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¿Un manual o un soneto?
Jue, 19/05/2011 - 12:42

Yoani Sánchez

La despedida de Fidel: a su manera
Yoani Sánchez

Yoani Sánchez es Licenciada en Filología. Reside en La Habana, Cuba, es una de las blogueras más destacadas en el mundo de habla hispana. Entre otras distinciones, por su trabajo en el blog Generación Y, ha recibido los premios Ortega y Gasset (2008), 25 Mejores Blogs Time-CNN (2009), María Moors Cabot (2009) y Príncipe Claus (2010), éste último, por haber sido seleccionada entre los 60 heroes de la libertad de expresión por el Instituto Internacional de Prensa (IPI), con sede en Viena, Austria.

Hace mucho leí que la prueba de fuego de un poeta era hacer un soneto. La camisa de fuerza de la métrica y la cadencia obligada de su composición sacaban lo peor o lo mejor de quienes ya se habían ejercitado en las lides de la rima asonante. 

Confieso que con mis irreverentes 17 años me parecía que esos endecasílabos, agrupados en dos cuartetos y dos tercetos, eran solo para aquellos que no habían podido probarse en la libertad de la poesía moderna. Alardes de novedad de los que me pavoneaba, hasta que leí a Quevedo y la teoría de rechazar la combinación de “cuidado” con “enamorado” se me cayó al piso.

Pues bien, tengo que decirles que al igual que un soneto, no hay nada más difícil de escribir que un manual técnico. Ya sé, ustedes se reirán, dirán que cualquiera alcanza a redactar el prospecto de un medicamento o las explicaciones de uso de una lavadora. Inténtenlo, a ver si pueden, experimenten para que vean cuán difícil es hacer un folleto de instrucciones y que éste no contenga la misma cantaleta aburrida y falta de gracia que tienen tantos otros. Se percatarán entonces de cuán arduo resulta no parecer demasiado didácticos ni petulantemente profesorales, para evitar que el aburrimiento haga desistir a los lectores.

Les cuento esto porque acabo de terminar un manual sobre WordPress con el título Un blog para hablar al mundo. Cuando repaso las más de 400 páginas que redacté, me pregunto cómo encontré -en esta Cuba inestable- el tiempo, la paz y la destreza para terminar tal libro. 

Algunos amigos me dicen que he incursionado en un género menor… y eso me hace reír. En realidad -les revelo- solo he hecho mi propio y delicado soneto, con 20 capítulos que vienen a ser como 14 versos y algunos consejos técnicos a falta de declaraciones de amor. 

Mi libro, vaya coincidencias de la vida, se presentará en Madrid el próximo 21 de mayo, justo donde nació aquel poeta de gafas redondeadas y nariz aguileña. El mismo insolente que escribió “nadar sabe mi llama la agua fría y perderle el respeto a ley severa”, como si en lugar de un romance eterno relatara el acto de gestionar un blog desde un país hundido en la censura.

*Esta columna fue publicada originalmente en El Universo.com.

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