo fue el sector que más influyó en la caída del indicador.
El renglón de edificación creció así 0,9% y el de transporte y urbanización, lo hizo en 5,5%.
En este último se contemplan los trabajos de las dinámicas obras ferroviarias insignia de este gobierno, como la del Tren Maya, que se inauguró en una primera fase este fin de semana.
En contraposición de las mejoras en edificación y transporte, se observaron retrocesos en los rubros de agua, riego y saneamiento (-15,6%) y de electricidad y telecomunicaciones (-5,5%), ambos también con un fuerte componente de inversión pública.
Estas bajas, no obstante, no opacan la notable alza observada en los dos renglones de forma acumulada en lo que va del año, que son de 63,8% y 94%, respectivamente.
“Al interior de los datos, algo que destaca a primera vista es la magnitud en la inversión que realiza el sector público, pues la abrupta mayoría del crecimiento se explica por el comportamiento de este componente”, dijo Marcos Arias, analista del Grupo Financiero Monex en un reporte.
Es sobresaliente que las obras ferroviarias de este gobierno han contribuido de forma importante a detonar este crecimiento.
Entre estas figuran la rehabilitación del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, la última fase del Tren Interurbano México-Toluca y la ampliación del Tren Suburbano al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Pero la obra más notable en esta categoría es la construcción del Tren Maya, que solo en 2022 y 2023 ha requerido una inversión pública de casi US$ 20.333 millones, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
“De hecho, del valor generado en lo que va de 2023 (del sector de la construcción en su conjunto), casi el 50% se concentra en los estados de Campeche y Quintana Roo, lo que refleja el amplio peso que tiene la construcción del Tren Maya para los resultados del sector”, comentó Arias Novelo.
Nearshoring da señales de vida
De enero a octubre el valor de la producción del sector de la construcción ha crecido 21,7% y si bien los sectores de transporte, de agua y saneamiento y de electricidad lideran el crecimiento, las obras de edificación han acelerado su avance respecto del letargo mostraban al inicio del sexenio.
Durante los primeros 10 meses del año el crecimiento de este último rubro ha sido de 9,3%, más del doble de lo que creció la economía durante los primeros tres trimestres de 2023.
Regionalmente, una forma de palpar lo anterior es el dinamismo constructor en algunos estados del norte del país y del Bajío, que destacan por su vocación industrial.
“Destacan Baja California, Chihuahua, Nuevo León y Sonora con el 23% de incidencia conjunta sobre el crecimiento en el valor de la producción”, se lee en el reporte del Grupo Financiero Monex.
Según el análisis salvo en el caso de Nuevo León (donde tiene en este momento tienen un mayor peso obras de infraestructura hidráulica como la presa Libertad o el acueducto el Cuchillo), estos movimientos van asociados al desempeño de la edificación de nuevas estructuras.
“(Lo anterior) corresponde principalmente a proyectos del sector privado y podrían constituir una de las primeras señales de la materialización del nearshoring. Lo anterior, porque el patrón también se repite en estados del Bajío, como Querétaro y San Luis Potosí”, afirma.
