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Argentina: el ridículo premio periodístico a Chávez
Mar, 05/04/2011 - 11:06

Martín Krause

Argentina: el ridículo premio periodístico a Chávez
Martín Krause

Martín Krause es profesor de Economía y Secretario de Investigaciones de Eseade (Argentina). Es autor de varios libros sobre política y economía. En 1998, resultó electo por concurso profesor titular de Economía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Se ha desempeñado como rector en Eseade. Es profesor titular visitante de Proceso Económico y de Economía Austriaca I en la Universidad Francisco Marroquín (Guatemala). Obtuvo su doctorado en Administración de la Universidad Católica de La Plata. Ha sido contratado para realizar trabajos de consultoría por la University of Manchester, Konrad Adenauer Stiftung, OEA, BID y G7Group, Inc. Además, ha recibido varios premios y becas, entre las que se destacan la Eisenhower Exchange Fellowship (1993) y el Freedom Project de la John Templeton Foundation (1999-2000). Es académico Asociado del Cato Institute.

Todos los productos y servicios en el mercado reciben una evaluación de calidad por parte de los consumidores, la que se refleja en la reputación y el prestigio de su marca. Esto esta también presente en los premios que distintas organizaciones otorgan. ¿Qué es lo que hace que un premio tenga prestigio?

Hay centenares de premios de todo tipo cubriendo logros destacados en ciencia, humanidades, honores militares y patrióticos, arte y entretenimiento, deportes. Los más importantes premios vigentes se crearon en el siglo XX. Antes de esto hubo gran cantidad de condecoraciones patrióticas y militares, pero durante este siglo los premios se independizaron de los gobiernos (aunque con cierta grado de relación a ellos en una forma u otra), financiados por el sector privado, en particular a partir de legados y donaciones.

Los Nobel son un ejemplo y presentan dos características que pocos pueden tener al mismo tiempo: un alto valor reputación y también un importante premio monetario (US$1.500.000). Otros tienen un importante efecto reputación sin una gran recompensa: la Fields Medal, el reconocido premio en matemática por ejemplo, solamente otorga US$9.500 y el premio Pulitzer, US$10.000; o pueden tener un gran premio sin tanto reconocimiento (Templeton Prize, US$2.000.000; Conrad Hilton Humanitarian Prize, US$1.500.000).

Una elevada recompensa monetaria puede atraer participantes al comienzo del premio, cuando todavía no ha llegado a establecer una reputación. En cierta forma envía una señal de compromiso. Además, la reputación se logra generalmente a través del proceso de nominación y, en particular, con el de selección. Otro elemento importante para consolidarla es quienes han recibido el premio hasta el momento. Por último, la imparcialidad y el prestigio del tribunal de selección transmiten al premio su propio prestigio.

Es decir, hay cuatro elementos fundamentales en la formación y consolidación del prestigio de un premio: el monto del premio, la neutralidad del proceso de selección, la reputación de los miembros del jurado y los nombres de quienes han recibido el premio hasta el momento.

Hace unos años la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, una universidad pública argentina, estableció un premio al periodismo bajo el nombre de Rodolfo Walsh, un periodista desaparecido durante la última dictadura militar. El Consejo Académico de la Universidad actúa como tribunal del concurso para las siguientes categorías:

“El premio a la trayectoria se otorga al profesional que en su trabajo haya demostrado compromiso fehaciente con la verdad y los valores democráticos como sostén fundamental de su práctica, considerada a lo largo de los años, se tendrán en cuenta especialmente aquellos candidatos que hagan investigación periodística más allá de los formatos (audiovisuales, radiofónicos o gráficos)”.

“El premio a la labor periodística distinguirá el trabajo profesional que haya merecido consideraciones especiales durante el año en curso del premio. Si bien no habrá restricción temática específica, se considerará en forma significativa aquellos trabajos que reflejen los valores fundamentales de la vida política democrática como son los de la vida, la justicia y la libertad”.

“Con el premio a la mejor tesis de investigación se distinguirán aquellos trabajos de estudiantes y graduados universitarios de carreras de Periodismo y/o Comunicación de la Argentina que se destaquen por su rigor profesional y su relevancia social como parte del proceso de formación de los futuros profesionales”.

Pues en la ultima edición se decidió premiar al presidente venezolano Hugo Chávez “por su compromiso incuestionable y autentico en afianzar la libertad de los pueblos”. El premio había sido otorgado a destacados periodistas profesionales en el pasado; darlo ahora a quien ha cerrado radios y canales de televisión es la mejor forma de ridiculizar el concepto del premio y destruir su reputación tal vez en forma irreparable.

Esta decisión, además, viola uno de los principios fundamentales del periodismo: la necesidad de ser independiente del poder político, que lo convierte en un elemento fundamental para el control del poder, algo mas importante aun en los casos de países con poca calidad institucional donde esos controles son inexistentes. En este sentido, el premio a Chávez es una farsa, un ridículo que solo pueden cometer quienes están cegados por una ideología que se ha caracterizado por la violación constante de la libertad periodística.

*Esta columna fue publicada originalmente en el centro de estudios públicos ElCato.org.

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