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Lucía Dammert, analista internacional: "No podemos permitir que el suicidio de Alan García sea también el homicidio de los sucesos investigativos"
Miércoles, Abril 17, 2019 - 18:40

La académica peruana de la Universidad de Santiago, en Chile, estima que el suicidio del ex mandatario peruano va a ser analizado con gran detalle y ello puede abrir una "cacería de brujas", dirigida principalmente contra los fiscales del Ministerio Público.

-Usted ha mencionado que el suicidio del expresidente Alan García abriría una temporada de caza brujas. ¿Esa situación puede llevar a que el gobierno de Martín Vizcarra se tambalee?

-El suicidio del presidente Alan García da para un buen remezón de la política peruana. Acá tienes a un expresidente que ejerció la presidencia en dos períodos; a un político de alto calibre, que si bien venía en bajada, todavía puede provocar que miles de personas lloren su muerte. Y bueno, ha logrado consolidar una imagen de que estaba siendo perseguido injustamente, a pesar de toda la evidencia existente.

Hay que destacar el hecho de que hayan salido muy rápidamente voceros y cercanos al expresidente García a hablar con mucha fuerza, mucha furia y sobre todo, mucha organización; a entregar el mismo discurso: acá hay fiscales de izquierda que orquestaron, junto al presidente Martín Vizcarra, una estrategia de persecución al expresidente García, y no hacen lo mismo con el actual mandatario, que también tiene sus casos. Entonces, si tú miras el argumento de su abogado y sus cercanos, ellos ponen en entredicho la calidad de la justicia, la calidad del ministerio público, la utilización de la policía. Pero además, establece la percepción de que acá hay una estrategia de seguimiento o persecución contra García.

Esos factores pueden generar una situación de caza de brujas. En esa línea, evidentemente va a haber un análisis en micro detalle de cómo el presidente se logra encerrar en su pieza… Los temas de procedimiento van a ser analizados en micro detalle y ahí la cacería, creo yo, va a ser principalmente contra los fiscales.

-¿Y ese revuelo político podría ser un golpe directo a la gestión de Vizcarra? ¿Podría tambalear al gobierno?

-No, creo que tambalear a la actual administración es demasiado, aunque estamos hablando de un presidente que perdió 14 puntos de aprobación en el último mes, de acuerdo a las últimas encuestas, y que acababa de cambiar a su gabinete.

No es un gobierno puesto en sí mismo, sólido, de largo aliento. Desde ese punto de vista, habrá que ver qué tanto daño o con qué tanta fuerza se instala la percepción de un seguimiento político sobre la figura del expresidente García.

Lo que todo el mundo espera es ver la reacción del expresidente Pedro Pablo Kuczynski, que también está detenido, en una clínica, y cuáles van a ser las acciones que tomen los fiscales sobre el círculo más cercano a García.

-Pero el cierre de la causa sobre García puede beneficiar a sus más cercanos.

-Habría que mirar jurídicamente cómo los van a tratar, pero sin duda van a continuar las investigaciones sobre ellos. Está toda la evidencia que recibieron varios de ellos, como el ex ministro de Transporte, el ex presidente de Petroperú, los hijos de algunos cercanos a Alan García...

Ahora, para la justicia tampoco va a ser fácil. La justicia peruana tiene una espada de Damocles sobre la cabeza, porque imagínate que lleguen a decir que no había nada. Eso podría dar pie a una crisis institucional profunda, con un presidente de la República suicidado por las definiciones de la justicia… Como dicen, es un zapato chino, una situación muy complicada.

 

-Hay gente que ya apunta a la responsabilidad de la justicia y su pretensión de refundar al Perú, en vista de las sucesivas crisis que han debido enfrentar en los últimos años los poderes Ejecutivo y Legislativo. En ese sentido, ¿podría haber una pasada de cuenta a la justicia peruana?

-Por supuesto, en el mundo político estamos hablando de un montón de congresistas, alcaldes, presidentes regionales que están siendo investigados y hay un interés del establishment político en disminuir la magnitud y profundidad de las investigaciones. Eso es sin duda. Y por otro lado, ya tienes una ciudadanía que está harta de toparse todos los días con los negociados, grandes o pequeños, existentes en el mundo de la política. Entonces, la pregunta es: ¿qué tanto impacto va a tener la muerte de Alan García respecto a esa presión ciudadana?

Tenemos que esperar a ver qué pasa en las próximas 24 horas y ver si la situación de un lamento ciudadano logra ser coordinado para llegar a una cosa mucho más organizada, con un trasfondo político que implique que al final de este miércoles, o bien este jueves, tengas gente que salga a marchar pidiendo que saquen a los fiscales o movilizaciones en el país exigiendo definiciones judiciales. Yo creo que algo puede ocurrir, aunque el APRA no es un partido de crisis, que pueda organizar este mismo jueves una resistencia ciudadana frente a lo que consideren una situación de opresión.

-¿Cuál es el período clave para una hipotética situación como esa?

-Las 48 horas. Acá se está creando un relato político, con un liderazgo político, si este es un velorio multitudinario, con múltiples muestras de malestar, eso puede dar germen a una acción política. Pero, si por otro lado, en 24 horas la situación crea mucha pena, pero la gente ya está pensando en Semana Santa, se acabó. Disminuyen las posibilidades de mayores secuelas.

Ahora, más allá de lo inmediato, sí creo que es muy importante tener una separación de lo que fue el suicidio y por otro lado, la disposición de mantener y no matar la investigación judicial. No podemos permitir que el suicidio de Alán García sea también el homicidio de los sucesos investigativos. Hay que mantener las cuerdas separadas.

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Gastón Meza Acuña