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El imperio en Chile: los efectos de la visita de Obama
Mié, 02/03/2011 - 15:21

Bernardo Navarrete Yánez

El imperio en Chile: los efectos de la visita de Obama
Bernardo Navarrete Yánez

Bernardo Navarrete Yáñez es Profesor Asociado de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago de Chile (Usach).

Si preguntáramos al ciudadano de a pie o a un transsantiaguino, sobre el efecto que ha tenido para Chile la visita de los presidentes norteamericanos, muy posiblemente las respuestas serían vagas, aunque la mayoría sería capaz de mencionar a lo menos a alguno de los cinco mandatarios del país del norte: Dwight Eisenhower (1960) George Bush padre (1990), Bill Clinton. (1998) y George W. Bush (2004). Es que más allá de que las estadías fueran producto de giras oficiales o cumbres presidenciales, cuando el hombre más poderoso del mundo visita un país pequeño, se nota y se recuerda.

En consecuencia, qué debemos esperar de una visita más corta de lo que quisiera reconocer la elite gobernante, ahora que Sebastián Piñera recibirá a Barack Obama.

En primer lugar, nos encontraremos en el plano políticos con dos mandatarios que poco o nada se conocen, de hecho Obama conoce más a la ex presidenta Michel Bachelet que al actual mandatario, y si su fuente de información fuera el Departamento de Estado, y en consecuencia los diplomáticos norteamericanos destacados en Chile, inexorablemente entraría a los informes que elaboraron sobre Piñera y que fueron desclasificados por Wikileaks, donde se señala que éste “se maneja al límite ético y legal en sus negocios y en la política”.

Pero más allá de este hecho, a Piñera se le reconoce ex ante un liderazgo en el contexto latinoamericano, en palabras del portavoz de la Casa Blanca: "el viaje brindará una oportunidad para resaltar el compromiso del presidente con los líderes clave del continente", y este es el principal desafío que debería asumir el primer mandatario chileno, ya que deberá estar a la altura del “importante discurso sobre la región” que realizaría Obama y que fue anunciado por el canciller Alfredo Moreno.

En este sentido, el discurso de Piñera no debería ser sólo hacia los chilenos, sino que debería contemplar la necesidad de proponer ideas y políticas públicas hacia un continente donde mayoritariamente los gobiernos no son de derecha, pero que reconocen las políticas sociales que implementó la coalición de partidos de centro izquierda que gobernó Chile entre 1990 y el 2010, buena parte de las cuales se siguen implementado bajo la actual administración, aunque en los hechos toda implementación es “perfectamente imperfecta”. En palabras de Alvaro Vargas Llosa, Chile debe superar su excesivo retraimiento en su relación con el resto del continente, a la vez que cambiar su tendencia a las relaciones bilaterales.

Piñera entonces está llamado a dejar en el olvido aquella penosa frase sobre que Chile es una “buena casa ubicada en un mal barrio”, y que llevó a más de alguno de sus adherentes a explicitarlo en sus viajes dentro del continente y con ello a no gozar de un particular afecto de nuestros vecinos.

En segundo lugar, el impacto económico de la agenda que se desarrolle en Santiago estará determinado por debate previo entre las dos administraciones y descansará en la firma de la declaración conjunta que se realizara en el Patio de Las Camelias, del Palacio de la Moneda, y que podría incorporar la firma de distintos acuerdos bilaterales, los que considerarían diversas materias de cooperación científica, entre ellas la energía nuclear.

En este plano, el económico, es donde es más evidente la posición relativa de Chile, ya que en definitiva, como bien plantea la prensa internacional, Brasil es el socio ambicionado por la mayoría de las grandes potencias y si el esperado gran anuncio de Obama -que se proclamará para América Latina desde Santiago- es sobre el libre comercio, poca novedad tendrá para los chilenos, ya que existe un tratado vigente.

Lo anterior no significa que no exista un impacto económico, ya que éste se da en lo intangible de la visita: el homenaje del que seremos objeto. Hacer bien las tareas reditúa beneficios de inversión y consolidación de mercados y al ser mencionados en el discurso sobre el Estado de la Unión que realizo el presidente Obama, a fines de enero, ante las dos cámaras del Congreso Norteamericano, la economía nacional se ha beneficiado un poco más.

Finalmente, y como ya se ha insinuado, el gran ganador con la visita será Piñera, quién tendrá la oportunidad de mostrar un país que se reconstruye y rescata mineros con ayuda del “pequeño empresario” norteamericano Brandon Fisher, y que al igual que Obama, ha pasado por Harvard y se ha construido por merito propio el camino a la primera magistratura del país, hecho que bien comunicado podría ayudarle a subir algunos puntos en las encuestas de este primer semestre.