Por cuarto año consecutivo, Bolivia registró el 2018 un déficit comercial de US$935 millones, pese al incremento del valor de las exportaciones de un 8,7%.

La Paz.- La agricultura, los "superalimentos" y la industria manufacturera son los rubros que surgen como alternativa para impulsar la economía frente a la caída de los precios de los productos extractivos (gas y minería) que dependen del comportamiento de los precios internacionales, plantearon expertos y exportadores.

El presidente de la Cámara de Exportadores (CADEX), Oswaldo Barriga, manifestó a la Xinhua que, si se quiere fortalecer las exportaciones y revertir el déficit en el comercio exterior que Bolivia ha experimentado desde 2015, una de las alternativas es impulsar las exportaciones de productos no tradicionales como el agro y las manufacturas.

"La industria manufacturera y la agricultura como soya y la castaña se constituyen en los productos que dinamizan la economía en la categoría de exportaciones no tradicionales", afirmó.

Por cuarto año consecutivo, Bolivia registró el 2018 un déficit comercial de US$935 millones, pese al incremento del valor de las exportaciones de un 8,7%, según el reporte difundido por el estatal Instituto Nacional de Estadística (INE).

El INE detalla que las ventas al mercado externo se incrementaron de US$8.338 millones en 2017 a US$9.060 millones en 2018. En tanto, que las importaciones registraron una subida de US$9.308,5 millones a US$9.995,9 millones, es decir, un 7,4%.

Barriga lamentó que la economía de Bolivia dependa de la alta volatilidad de los precios del petróleo y los minerales, lo que "demuestra que el país es vulnerable a los precios internacionales".

Por su parte, el presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), Jorge Arias Lazcano, consideró que la economía boliviana aún está centrada en materias primas por lo que, a su juicio, es urgente el desarrollo "agresivo" de productos agrícolas e industriales.

"Tenemos que desplegar un mercado local, pero pensando en que el consumidor ya es global; debemos impulsar el comercio de alimentos", añadió en declaraciones a la Xinhua.

Señaló que otro reto fundamental es lograr la digitalización de los procesos de producción, a fin de facilitar la vida a los ciudadanos que podrían resolver sus trámites desde su computadora o su teléfono inteligente, además de disminuir la burocracia cuando se trata de encarar el trámite de exportación.

Enfatizó que el objetivo es pasar de una economía extractivista a una diversificada, con productos que tengan mayor valor agregado y con servicios creativos, para lo cual se precisa la economía del conocimiento.

Ve imprescindible ajustar el modelo de desarrollo para darle sostenibilidad ambiental, mediante el uso de tecnología.

Según el experto, el agro es una alternativa permanente para evitar la dependencia del gas y minería. Por ejemplo, la soya registra ventas a un ritmo de 1.000 millones de dólares anuales y así hay otros productos que pueden tener un gran mercado internacional", agregó.

Sobre esta temática, el viceministro de Tesoro y Crédito Público, Sergio Cusicanqui, explicó que los recursos extractivos ya no son los principales impulsores del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), pese a ser importantes dinamizadores de la economía boliviana.

"La industria manufacturera experimentó un repunte importante en los últimos años que le permitió en 2018, desplazar al gas y la minería, para constituirse en el principal impulsar del crecimiento económico y se prevé la misma dinámica este año", afirmó.

Recordó que el 2018, la actividad del gas natural presentó un decrecimiento de 7,82% por la disminución de la demanda de gas natural por parte de Argentina y Brasil que afectó negativamente a la producción.

El viceministro enfatizó que en líneas generales el PIB de Bolivia creció en 4,22% en 2018, promovido por la subida de las actividades "no extractivas", intensivas en mano de obra y la demanda interna, tal cual señala la información del estatal INE.