Escuelas privadas, encabezadas por las principales universidades, alzan la voz en contra de incrementar el IVA a las colegiaturas.
Estrategia que arrancará este miércoles a través de la suma de fuerzas y el diálogo vía conferencias de prensa. ¿Será que ello funcione, o también tendrían que salir a las calles?
Lo cierto es que la lucha entre el IVA y la educación sigue latente, lo cual de no ponerse de acuerdo en beneficio de la educación, veríamos un revés en este tema, más cuando el acceso a la educación pública es deplorable y va en decadencia.
El desenlace aún está en veremos, por lo pronto, la inconformidad por parte de las autoridades privadas sigue aumentando. Ahora son al menos nueve rectores de universidades privadas, quienes alzan la voz. Hablamos del Tec, ITAM (el alma mater de Aspe y compañía), Universidad Panamericana, Ibero, La Salle, Las Américas de Puebla, Universidad de Monterrey, ITESO y Cetys Universidad, las que se lanzarán hoy en una conferencia de prensa conjunta contra el cobro del IVA en colegiaturas.
Sabemos que la Asociación Mexicana de Universidades Particulares (AMUP), que encabeza Alfonso Bolio Arciniega, rector general del Sistema UP-IPADE y otros ocho rectores puntualizarán que una carga fiscal adicional a los padres de familia hará imposible que muchos de los alumnos continúen formándose, truncando su desarrollo profesional.
Si se impone a los padres una carga fiscal adicional es considerable que se alejen de la posibilidad de incentivar, promover y mejorar la educación en nuestro país, a fin de cuentas no hay que olvidar que el salario está depreciado unas 300 veces.
Cabe señalar que las universidades particulares atienden a más de un millón de alumnos y se estima que entre 25 y 30% de ellos no podrían pagar costos más altos y tendrían que salir de las aulas, para sumarse a la lista de inscripciones a las universidades públicas, que cada año dejan a miles de estudiantes fuera, debido a la falta de capacidad para atender la demanda.
Además no hay que olvidar que han pasado dos años de las reformas legales y reglamentarias que, en aras de la justicia distributiva, lograron la desgravación anual de pagos en colegiaturas por cantidades limitables y determinadas.
Las consecuencias de aplicar el IVA a las colegiaturas, además de la migración de solicitudes de ingreso hacia el sistema público de educación superior, provocaría una drástica reducción de la planta laboral calculada en unos 16 mil puestos de trabajo.
Pero lo más dramático es que en la actualidad la educación pública no pasa por sus mejores momentos, y ello también se traduciría en dar un revés en la competitividad y calidad futura empresarial, la cual, se supone se quiere fortalecer en pro de que México siga siendo un país atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros.
En fin, será que se optará por una recaudación fácil del IVA, en lugar de una homologación del IVA o eliminación de subsidios, afectando la educación. Ojalá que no.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.
