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Giammattei recibirá una Guatemala débil y vulnerable, según Moody’s
Jueves, Agosto 15, 2019 - 15:36

“Aunque hasta ahora ha demostrado ser resistente a la agitación política en los últimos años, el país también sigue siendo susceptible al riesgo de eventos políticos dada la alta desigualdad de ingresos y las investigaciones en curso sobre la corrupción gubernamental”, dice el reporte.

Ciudad de Guatemala. Aunque la valoración que hace la agencia de riesgo es positiva para la economía nacional, la entidad advierte sobre una debilidad institucional que deberá atender el próximo gobierno.

Luego de oficializarse los resultados de la segunda vuelta electoral y que dieron como ganador a Alejandro Giammattei Falla como presidente electo y a Guillermo Castillo Reyes, como vicepresidente, la calificadora mantiene la nota en Ba1 con perspectiva estable.

Sin embargo, la agencia muestra el tema de la debilidad institucional como un “índice de riesgo político” que mide la calidad del desempeño de las instituciones.

“La fortaleza institucional sigue siendo débil en general, particularmente en las áreas de estado de derecho, efectividad de gobierno y control de la corrupción”, indica el documento que fue publicado el miércoles.

Se detalla que, “aunque hasta ahora ha demostrado ser resistente a la agitación política en los últimos años, el país también sigue siendo susceptible al riesgo de eventos políticos dada la alta desigualdad de ingresos y las investigaciones en curso sobre la corrupción gubernamental”.

Alejandro Giammattei y Guillermo Castillo, el binomio presidencial electo, deberán de enfrentar varios desafíos, sobre todo en recuperar la institucionalidad. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández Ovalle)
Moderada fortaleza. Moody´s, resalta que el desarrollo económico sigue siendo un desafío para el país, dado que casi una cuarta parte de su población vive por debajo del umbral internacional de la pobreza.

Además, que el crecimiento está limitado por la gran parte del sector informal en la producción económica.
Consideran, según el documento, que cerca del 70% de la población económicamente activa está empleada en el sector informal, lo que limita las ganancias de productividad que pueda atraer la formalización.

También que la baja inversión continúa limitando las perspectivas brutas a un corto plazo. Concretamente señala como carencias:ingresos públicos débiles, infraestructura deficiente
indicadores sociales débiles, desafíos de seguridad interna y un estado de derecho débil

Detalla que la inversión bruta ha promediado cerca del 14% en los últimos once años.

Para Karin Slowing Umaña, analista independiente, el informe refleja que hay una “institucionalidad acabada” que no está operando en las líneas de desarrollo, una prosperidad que no es para todos y un estado para reproducir una lógica “perversa” afectada por la corrupción y eso recibirá el gobierno de Giammattei en enero del 2020.

“Es un estado que funciona para la transa, para los negocios, pero no para el desarrollo, una institucionalidad debilitada y una carga fiscal menor al 10%, presupuestos inejecutables, funcionarios que no están calificados en sus cargos y programas que no funcionan, personas que entraron por clientelismo y no por competencia y eso es lo que absorberá a las nuevas autoridades”, afirmó Slowing Umaña.

En pocas palabras, dijo la analista, las autoridades heredarán un deterioro que viene en los últimos ocho años.

Baja fortaleza y Cicig. El informe resalta que la débil fortaleza institucional se refleja por su bajo ranking en los indicadores de gobernanza del Banco Mundial, particularmente para el Estado de Derecho, la efectividad del gobierno y el control de la corrupción.

Recalca que la Cicig junto con el Ministerio Público, han liderado la lucha contra la corrupción en los últimos años, y el retiro por parte del gobierno guatemalteco es “un revés significativo” para la fortaleza institucional.

El informe reconoce que el país tiene un largo historial de políticas monetarias prudentes y efectivas dirigidas por una banca central independiente, transparencia de datos y una relación sólida con el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre otros organismos.

Al respecto, Julián Salinas, político y economista de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen) con sede en El Salvador, considera que la debilidad institucional no tiene nada que ver con la salida de la Cicig, y ese patrón era así antes de la llegada del organismo de las Naciones Unidas.

“Guatemala necesita fortalecer la transparencia, rendición de cuentas, y el fortalecimiento de sus instituciones para el combate de la corrupción”, señaló.

Recordó que Guatemala a escala regional es el tercer país con la institucionalidad más débil de Centroamérica del período 2013-2017, en calidad de instituciones con una puntuación de 61.5 puntos.

En primer y segundo lugar están Costa Rica, –con 71.5, puntos– y El Salvador, –64.4 puntos–.

