Según el Instituto Acero Brasil, la caída se debe a los efectos que todavía se sienten de las dificultades que tiene la economía brasileña para dejar atrás la grave crisis económica y por el atraso en la aprobación de la reforma de la Seguridad Social.

Río de Janeiro. Brasil, uno de los mayores productores de acero del mundo, redujo su producción en un 2,8% en el primer trimestre en comparación con el mismo período del año pasado, con un total de 8,4 millones de toneladas, informó la patronal del sector.

Según divulgó el Instituto Acero Brasil (IABr), la caída de la producción de acero brasileño en los primeros tres meses del año se debe a los efectos que todavía se sienten de las dificultades que tiene la economía brasileña para dejar atrás la grave crisis económica que sufrió entre 2015 y 2016 y por el atraso en la aprobación de la reforma de la Seguridad Social, considerada clave para sanear las maltrechas cuentas públicas del país.

"Los resultados no fueron positivos", comentó el presidente ejecutivo del instituto, Marco Polo de Mello, en una rueda de prensa en la que admitió que el resultado negativo "no era esperado. Fue peor de lo que se imaginaba. En los primeros tres meses, lo que había sido considerado vital por el gobierno, que es la reforma de la Seguridad Social, que es un divisor de aguas, vimos que tuvo dificultados grandes en relación a su aprobación", comentó Mello.

Entre enero y marzo, las ventas de acero internas bajaron un 0,1%, con 4,4 millones de toneladas, mientras que el consumo aparente cayó un 1,4%, totalizando 4,9 millones de toneladas.

A pesar del mal resultado en el primer trimestre, el Instituto Acero Brasil confía en un aumento de la producción este año del 2,2% en comparación con 2018, con 36 millones de toneladas de acero bruto.

La expectativa del instituto es que las ventas internas crezcan un 4,1% este año y lleguen a los 19,5 millones de toneladas, mientras que el consumo aparente debe aumentar un 4,6% hasta los 22 millones de toneladas.

Por su parte, las importaciones brasileñas de acero crecerán un 8,7% y se espera un descenso de las exportaciones del 6,1%.

Mello condicionó la mejora del sector en el segundo semestre a las reformas económicas que impulse el gobierno."Si la reforma de la Seguridad Social se aprueba con densidad, y no puede ser deshidratada, tengo claro que estos números serán alterados para arriba", dijo.

"La confirmación de las previsiones y hasta una eventual mejora depende esencialmente de la retomada del crecimiento económico del país de forma sostenida" y eso "solo ocurrirá con un ajuste fiscal, que incluye la reforma de las pensiones y la reforma tributaria", señaló el directivo.

El Instituto Acero Brasil confía que la mejora de la economía se traduzca en más inversiones en la construcción, así como en proyectos del sector petrolero y gasístico, lo que, a priori, animaría la industria siderúrgica.