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¿Cuánto cambió Donald Trump la política internacional?
Martes, Noviembre 3, 2020 - 08:55

El manejo de la política exterior del presidente de Estados Unidos, Donald Trump durante su primer mandato tuvo repercusiones en todo el mundo y reconfiguró el estilo de comunicación diplomática.

Desde los primeros días de campaña en 2016, Donald Trump dejó en claro en solo tres palabras cuáles eran los objetivos de su política exterior: "Estados Unidos primero”.

Ahora, luego de casi cuatro años de presidencia de Trump, esas palabras han cobrado cuerpo en los hechos. El unilateralismo y la confrontación han marcado la política exterior de Donald Trump, así como la rotación de personal en la Casa Blanca, las sorpresas y la confusión.

Independientemente del resultado de las elecciones estadounidenses, los cambios bajo el gobierno de Trump, tanto en lo sustancialmente político como en los resultados, han influido en la forma en que otros actores globales ejercen la diplomacia, así como en sus propios enfoques sobre esta.

Estos son los mayores cambios:

Evitar el multilateralismo. Desde que asumió su mandato, Trump ha socavado la cooperación internacional. Apenas tres días después del inicio de su gobierno, sacó a Estados Unidos de la Asociación Transpacífica, un acuerdo comercial con naciones asiáticas. Posteriormente, retiró a su país de numerosos acuerdos y organismos internacionales, como el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y el Acuerdo Climático de París.

Asimismo, las acciones de Estados Unidos han sido unilaterales y han ignorado el consenso internacional, como, por ejemplo, la decisión de reconocer formalmente a Jerusalén como capital de Israel, y la de reubicar la embajada de Estados Unidos esa ciudad.

Margaret MacMillan, profesora de historia de las universidades de Toronto y Oxford, e historiadora invitada del Consejo de Relaciones Exteriores de EE. UU., dijo a DW que "Estados Unidos realmente dañó lo que alguna vez fue una red útil de alianzas e instituciones internacionales. Pienso que eso ha debilitado mucho más la posición de Estados Unidos en el mundo”.

De hecho, una encuesta realizada en septiembre de 2020 por el Pew Research Center mostró que la aprobación de Estados Unidos entre varios países ha caído a su nivel más bajo en décadas.

Daño a las relaciones transatlánticas. "El antagonismo de Trump hacia el multilateralismo representa una diferencia filosófica entre Washington y las capitales europeas”, escribió el Fondo Carnegie para la Paz Internacional en febrero de 2020, en una evaluación sobre las relaciones transatlánticas y la asociación entre Europa y Estados Unidos que surgió después de la Segunda Guerra Mundial y que representa valores compartidos, objetivos y enfoques globales.

Pero la grieta en relaciones entre la Unión Europea y EE. UU. bajo el gobierno de Trump es más que solo ideológica. Trump ha modificado activamente las relaciones transatlánticas. En repetidas oportunidades cuestionó el valor de alianzas como la OTAN, así como anunció un retiro punitivo de tropas estadounidenses de Alemania, promulgó aranceles comerciales contra la UE y amenazó con sanciones por el gasoducto ruso Nord Stream 2.

MacMillan opina que esas presiones podrían llevar a cambios duraderos. "Es como en la amistad. Uno tiende a confiar en los amigos, pero una vez que esa confianza se quiebra, es muy difícil restaurarla”, señaló. "Europa se acostumbró a confiar en el ‘Gran Hermano' de Washington. Y tal vez ahora los europeos están diciendo claramente que ya no pueden confiar más, y que tendrán que seguir desarrollando -como lo vienen diciendo desde hace décadas- su propia política exterior independiente”.

China obligó a una visión crítica. Desde una guerra comercial, con aranceles estadounidenses para ejercer presión sobre otros países a fin de bloquear la construcción de la red 5G por parte de la compañía china Huawei, el rumbo de confrontación de Trump con China colocó forzosamente a ese país asiático en el foco de la atención global.

Las duras críticas de Trump han sido aplaudidas por muchos de los que creen que China se ha beneficiado de manera injusta de los acuerdos internacionales de comercio durante demasiado tiempo, mientras continúa con las violaciones de los derechos humanos.

"El presidente Trump ha hecho bien en desafiar a China por sus acciones en el área comercial”, escribió Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, en el prólogo de una evaluación de mediano plazo de la política exterior de Trump.

MacMillan coincide con esa apreciación: "No quiero atribuirle demasiado a Trump, pero creo que probablemente estuvo en lo correcto, o su gobierno estuvo en lo correcto, al llamar la atención de los chinos sobre la propiedad intelectual”. Las tensiones entre EE. UU. y China eran anteriores a Trump, pero "se volvieron mucho más graves y articuladas”, añadió.

El peligro de la diplomacia vía Twitter. Con respecto a la comunicación en política exterior, Trump y su administración han dado mensajes contradictorios en diferentes momentos y canales de comunicación, y, no en último lugar, a través de la cuenta personal de Trump en Twitter, a menudo con una retórica belicosa.

 

Alexi Drew, que investiga el rol de las redes sociales en la escalada de conflictos en el Centro de Estudios sobre Ciencia y Seguridad en el King's College de Londres, apunta a las relaciones entre EE. UU. e Irán como un ejemplo básico de cuán delicado y potencialmente peligroso para los conflictos internacionales el estilo diplomático vía Twitter que ejerce Trump.

"Si uno se pone en el lugar del ministro iraní de Relaciones Exteriores, Yavad Mohamed Zarif, y en el de los iraníes, es muy difícil cerciorarse de cuál es exactamente la posición de Estados Unidos, debido a los mensajes repetidamente contradictorios provenientes del Departamento de Estado y de las distintas cuentas de Donald Trump”, dijo a DW Drew, agregando que "todas esas cuentas, incluida la del Ministerio de Defensa, no están alineadas en cuanto a su mensaje y a su contenido”.

Drew no cree que Twitter pueda por sí mismo desencadenar un conflicto. Sin embargo, "el uso de Twitter en un marco o escenario existente de tensión, o en una crisis histórica entre dos países, puede conducir a una escalada no intencional más allá de lo que podría suceder sino se usara Twitter”, explica.

Autócratas envalentonados. Otra consecuencia de los cuatro años de gobierno de Donald Trump es que los gobernantes autocráticos del mundo se han envalentonado. A pesar de que muchos ya estaban en el poder antes de Trump, el carácter de las relaciones del presidente estadounidense con ellos, que va desde la falta de crítica hasta la admiración, subraya una aprobación latente de su estilo de gobierno y revela falta de voluntad para abordar presuntas violaciones a los derechos humanos.

Un ejemplo de ello es la postura de Trump hacia Arabia Saudita tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. En medio de crecientes evidencias de que los miembros más importantes de la familia real saudí estaban supuestamente involucrados, Trump expresó su apoyo al gobierno saudí.

Bajo Trump, "ellos [los líderes autoritarios] no van a recibir ningún tipo de rechazo de Estados Unidos en este momento", concluyó MacMillan.

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Deutsche Welle