En la medida en que el indicador sea más bajo, es peor, en los fundamentos para prevenir salidas de flujos de capital y de inversión, recalcó Salinas.

Honduras tiene una calificación de 60.1 puntos, Nicaragua, 61.7; Panamá 71; República Dominicana, 67.9 y el promedio de la región es de 65 puntos.

El informe reconoce que el país tiene un largo historial de políticas monetarias prudentes y efectivas dirigidas por una banca central independiente, transparencia de datos y una relación sólida con el Fondo Monetario Internacional (FMI). (Foto Prenssa Libre: Hemeroteca)

Susceptibilidades. En el contexto de susceptibilidad al riesgo de eventos políticos, la calificación es moderada.

“Nuestra evaluación de la susceptibilidad de Guatemala al riesgo de eventos se debe principalmente a su vulnerabilidad a episodios políticos negativos, derivados de la alta desigualdad de ingresos, niveles elevados de pobreza y las investigaciones en curso sobre corrupción”, subraya el informe.

Pero, aunque las presiones sociales y las políticas hacia la inestabilidad disminuyeron luego de ese episodio, las investigaciones de corrupción llevadas a cabo en el 2017 por la Cicig que implicaron al presidente Jimmy Morales y a algunos miembros de la familia en “violaciones de financiamiento de campaña política”, resultaron en una “crisis política renovada”.

Por otro lado, “se espera que la reciente elección de un presidente (Giammattei) de centro derecha se refleje en la continuidad de políticas ampliamente ortodoxas, incluida la gestión fiscal y monetaria prudente” señala el texto.

Advierte de que los resultados de las elecciones aumentaron la fragmentación política ya significativa en el Congreso, que continuará limitando el paso de la agenda legislativa del ejecutivo, lo que obstaculizará la efectividad general de las políticas.

Slowing Umaña explicó que debe existir un interés del nuevo Gobierno de superar y ordenar la situación de lo que planeta la agencia Moody´s, pero, por ahora no está claro aún si habrá continuidad dentro de la lógica del gobierno actual.

Citó como ejemplo, que las decisiones que adopte el presidente electo, de cómo manejar el problema de la compra de los aviones Pampa III a Argentina o el acuerdo de cooperación con Estados Unidos, son los elementos que impulsó Morales.

“Es un gobierno electo de corte empresarial parecido a la Gana y al PAN y va a haber un giro para hacer funcional la política económica”, señaló.

En el caso del sector bancario, el informe de Moody’s, detalla que el sector bancario tiene una penetración moderada en la economía y el crecimiento del crédito viene con una desaceleración (ritmo de crecimiento menor) desde el 2016, luego de haber experimentado crecimiento.

La desaceleración en el crecimiento económico y crediticio también condujo a un aumento en la morosidad de los préstamos en 2016, pero los niveles se han mantenido estables y manejables desde entonces.

El sistema bancario está concentrado, y los tres bancos principales representan el 65% de los activos del sistema.

La mayoría de los bancos son de propiedad privada, mientras que la mayoría de los bancos extranjeros que operan en Guatemala son subsidiarias de Colombia y el banco centroamericano.

Refieren que el PIB guatemalteco creció 3.1% en 2018, con un promedio de 3.5% en los últimos cinco años, y el país no ha experimentado una recesión en casi tres décadas.

Además, que el consumo privado es el motor clave del crecimiento, apoyado por el aumento de las remesas familiares que representa el 10% del PIB desde el 2015.

“La banca es sólida” José Porras Garín, presidente de la Cámara de Finanzas de Guatemala (CFG), declaró que el sistema bancario nacional, se encuentra sólido y se ha demostrado año con año, como en sus índices de capitalización que son sólidos, los índices de rentabilidad y una cartera crediticia con una mora controlada en comparación con otros países.

Los indicadores de la banca están muy saludables y las instituciones bancarias están reforzando sus políticas en administración de riesgo, en activos y financiamiento contra el terrorismo con el objetivo de mantener una banca más sólida y competitiva, manifestó el directivo.

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Recordó que el ránquin del sistema bancario a nivel global de Guatemala está dentro de los primeros 15 puestos y esto se debe a un buen desempeño que las instituciones han tenido, en cuanto a esa adecuada administración de riesgos y cumplimiento de las normativas que exige Basilea (normativas internacionales).

Además de un cumplimiento activo de un regulador bancario (Superintendencia de Bancos). “Como sistema estamos como un calificativo muy bueno”, subrayó el presidente de CFG.

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