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México podría importar mano de obra para sector agrícola ante alta demanda en el mercado nacional e internacional
Lunes, Diciembre 21, 2020 - 07:52

Según Víctor Villalobos, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la entrada en vigencia del T-MEC y los reacomodos en la producción de alimentos ocasionados por el COVID-19, propiciará un crecimiento en la producción agrícola en territorio mexicano.

El horizonte que abrió la puesta en marcha del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y los reacomodos en la producción de alimentos ocasionados por la pandemia de COVID-19, propiciará un crecimiento en la producción agrícola en territorio mexicano, lo que obligará al país a importar mano de obra, expuso Víctor Villalobos Arámbula.

En entrevista con El Economista, el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), explicó que actualmente, a lo largo del territorio nacional, hay entre siete y nueve millones de jornaleros agrícolas, los cuales son insuficientes para satisfacer la demanda de mano de obra en este sector de la economía que ha mantenido un crecimiento en medio de la crisis derivada de la pandemia.

Para el funcionario federal, el cultivo de productos como las fresas y berries, así como algunas frutas como la uva de mesa y verduras como los espárragos, están siendo altamente demandados tanto en el mercado nacional como internacional.

Actualmente esos productos se cultivan principalmente en estados del centro y norte del país, lo cual genera todos los años el desplazamiento de jornaleros agrícolas originarios de estados del sur.

Se trata de comunidades originarias, en su mayoría, de Chiapas, Oaxaca y Guerrero que se especializan en la cosecha de esos productos y todos los años recorren las plantaciones de Sonora, Sinaloa, San Luis Potosí y Guanajuato.

Esas personas son muy importantes para los agricultores de ese tipo de productos, debido a que, con el tiempo se han ido especializando en esas labores.

De su disponibilidad depende el éxito de inversiones cuantiosas en invernaderos altamente especializados en frutillas, por ejemplo, de arándano, donde las inversiones por hectárea rebasan el millón de dólares.

Sin embargo, podría suceder que se recurriera a mano de obra del extranjero, debido a que en el país el gobierno federal ha desplegado una serie de políticas públicas destinadas a favorecer a los jornaleros, en sus comunidades de origen, mediante la implementación de programas de cultivos tropicales, que genera empleo para la mano de obra local.

“Hemos estado haciendo gestiones para que, en vez de estar moviendo a los jornaleros del sur al norte, llevar a las empresas al sur para que allí se establezcan y que generen cadenas de desarrollo”, indicó.

Paralelamente, se busca generar oportunidades de desarrollo mediante la producción de guajolotes en Oaxaca, berries en Chiapas, además de amaranto, maíz y cacao.

Países

Autores

El Economista (México)