Hace pocos años el sentido común sostenía que Brasil reunía las condiciones para ser una potencia mundial, mientras que México estaba sumido en el estancamiento y la violencia. Hoy la economía brasileña está estancada y la mexicana se mueve, la sociedad brasileña está disconforme y la mexicana aguarda con expectación (y cierta dosis de escepticismo) lo que haga el gobierno de Peña Nieto.
Valen estas palabras para introducir la versión 2013 de nuestro mayor y más complejo ránking anual: el de las 500 mayores empresas de América Latina. Después de meses compilando balances y procesando cifras, AméricaEconomía Intelligence descubrió que las mayores empresas mexicanas aumentaron sus utilidades en un 19,1%, mientras que las brasileñas cayeron en un 47,9%. Esto excluyendo a Pemex y Petrobras. La paraestatal mexicana es hoy el foco de la atención, y no precisamente por la explosión que afectó a su sede a comienzos de año: la segunda mayor empresa de América Latina es la que más perdió dinero en todo 2012, la friolera de US$28.941 millones, esto mientras el debate sobre su futuro arde en el Parlamento y en la sociedad.
Nuestros periodistas y colaboradores acompañan esta edición con notas de última actualidad sobre los negocios de la región y sus principales focos de atención política y social. Rodrigo Rocha y Rodrigo Lara analizaron por qué las inversiones en el Mundial de Fútbol han sido un componente dentro de la mecha social que se ha encendido en Brasil. Desde Buenos Aires Gonzalo León nos explica las singulares y a menudo implausibles alianzas políticas de la oposición argentina de cara a las próximas elecciones parlamentarias. En Colombia Susan Abad se introdujo en la dolorosa realidad de los campesinos desplazados por el conflicto armado en ese país. Y en Ciudad de México nuestro nuevo colaborador, Camilo Olarte, nos entrega un apasionante retrato de la fallida política habitacional de las últimas décadas, cuyo saldo es un reguero de “ciudades fantasma” en las periferias urbanas del país.
Son tiempos de expectativa para la región. Las 500 mayores empresas vieron caer sus utilidades en un 35,4%, y los gobiernos deben hacer frente a unos ciudadanos cada vez menos tolerantes con los malos servicios y la mala política. Toda una oportunidad para dar el salto a un nuevo estadio de desarrollo.
