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¿Qué nos dicen las nubes en nuestras vidas? ¿Qué ves en tus nubes?
Jue, 17/10/2013 - 10:15

Esther Clark

¿Qué tienen en común la pesca y los negocios?
Esther Clark

Esther Clark es consultora internacional con experiencia en temas de estrategia y corporate governance. Su empresa, Hipona Consulting, trabaja con clientes en América Latina, EE.UU., Canada y la UE.

Una nube es una concentración de elementos: de polvo, de agua, de información, etc. A lo largo de la historia y en la literatura, las nubes también simbolizan confusión, pérdida, tristeza, incertidumbre, sufrimiento, además de algo misterioso y espiritual. Una nube tiene un gran significado para el observador y hasta científicamente tiene mucha resonancia.

En meteorología las nubes son clasificadas de acuerdo a cómo aparecen desde un observatorio en la circunferencia de la tierra. Hay cuatro componentes del sistema de clasificación de nubes con nombres derivados del latín: cumulus, stratus, cirrus y nimbus. Las nubes no son clasificadas según dónde van o de dónde vienen, sino cómo lucen al observador.

¿Qué nos dicen las nubes en nuestras vidas? O la pregunta más puntual puede ser: ¿qué ves en tus nubes?

En los momentos donde algún desafío parece inalcanzable o un problema tiene una dudosa solución es cuando existe la oportunidad de “desaprender” y cambiar las características de la nube. ¿Cómo? Haciendo una valoración de lo importante en el proyecto o empresa y dejando al lado lo que distraiga o que no sea imprescindible (los “tiene que tener”, en vez de los “quiere tener”).

A veces hay que regresar al “porqué” de la empresa o del producto para poder descubrir el verdadero “norte”. Las nubes nos hacen aprender, o mejor dicho “desaprender”, porque nos muestran lo importante, lo valioso, la razón de ser, la fortuna de la galleta china y no la galleta china en sí misma. Las apariencias, a veces, engañan.

Por esta razón, cuando tenemos una visión clara de un negocio o de una idea o de un proyecto, pueden aparecer nubes, pero suelen ser momentos transitorios porque tenemos clara la visión y tenemos el anhelo de alcanzar la misión que tenemos. La apariencia de las nubes depende bastante del punto de vista y ánimo del observador; a veces hasta se convierten en arcoíris o, hablando desde el punto de vista de los negocios, una alianza estratégica. Por eso es tan importante la convicción en los negocios para que todos los involucrados crean en el proyecto en vez de ser simplemente los “responsables” (ver mi ensayo en inglés que ganó el premio Drucker, “Managing Complexity – The Cantuña Story of Talent, Opportunity and Belief”.

Todo lo que obstruye nuestra visión se puede describir como una nube. Pero somos nosotros mismos quienes clasificamos la nube según su color, su tamaño y, lo más importante, según lo que podemos “desaprender” de las nubes.

Un antiguo dicho chino sugiere que “la persona que predice el tiempo, gana la guerra”. Yo creo que no sólo se refiere al clima ni sólo a las batallas con artillería; también se puede referir a tiempos difíciles –nubes– en negocios o en nuestras vidas en general y a las batallas donde la meta es alcanzar éxito profesional y personal.

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