Pasar al contenido principal

ES / EN

Eduardo Castro-Wright: el ABC del depredador ecuatoriano
Mié, 02/05/2012 - 20:20

Hernán Ramos

Eduardo Castro-Wright: en la puerta del horno se le quemó el pan
Hernán Ramos

Hernán Ramos es economista, editor, escritor, docente universitario, consultor internacional en economía y medios latinoamericanos. Fue editor general del Diario El Comercio de Quito, Editor-Fundador del Semanario Económico Líderes. Colabora habitualmente con medios de Colombia, Argentina, México. Escribe sobre temas económicos, sociales, políticos que interesan a la región.

A.- Un empresario ecuatoriano-americano de alto vuelo: antes del escándalo mundial denunciado por The New York Times, Eduardo Castro-Wright  (ECW) ya era un personaje atildado en el mundo de los negocios, especialmente en su segunda patria, EEUU. Para tener mejor idea de su trayectoria, les comparto su hoja de vida profesional, resumida por MetLife, empresa reina del voraz mercado de seguros, y que hasta el pasado viernes 21 de abril tuvo a Castro-Wright como destacado miembro de su "Board Directors" (Equipo de Directores). Aquí la traducción: "Eduardo Castro-Wright, de 56 años, ha sido Vicepresidente de Wal-Mart Stores, Inc., desde noviembre de 2008, y Presidente y Director Ejecutivo de sus organizaciones Global.com y Aprovisionamiento Global, desde junio de 2010. El señor Castro-Wright se unió a Wal-Mart en el 2001 y trabajó en México hasta el 2005, primero como Presidente y luego como Director Ejecutivo de Wal-Mart de México. Se unió a Wal-Mart en EEUU como Director Operativo de la División de Tiendas Wal-Mart, a principios de 2005, y sirvió como Presidente y Director Ejecutivo de la División de Tiendas Wal-Mart, desde 2005 a 2010. Fue Presidente y Director Ejecutivo de Honeywell Transporte y Sistemas de Potencia Mundial. Y antes, Presidente de Honeywell de Asia y el Pacífico. El señor Castro-Wright ocupó varias posiciones de liderazgo en Nabisco, Inc., incluyendo el cargo de Presidente de Nabisco para Asia y el Pacífico, y como Presidente y Director Ejecutivo de Negocios de dicha compañía en Venezuela y México. El señor Castro-Wright es miembro del Consejo de Administración de la Asociación de Líderes de la Industria de Retail en EEUU. También sirvió como Director en Dow Jones & Company, de 2006 a 2007. Recibió una licenciatura en Ingeniería Mecánica de la Texas A & M University. El Sr. Castro-Wright ha sido Director de MetLife y Metropolitan Life Insurance Company, desde marzo de 2008".

Hasta ahí lo que dice MetLife. No añade -los hechos le agarraron en pijama- que esta semana Castro-Wright ya no consta más en la selecta lista de miembros de su "Board Directors". El ecuatoriano-estadounidense, en carta enviada a MetLife, justificó su renuncia por razones personales. Por supuesto, esa explicación es para los bobos, si se lee con cuidado lo que aparece líneas abajo. Su salida por la puerta trasera de MetLife tiene correlato directo con el escándalo mundial de corrupción que afecta a Wal-Mart y donde él resulta ser el vector principal y sospechoso número uno de las autoridades federales estadounidenses, que le investigan por supuestos actos de corrupción en México.

B.- Código de Conducta vs. Código Personal: en línea con lo anterior, es inevitable reproducir aquí la parte pertinente del propio Código de Conducta de MetLife al que se debía Castro-Wright como director sobresaliente. Prefiero que cada lector saque sus conclusiones y advierta la distancia abismal entre el dicho y el hecho. Acá se plantea un serio problema de ética empresarial (que ojalá las escuelas de negocios estudien a fondo), más allá de cualquier consideración económica, financiera o comercial. Se trata del "Capítulo: Anticorrupción", que se lee en las páginas 25-26 (original en diversos idiomas), y que deja en mal predicamento a uno de los emblemas empresariales nacido en Ecuador:

"Cada uno de nosotros debe realizar las actividades comerciales con honestidad e integridad. Independientemente de que exista una ley local que prohíba una forma particular de corrupción, MetLife prohíbe estrictamente a los empleados otorgar u ofrecer cualquier elemento de valor con la intención de influenciar al destinatario para que ejerza sus responsabilidades laborales inadecuadamente para realizar o mantener actividades comerciales de manera inadecuada, o asegurarse una ventaja comercial indebida. Esta prohibición se aplica, ya sea en casos donde se trate con funcionarios del gobierno, en un entorno comercial o en alguna otra situación.

"Estos pagos indebidos generalmente se conocen como “sobornos” o “comisiones ilícitas”. Debido a la importancia de mantener la confianza de nuestros clientes y socios comerciales, usted debe mantenerse lo más alejado posible de estos signos de corrupción. Debe evitar cualquier tipo de operación que pueda interpretarse como un soborno o como alguna otra práctica corrupta y definitivamente no debe solicitar a otros que ofrezcan sobornos o comisiones ilícitas en nombre de la Compañía. Estas acciones no solo son poco éticas y van en contra de los valores de MetLife, sino que también son ilegales. Las prácticas corruptas, como ofrecer un soborno a un funcionario del gobierno o a un proveedor de servicios comerciales, violan seriamente las leyes anticorrupción. Estas leyes, incluida la Ley de Prácticas Corruptas Extranjeras de EEUU (Foreign Corrupt Practices Act, FCPA) y la Ley Antisoborno del Reino Unido (UK Bribery Act) pueden tener consecuencias graves. 

