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¿Otra crisis argentina? El país está a un paso del déficit energético por una menor producción de gas
Miércoles, Junio 30, 2021 - 07:48

El país sudamericano ha experimentado un repunte en la producción de petróleo, pero la de gas se estancó durante la pandemia de coronavirus. El gobierno "se demoró mucho en implementar un plan", coinciden analistas y exfuncionarios. "Fue muy tarde para tener gas en el invierno", dicen.

Tras una recuperación pasajera, Argentina parece encaminada a hundirse nuevamente este año en un déficit energético que podría alcanzar los US$ 1.000 millones debido a una escasez de gas local que ha impulsado costosas importaciones de gas natural licuado.

El país sudamericano, hogar de la enorme formación de esquisto Vaca Muerta, ha experimentado un repunte en la producción de petróleo, pero la de gas se estancó durante la pandemia de coronavirus.

La producción de petróleo se recuperó más rápido gracias a políticas que incluyeron un precio local más alto con el llamado "barril criollo", que protegió a los productores durante la pandemia, mientras que la congelación de los precios del gas local -usado de forma doméstica e industrial- alejó a las empresas del gas natural.

Exfuncionarios y analistas de energía dijeron a Reuters que las medidas para reactivar la producción de gas, como un plan estatal que entró en vigencia en enero, llegaron demasiado tarde para la demanda de invierno, lo que impulsó la necesidad de importaciones que forzaron a Argentina a sumar un segundo barco de regasificación en el puerto de Bahía Blanca para recibir cargas de gas natural licuado (GNL).

"Se demoró mucho en implementar el Plan Gas, que quedó vigente a partir del 1 de enero. Eso fue muy tarde para tener gas en el invierno", explicó José Luis Sureda, exsecretario de recursos hidrocarburíferos del país.

"Todo el 2020 no hubo actividad. Todas las posiciones de equipos de fracking en Neuquén (hogar de Vaca Muerta) se desarmaron", agregó.

Daniel Dreizzen, analista de la consultora Ecolatina y exsecretario de planificación energética, estimó que el déficit energético terminaría el año en cerca de US$ 1.000 millones. Eso implica menos dólares de las reservas del banco central, en momentos en que el país intenta reactivar una economía golpeada por la recesión y cuidar sus reservas internacionales.

"La energía no colaborará con la macroeconomía, más bien la pondrá en problemas", explicó Dreizzen.

Las reservas netas de Argentina se desplomaron desde 2019 en medio de crisis monetarias y de deuda que provocaron fuertes controles de capitales. El Gobierno está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la reestructuración de una deuda por unos US$ 45.000 millones.

El presidente Alberto Fernández lanzó un plan de estímulo para el gas con el fin de garantizar un piso de producción a un precio competitivo, con la esperanza de reemplazar las importaciones de gas, aunque la medida aún no ha tenido un impacto importante.

"El problema energético, la deficiencia energética en Argentina, se está acelerando en este momento", explicó Agustín Monteverde, economista de la consultora Massot/Monteverde y Asociados, que coincidió en que es factible que el déficit alcance los U$ 1.000 millones.

Sureda afirmó que el déficit podría ser mucho mayor.

El Ministerio de Energía no respondió a reiterados pedidos de comentarios. Argentina tuvo un estrecho superávit energético en los primeros cuatro meses del año, pero se espera que cambie con un mayor uso de gas durante el invierno austral.

"Tormenta perfecta". Según Dreizzen, las exportaciones de petróleo aumentarán un 20% en volumen frente al 2020, de un promedio de 77.000 barriles por día a 90.000. Eso significa que las exportaciones de petróleo totalizarían unos US$ 2.000 millones, más del doble de los US$ 930 millones exportados en 2020.

Pero el país duplicará sus compras en volumen de GNL, con precios que se han triplicado frente al año pasado, lo que impactará sobre la balanza comercial energética. Las exportaciones de gas a Chile caerían, mientras que aumentarían 20% las importaciones desde Bolivia.

"Hoy los precios de importación internacional están altísimos, mientras que dejamos declinar la producción local. Esto es una tormenta perfecta", explicó Sureda.

La recuperación de la actividad también se vio afectada en abril por protestas de trabajadores de la salud en medio de la pandemia, que bloquearon en Neuquén los caminos de acceso a áreas clave de Vaca Muerta, la cuarta reserva mundial de petróleo de esquisto y la segunda de gas no convencional.

Argentina confía en impulsar su producción con el desarrollo de la formación, que tiene un área del tamaño de Bélgica, liderado por el gigante energético estatal YPF.

La capacidad del gasoducto también ha obstaculizado la velocidad del repunte, dijeron fuentes de la industria, y agregaron que los ductos podrían saturarse en agosto, ya que las empresas buscan aumentar su producción para cumplir con los objetivos establecidos en el plan de estímulo del Gobierno.

Esa inversión para reforzar la capacidad está siendo frenada por incertidumbre sobre las políticas públicas respecto a la industria y los estrictos controles de capital en el país, impuestos desde 2019 para proteger la moneda local y defender los niveles decrecientes de reservas de dólares.

"Me cuesta ver que entre un 'boom' de plata fresca. Hay muchos problemas de operaciones financieras, si se quiere ingresar plata o sacarla", dijo Dreizzen.

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Reuters