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Obama en campaña: ''nuestro camino hacia la victoria... empieza ahora''
Vie, 08/04/2011 - 09:42

Bernardo Navarrete Yánez

El imperio en Chile: los efectos de la visita de Obama
Bernardo Navarrete Yánez

Bernardo Navarrete Yáñez es Profesor Asociado de la Licenciatura en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago de Chile (Usach).

Joseph Schlesinger planteó en 1991 su “teoría de la ambición política”, que señala que los políticos responden esencialmente al objetivo de conseguir cargos públicos y, en consecuencia, la reelección sería la concreción de esa ambición.

El presidente Barak Obama, al anunciar oficialmente su intención de postular a la reelección en noviembre de 2012, deja a los ciudadanos “poco atentos a la política”, frente a un hecho trascendente de su tiempo, no por la reelección en sí misma, ya que buena parte de los presidentes norteamericanos la han buscado, sino porque nuevamente serán llamados a ser parte del movimiento popular que lo llevó a la Casa Blanca el 2008.

Por segunda vez, la teledemocracia y la democracia directa que están generando las redes sociales, serán relevantes en la búsqueda de concebir una campaña que, en palabras de Obama, necesita -al igual que la anterior-, de "la organización de la gente manzana a manzana, hablando a los vecinos, a los compañeros de trabajo y a los amigos”.

En este sentido, la pregunta no es si el actual mandatario necesita un nuevo período para implementar el proyecto que les presentó en 2008, sino más bien, si los republicanos tienen un candidato de envergadura para enfrentarlo; si ello es así, entonces los demócratas tienen menos tiempo que el establecido por Obama hace algunos días atrás.

¿Es posible mantener una campaña de 22 meses? Si la preocupación es el dinero para sostenerla, ello no sería un problema de acuerdo a las proyecciones que realiza el equipo que se instala en Chicago para iniciar este cometido. Ellos saben que un presidente en campaña es una maquina demoledora para cualquier desafiante, donde normalmente los incumbentes (titulares de cargo) tienen más posibilidades de ser reelectos y si uno quiere apostar-aportar su dinero, esta sería la inversión más rentable.

Asimismo, saben también que al final del día, tras el recuento de los votos, siempre habrá más votantes que delegaron su soberanía en el presidente, que los votos efectivamente escrutados. Pero dada la singularidad de su sistema electoral mayoritario, cabe la posibilidad de que un candidato sea elegido con mayor número de votos electorales, a pesar de tener menor número de votos populares, como ocurrió en la contienda Bush-Gore.

Esto debe hacernos reflexionar en torno a los electores, quienes cuentan con un sólo instrumento para alcanzar dos objetivos: escoger buenas políticas y a políticos que traigan buenas políticas. De acuerdo a ello, las elecciones son un instrumento torpe de control, ya que los electores tienen sólo una decisión que tomar con respecto a todo el programa que les presentan los candidatos, o dicho de otra manera, el voto comunica poco acerca de las preferencias del elector.

Más allá de estas realidades político electorales y las divagaciones que sobre esto pudiéramos hacer, al final del día a los norteamericanos también les importa el estado de la economía. Revisando los diarios norteamericanos, las predicciones apuntan a la recuperación de la crisis económica y a la baja del desempleo, lo que -para suerte de Obama-, terminaría ayudándolo en las próximas elecciones, desplazando la promesas incumplidas en los temas de derechos humanos en Guantánamo y los distintos escenarios de guerra que enfrenta el país del norte.

En este auspicioso escenario futuro, debemos recordar la “Ley del Esfuerzo” que propuso Lowi, según la cual los presidentes dedican la primera mitad de su periodo, a tener éxito conforme a su toma de posesión y a sus promesas, y consagran la segunda mitad a crear la apariencia de éxito.

Apariencia o no, dentro de los próximos 22 meses veremos la oferta electoral de Obama, lo que permitirá alejarnos de la pregunta que hoy motiva al equipo electoral del presidente: ¿quién vota?, pasando a la cuestión que preocupaba a Bobbio: ¿sobre cuáles cuestiones se pueden votar?

En este sentido, ¿qué nos debería preocupar en una campaña electoral de dos años? Básicamente una nueva ley de inmigración; ese sólo hecho podría servirnos para justificar a la distancia un segundo mandato. Sin embargo, los electores norteamericanos no tienen los mismos intereses nuestros.

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