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“Carbono Neutral”: malas prácticas empresariales que debieran desaparecer
Vie, 04/02/2011 - 09:28

Alejandra Medina

Hacia donde va la pelota en materia de Ecoetiquetado
Alejandra Medina

Gerente de Sustentabilidad GEQ (Chile).

Ser “Carbono Neutral” está de moda, y si eres el primero en tu actividad en serlo tanto mejor. Es así como hay radios, universidades, viñas, bancos, que están usando esta condición como parte de su estrategia de marketing, como una forma de mejorar su imagen corporativa o como un elemento que les da una ventaja competitiva.

Que un elemento relacionado con el cuidado del medio ambiente, en este caso el cambio climático, sea parte de la estrategia de competitividad de un empresa es importante, refleja la adaptación de empresarios a una tendencia en materia de consumo que dice relación con preferir aquellos servicios y productos que “cuidan el planeta”, y muestra un compromiso de la empresa respecto a los impactos ambientales de su actividad.

Sin embargo, dos preguntas nos dan vuelta en relación a esta “moda”. La primera: ¿ser “carbono neutral” es realmente cuidar el planeta, aporta a la lucha contra el cambio climático, es un elemento de responsabilidad corporativa? La segunda: ¿cómo están desarrollando y verificando las empresas los procesos para llegar a esa neutralidad en sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)?

La huella de carbono es la totalidad de los GEI emitidos directa o indirectamente por un individuo, organización, evento, servicio o producto en un periodo de tiempo, expresada en C02 equivalente. Cuando una empresa asume el desafío de hacerse cargo de su impacto en el cambio climático debe partir por identificar y dimensionar la cantidad de GEI que produce.

Una vez levantada esa huella de carbono, la empresa tiene cuatro opciones: 

a.- transparentar ese número y mostrar a la comunidad cuánto es su impacto en términos de emisiones GEI 

b.- iniciar un programa de reducción de emisiones de GEI 

c.- reducir y compensar el remanente o 

d.- compensar todas sus emisiones de GEI

Considerando que son muy pocas las empresas que han llevado adelante un cálculo de sus emisiones de GEI, el sólo hecho de hacerlo y transparentarlo tiene un valor. Se trata de mostrar a la comunidad en forma voluntaria una dimensión importante de los impactos ambientales de su actividad, lo que aumenta la transparencia de la compañía.

Un paso más allá es iniciar acciones que signifiquen una reducción permanente de esas emisiones. Con medidas de eficiencia energética, incorporación de fuentes de energía renovables, modificaciones tecnológicas y cambio en los procesos, la empresa puede ir reduciendo su impacto en el calentamiento global. Sin embargo, llegará un momento en que no es posible reducir más y la empresa debe tomar una decisión respecto de ese remanente de GEI, puede ignorarlos o hacerse cargo de ellos. La alternativa que tiene para hacerse cargo es asegurarse que una cantidad equivalente de dióxido de carbono y/u otros GEI es capturado o dejado de emitir en algún lugar del mundo.

Ahora bien, existen empresas que levantan su huella de carbono, transparentan ese proceso y, sin hacer acciones de reducción, compensan esas emisiones. Entonces, respondiendo a la primera pregunta, si bien aquí hay un valor asociado a la transparencia, estas empresas no son más “verdes” por compensar sus emisiones. La empresa se hace cargo de ellas comprando créditos de carbono, pero no hay adicionalidad en el esfuerzo mundial por reducir el impacto en el cambio climático. Si esta empresa se muestra a la comunidad y a sus consumidores como una empresa “verde” esgrimiendo la compensación de emisiones como argumento, sin implementar medidas de reducción, no está siendo del todo honesta. 

La segunda inquietud dice relación con credibilidad del procedimiento, es decir, las características y verificaciones que respaldan la declaración de neutralidad. Si bien es un proceso voluntario, esto no significa que no tenga reglas y estándares reconocidos y validados internacionalmente, que le dan credibilidad, tanto al levantamiento de una huella, como a los proyectos de mecanismo de desarrollo limpio que permiten la compensación de ésta. 

Para el levantamiento de huella corporativa el estándar más reconocido es el  GHG Protocol y para el levantamiento de una huella de un producto o un servicio la PAS 2050, ambos protocoles están respaldados por organizaciones internacionales reconocidas: el World Resources Institute y British Standards Institution.

En el caso de la compensación, por más que se señale que una alternativa es plantar árboles, la realidad es que para determinar la cantidad de carbono y/o otros GEI que un proyecto captura o que deja de emitir, también se deben seguir protocolos y estándares. 

Para certificar esa reducción de GEI existe un mercado regulado y uno voluntario. En ambos mercados los proyectos deben cumplir con requisitos cada vez más rigurosos para obtener certificados de reducción de emisiones. Sólo estos proyectos pueden generar créditos transables, y trazables, que dan garantías tanto a la empresas como a consumidores y la comunidad respecto a la cantidad de emisiones que se pueden compensar con ellos. Se trata de un mercado nuevo, y como todo mercado nuevo, tiene imperfecciones, el proceso es lento y aun es difícil distinguir la calidad de cada proyecto, pero los estándares se están haciendo se cada vez más rigurosos y existe proceso de aprendizaje constante.

Cuando una empresa se declara Carbono Neutral debe poner a disposición de sus consumidores y del público en general los procesos y verificaciones que fundamentan esa declaración, esto es: el levantamiento que se realizó, la verificación por parte de un tercero, los elementos que identifican los créditos de carbono que compró, la verificación de la compensación y el período al que corresponde.

Hay cuatro tipos de malas prácticas en relación a la forma en que las empresas se están haciendo cargo de sus emisiones de GEI: 

a.- empresas que usan el ser carbono neutral como elemento para mostrarse como “verdes”, cuando no están haciendo una reducción adicional de sus emisiones 

b.- empresas que se declaran carbono neutral sin entregar información sobre la cantidad de esas emisiones, los estándares que se utilizaron y la identificación de los créditos de carbono que se usaron para compensarlas

c.- empresas que se declaran carbono neutral, pero que la compensación se realizó respecto a actividades específicas y no todas las emisiones (caso típico es compensar sólo el transporte) y 

d.- empresas que hicieron el ejercicio de compensación un año y se siguen declarando carbono neutral por nuevos períodos, sin el correspondiente levantamiento y compra de créditos

Si bien estas prácticas son propias de un proceso nuevo, en la medida en que los consumidores seamos más consientes respecto a lo que significa que una empresa se haga cargo de sus emisiones de GEI, y aprendamos sobre los procesos que ello involucra, éstas debieran ir desapareciendo.