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Advierten que compleja situación financiera de Pemex hace que su margen de error sea muy limitado
Lunes, Marzo 11, 2019 - 09:28

Para Integralia, las acciones y decisiones del nuevo gobierno mexicano a partir del 1 de diciembre han elevado los riesgos para la empresa, debido a la suspensión de las rondas petroleras y el regreso de los modelos tradicionales de contratación, entre otros factores.

El gobierno federal enfrenta el reto de contener la pronunciada caída de la producción, endeudamiento, y problemas de distribución y logística en Petróleos Mexicanos (Pemex), sin que esto signifique un efecto negativo para las finanzas del país, alertó la consulta Integralia.

En su estudio “Los primeros 100 días de AMLO”, compartido a El Economista, la firma menciona que el actual gobierno federal hereda una situación frágil en Pemex, derivado de la pronunciada caída de la producción petrolera; una reducción significativa de las reservas probadas; importaciones crecientes de crudo; un alto nivel de endeudamiento de la empresa estatal; una vulnerable red de distribución y logística de petrolíferos; un deterioro de su capital humano, y problemas de opacidad y corrupción.

“El reto de fortalecer a la empresa, por tanto, es mayúsculo al tiempo que el margen de error es más limitado que nunca”, asevera Integralia en el documento.

Refiere que las acciones y decisiones del nuevo gobierno de nuestro país a partir del 1 de diciembre han elevado los riesgos para la empresa, debido a la suspensión de las rondas petroleras; el regreso de los modelos tradicionales de contratación; la intención de construir una nueva refinería en Tabasco; el nombramiento de funcionarios inexpertos al frente del sector; la pérdida de capital humano por las excesivas medidas de austeridad; la crítica y oposición del gobierno a los órganos reguladores, y el predominio de las decisiones políticas sobre las técnicas.

“El problema para el nuevo gobierno es que, de fracasar Pemex, ya sea porque sus calificaciones crediticias sean degradadas hasta perder el grado de inversión y/o porque su producción se mantenga en franco descenso y/o porque el proyecto de la refinería se torne inviable una vez iniciada su construcción, el efecto sobre la vida económica del país será negativo y ello acarreará consecuencias políticas inevitables para el presidente López Obrador”, destaca el documento “¿Será Pemex el talón de Aquiles del gobierno?”.

Por ello, Integralia estimó que hay dos rutas para Pemex: una, que el gobierno reconozca que la empresa no podrá cumplir con las elevadas expectativas de producción que tiene, y por lo tanto ajustar el gasto social, revertir la suspensión de las rondas petroleras y la construcción de una nueva refinería; o, la segunda, que prevalezca “la visión ideológica y se mantienen las directrices actuales sin importar las consecuencias”.

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Autores

El Economista (México)