La definición del próximo mandatario estadounidense ha propiciado como pocas veces un clima generalizado de tensión e incertidumbre en ambos comandos. El masivo voto por correo y una serie de disputas estrechísimas mantendrán las luces encendidas toda la noche.
Mientras millones de estadounidenses seguían en las urnas, los análisis y proyecciones de las elecciones presidenciales no se detenían. Así fue avanzando esta histórica noche, en espera por terminar de dilucidar quién conducirá las acciones de la primera potencia mundial.
Diversos reportes dan cuenta de lo estrecha y disputada que puede terminar siendo esta elección. De hecho, como consigna la agencia Reuters, ante la posible batalla legal, ambos bandos han reunido un ejército de abogados.
Tanto la campaña del presidente de EE.UU., Donald Trump, como la de su rival demócrata, Joe Biden, se preparaban este día de comicios para disputas judiciales que podrían llegar tras el recuento de votos.
No es inusual en Estados Unidos que los estados se tomen varios días o incluso semanas para contar sus votos. El aumento récord del voto por correo —causado por la pandemia— podría provocar que el recuento se prolongara más de lo normal.
Trump, a la zaga en las encuestas de opinión, ha criticado el voto por correo, tachándolo de fraudulento y sugiriendo que tomaría medidas legales si los estados siguen contando papeletas después del martes.
"En ningún caso Donald Trump será declarado vencedor la noche de las elecciones", dijo a los periodistas la directora de campaña de Biden, Jennifer O'Malley Dillon. "Podría tomar hasta el viernes 6 de noviembre para que se cuenten todas las papeletas", escribió el jueves la oficina de la secretaria de Estado de Michigan, Jocelyn Benson. "Dependiendo de qué tan reñidas sean las carreras, esto probablemente signifique que los resultados no se determinarán el martes".
¿JUDICIALIZAR LA ELECCIÓN?
Tanto Bruce Ackerman, académico constitucional y profesor de la Facultad de Derecho de Yale como otros expertos consultados por la agencia DW creen que es poco probable que veamos una repetición del caso de la Corte Suprema de Bush contra Gore de 2000, que decidió el resultado de esa elección presidencial, a pesar de las declaraciones del presidente Trump en sentido contrario.
"Las consecuencias de Bush contra Gore repercutieron contra la Corte Suprema de Estados Unidos", dice Ackerman a DW. "Sin ningún precedente, sorprendió a los juristas de todo el espectro", recuerda. Para él, lo más probable es que en una situación así, el Congreso eligiera al ganador.
En este punto, Mauricio Bugueño, analista político y gerente de contenidos de KOM, coincide en que sería una divergencia muy fuerte y dura que llegue a la Corte Suprema: “Lo veo difícil. En el 2000 pasaron 35 días para un desenlace. Yo creo que por el escenario de polarización que hay ahora en Estados Unidos es inviable un cuadro de esa naturaleza, se generaría una crisis político institucional mucho mayor. Creo que hay actores conscientes de eso, de lado y lado, que no me puedo imaginar que vayan a permitir que fluya o que se haga posible un escenario de esa naturaleza viendo los riesgos internos que hay de polarización”.
No obstante, considerando el antecedente del año 2000, cuando se tardó varias semanas en definir el resultado en Florida hasta que finalmente la Corte Suprema “frenó el reconteo”, Patricio Zamorano, director Ejecutivo de la Consultora de Washington DC InfoAmericas, advierte que “hasta el 20 de enero, cuando asume el nuevo presidente, hay tiempo para todos los temas legales, demandas judiciales, conteos... Hay espacio para resolver las divergencias legales”.
MEDIOS DIGITALES
Un factor interesante que se presenta para esta elección lo aporta Ximena Céspedes, socia fundadora de Metrics, quien comenta a AméricaEconomía: “Esta elección es prácticamente digital por dos razones: una, porque hemos estado encerrados. Cualquiera de los dos que gane puede darse el lujo de decir que ganó una elección atípica, porque estábamos encerrados”.
Consultada respecto al peso de los medios digitales en la elección, comparándola con instancias anteriores, comenta: “En general, la gente en Obama efectivamente fueron los primeros que ganaron en redes sociales. Hillary perdió gracias a los medios digitales y ahora los dos las están usando bien. Trump es un mago usando los medios digitales, él pone la agenda desde Twitter. Vamos a ver cómo le va”.
En cuanto al escenario actual, la directora general de Metrics estima que los medios digitales y redes sociales influirán más en temas como la polarización, porque si Biden no gana por un margen muy grande, mañana va a haber una polarización más grande que la que estábamos teniendo. “Además, la polarización, a diferencia de otras campañas, no es solamente digital, ahora son movilizaciones organizadas por los medios digitales y eso puede hacer que la gente se mueva de un lado a otro, que fue lo que pasó cuando en mayo el policía mató a George Floyd”, concluye Céspedes.
INCERTIDUMBRE SISTEMÁTICA
Finalmente, en cuanto al clima generalizado de incertidumbre que generan elecciones como la estadounidense, Zamorano considera que es un tema grave: “Tenemos 50 jurisdicciones por los 50 estados, 50 regulaciones, y eso te da un desorden enorme. Es muy importante eliminar ese nivel de incertidumbre. También hay legislaciones paralelas de cómo se hace el voto por correo, el voto adelantado. Entonces, hay mucha polémica en cuanto a eso. Provoca mucho ruido”.
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El académico y analista internacional añade: “Tampoco hay un sistema nacional relacionado con las elecciones, no existe un sistema federal y eso es un problema también. Entonces, el sistema electoral de Estados Unidos es muy imperfecto y abierto a este tipo de incertidumbres que yo creo que le hacen daño a la democracia”.
Mauricio Bugeño hace referencia a iniciativas y proyectos demócratas que buscaban cambiar el sistema de votaciones, pero que no han podido avanzar. “Yo creo que es posible que si los demócratas ganan la presidencia y ganan ambas cámaras pueda reflotar ese proyecto o una idea similar”. “Estados Unidos debiera avanzar hacia un sistema moderno, en mi opinión, -un hombre, un voto- pero también puede avanzar hacia un sistema mixto de mayor proporcionalidad”, concluye.
Por Gwendolyn Ledger y Héctor Cancino.
