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Fuerza laboral capacitada, el desafío para avanzar el crecimiento en Latinoamérica
Dom, 19/06/2011 - 15:23

Andrés Pumarino M.

La posición de Chile en el Informe del World Economic Forum
Andrés Pumarino M.

Andrés Pumarino es abogado de la Universidad Adolfo Ibañez (Chile), con postítulo en Derecho Informático en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. También posee un postítulo en Gestión de Negocios en la Universidad Adolfo Ibañez. Es socio en Legal Trust.

A pesar del desarrollo económico que están experimentando varios países en Latinoamérica  para lograr mejorar y aumentar el crecimiento se debe invertir en la acumulación de capital humano y ello impactará en la productividad.

El cambio constante de las tecnologías y las exigencias de los mercados hace necesario que la fuerza laboral se adapte a los nuevos requerimientos que nos presenta un mundo globalizado. Conceptos como educación continua o el desarrollo de competencias de empleabilidad para mejorar las capacidades de los trabajadores son temas que cada vez más deben preocupar, tanto, al sector público como a las empresas.

Para que los trabajadores progresen en su carrera laboral no basta únicamente que sepan leer y escribir, sino que se requiere entregar competencias que les habiliten de manera oportuna para aumentar la productividad en las organizaciones, para ello es fundamental que las intervenciones que se realicen se vinculen a partir de las demanda del mercado y en la identificación que los Estados realizan.

La fuerza laboral de Latinoamérica debe prepararse para que su economía evolucione desde vender recursos naturales sin procesar, para pasar a la venta de productos procesados y en los que se agregue valor. Un tema que debe llamar la atención de nuestros gobernantes es la capacitación de laboral que debe estar preparada para el complemento del mercado del trabajo, para que sea una contribución al cierre de las brechas que existen.

Los Estados deben corregir las fallas en aspectos que impactan en la productividad y el fomento de la actividad productiva de los países, al ser el capital humano uno de los factores determinantes en el desarrollo de una economía; ante un contexto de globalización, la acción del Estado en el ámbito del trabajo se complementa al esfuerzo del sector productivo para integrarse y adaptarse a la realidad de mercados cada vez más competitivos.

La evolución del mercado es cambiante y las exigencias de permanente mejora de los ámbitos productivos implican que los Estados en Latinoamérica revisen y mejoren los sistemas de capacitación laboral tradicional basada en intervenciones aisladas que no son suficientes para hacer frente a los requerimientos del siglo XXI. Hoy se requiere una importante adecuación de las capacidades de los trabajadores de Latinoamérica para que el trabajador avance  en su carrera laboral, y por consecuencia, sea más productivo, pero sobre todo es importante destacar que las intervenciones que se realicen sean a partir de las demandas reales y según la identificación de prioridades de los Estados.

Por otra parte, debemos fortalecer los sistemas educativos y de formación para el trabajo; ellos  deben comenzar a formar a sus estudiantes en el reconocimiento de la necesidad de fortalecer las habilidades, destrezas y actitudes, elementos relevantes para la empresa de hoy. No se debe entregar el conocimiento de manera encapsulada, sino a través de competencias que hagan frente a la sociedad global en que vivimos.

Herbert Simon, ganador del Premio Nobel de Economía, ha dicho que: "el significado de 'saber' ha cambiado de ser capaz de recordar y repetir información, a ser capaz de encontrarla y usarla". La globalización de las comunicaciones, la economía y el comercio es una realidad difícilmente reversible.

Los más recientes hallazgos de la investigación en pedagogía señalan que, para mayor efectividad, los ambientes de aprendizaje deben estar centrados en el aprendiz; no es suficiente entregar cursos de capacitación inferior a 20 horas, se requiere generar itinerarios formativos que realmente permitan a los trabajadores recibir habilidades, destrezas e incluso desarrollar las actitudes que requiere la empresa del siglo XXI, para aumentar realmente su productividad y que agreguen valor en su gestión.

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