Pasar al contenido principal

ES / EN

Presidente mexicano delega medidas contra coronavirus a empresas, rivales y aliados
Sábado, Marzo 21, 2020 - 14:37

El mandatario, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que no hay motivo para alarmarse y continúa celebrando regularmente multitudinarias reuniones públicas en todo México.

Ciudad de México.- A medida que México lucha por contener el brote de coronavirus, muchas iniciativas destinadas a moderar la amenaza no han venido del presidente, sino de empresas, funcionarios menores y personas comunes.

El peso mexicano se ha desplomado a mínimos históricos frente al dólar y los analistas esperan que la economía sufra un duro golpe en 2020.

El mandatario, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que no hay motivo para alarmarse y continúa celebrando regularmente multitudinarias reuniones públicas en todo México. Argumenta que el país debe seguir limitando el daño a la economía para evitar que perjudique a los pobres y ancianos.

"Si estuviese yo angustiado, si la situación estuviese fuera de control, también se los diría. Yo siempre hablo con la verdad", dijo el viernes en un video desde su asiento en un avión mientras se preparaba para iniciar una gira de fin de semana. "Pero no es así", añadió.

Por la noche, sin embargo, compartió un video con una niña declamando y aseguró: "me la quería comer a besos, pero no puedo por la sana distancia. Es un primor".

Medidas. La Cámara de Diputados aprobó esta semana un proyecto de ley para crear un fondo de emergencia de 181.000 millones de pesos (US$7.412 millones). El banco central hizo el viernes un recorte no programado de la tasa de interés referencial.

Las calles y oficinas en las principales ciudades del país se están vaciando a medida que los jefes y líderes locales instan a las personas a reducir la interacción social.

Pero no hacer lo suficiente puede terminar perjudicando a las mismas personas que el presidente dice que quiere proteger.

Javier Alfaro, empleado de una empresa internacional de bebidas, se aisló con su novia hace varios días, interrumpiendo todo contacto físico con amigos y familiares.

"Me molesta mucho cuando escucho al presidente", dijo Alfaro, de 35 años, quien teme por su anciana madre. "Puedo entender las preocupaciones sobre la economía y (los pobres), pero si estás poniendo en riesgo a muchas personas, es algo que también es malo para la gente", agregó.

La jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, una aliada de López Obrador, divulgó el jueves por la noche un video en el que instaba a los habitantes de la capital a quedarse en casa. El viernes, el tráfico fluyó libremente en la usualmente congestionada urbe.

El mismo día, los gobernadores de tres estados del norte, controlados por la oposición, revelaron un plan conjunto para encarar al virus, preparando medidas que les permitirían cerrar espacios públicos, incluidos los bares.

El brote, que apareció en China a fines del año pasado, ha golpeado la economía mundial y cobrado la vida de 11,389 personas alrededor del mundo, según un recuento de Reuters.

Outsourcing. López Obrador arremetió contra las críticas a su respuesta por las preocupaciones en torno al coronavirus al decir que sus adversarios están tratando de explotar los temores para socavarlo.

Recientemente justificó no conocer los consejos públicos de su propia Secretaría de Salud para reducir el contacto social al decir que su trabajo era mantener el ánimo de la población.

Una fuente del gobierno dijo que el anuncio de Sheinbaum se había acordado de antemano con la Presidencia. Un portavoz de la Presidencia no respondió a una solicitud de comentarios.

Mientras tanto, las empresas están tomando en cuenta las señales que vienen del extranjero.

Ana López, directora de la Cámara de Comercio de Estados Unidos (AmCham), dijo que muchas compañías internacionales habían comenzado a actuar porque vieron lo que sucedía en otros países. "Esto es algo muy positivo que ha salido de la sociedad", dijo López, quien ahora trabaja desde casa.

Los bancos obligaban a sus clientes a sentarse con más de un metro de distancia y muchos gimnasios empezaron a transmitir sus clases por videollamada. Algunas empresas comenzaron a tomar la temperatura de sus trabajadores y poner gel antibacterial en la entrada, para los que aún acudían a sus oficinas.

En Mr. Tofu, una tienda vegana en el barrio Condesa de la capital, un joven dependiente con guantes de goma impidió que los clientes entraran y recibió pedidos en la puerta.

"Yo propuse esta medida", dijo, negándose a mencionar su nombre. "Todos en mi familia son viejos y son muy muy vulnerables".

Países

Autores

Reuters