"La FCPA indica que es un delito y también una violación de la ley civil que cualquier ciudadano estadounidense, corporación estadounidense, sucursal, subsidiaria, sociedad u otra empresa estadounidense, cualquiera sea su ubicación, otorgue, prometa o facilite intencionalmente un pago ilícito a cualquier funcionario de gobierno que no sea de EEUU con el propósito de realizar o mantener actividades comerciales o asegurarse una ventaja comercial indebida.

"Esta prohibición se aplica a los sobornos o comisiones ilícitas que se otorguen haciendo uso de los fondos de la Compañía o de fondos personales en nombre de MetLife. “Funcionario de gobierno que no sea de EEUU” también es una categoría muy amplia pero puede incluir, por ejemplo, entidades que no sean de EEUU tales como: 

• Empleados de instituciones u organismos públicos con los que nos relacionemos comercialmente, como los asegurados de grupo 

• Empleados de gobierno para los que comercialicemos productos financieros, incluido el personal militar 

• Agencias reguladoras de seguros o mercados financieros 

• Empleados de empresas estatales o de empresas controladas por el estado 

• Empleados de organizaciones públicas internacionales o de ONG.

Compañías como MetLife, cuyos títulos se comercializan en la bolsa de valores de EEUU también son responsables si facilitan dichos pagos ilícitos directa o intencionalmente. Es importante recordar que la ley de EEUU trata la “omisión premeditada” de actividades corruptas como el equivalente legal de la facilitación intencional. La omisión premeditada incluye ignorar las señales de advertencia y toda evidencia de que se ofrezcan, o posiblemente se ofrezcan, sobornos a funcionarios públicos.

"La FCPA también requiere que compañías como Metlife lleven registros y libros que reflejen precisa e imparcialmente la naturaleza y los propósitos de sus gastos. También se requiere que mantengamos un sistema de controles internos como una forma de garantizar que nuestra Compañía pueda presentar estados financieros precisos y rendir cuentas de ganancias, pérdidas, activos y obligaciones y garantizar que solo aquellos con la autoridad apropiada puedan realizar transacciones.

"Es igualmente importante tener en cuenta que muchos países donde realizamos actividades comerciales cuentan con leyes anticorrupción que abordan la “facilitación de pagos”. Facilitar pagos hace referencia a los pagos pequeños e infrecuentes que se realizan para acelerar el rendimiento de las acciones de rutina que lleva a cabo un funcionario del gobierno. La acción de facilitar estos pagos está prohibida en muchos países y, por lo tanto, no se permite en nuestra Compañía".

C.- Del paso arrasador por tierras de Cuautémoc a la jubilación millonaria: en el 2001, Eduardo Castro-Wright aterrizó en territorio azteca, comarca conocida por él desde sus tiempos en Nabisco. Enseguida tomó el mando de la división mexicana de Wal-Mart y se puso manos a la obra. Tenía agenda y un ímpetu desbordado. La misión encomendada por sus jefes en EE.UU. fue clara, precisa, tangible: disparar las ventas de la empresa y construir muchos locales para posicionar a la cadena de supermercados. ECW siempre se manejó con “muy agresivas metas de crecimiento, que exigían la apertura de mas tiendas en tiempo récord.” En el apogeo de ECW, denuncia el NYT, “los ejecutivos de Wal-Mart de México estaban bajo presión para hacer lo que fuera necesario para obtener los permisos, al punto que se gastaron alrededor de US$ 24 millones en sobornos a funcionarios mexicanos”. Las cifras resultantes nos eximen de especulaciones ociosas: entre el 2001 y el 2004, Wal-Mart abrió en México entre 45 y 53 tiendas por año, incluyendo la construcción de locales comerciales en sitios muy sensibles y de alto valor cultural e histórico para México, como es el caso de la Zona Arqueológica de Teotihucan, en el Estado de Puebla (ver foto adjunta).  Sin embargo, la aplanadora no se detuvo. Los CEO de Wal-Mart pedían resultados desde EEUU, Castro-Wright les proporcionaba lo demandado y con creces...

Nada casual, entonces, que luego de tales logros, el ejecutivo ecuatoriano-estadounidense haya sido promovido con honores por su éxito en la tierra de Pancho Villa y Emiliano Zapata. Su ascenso se concretó a principio del 2005, cuando fue nombrado CEO de Tiendas Wal-Mart en EE.UU., llegando, incluso, a sonar como posible sucesor de Lee Scott, CEO global de la compañía. No obstante, en el 2009, ese puesto finalmente quedó en manos de oficioso Mike Duke. Este movimiento de fichas dentro de la organización, de facto, significó para Castro Wright una degradación, pues fue nombrado Vicepresidente, según dicen los expertos, por las bajas ventas y una mala estrategia que limitó el crecimiento de la compañía en EE.UU.

El 2011, ECW anunció su retiro de Wal-Mart y quedó fijada la fecha: 1 de julio de 2012. Mientras tanto, Wal-Mart le había designado el manejo de la estrategia de comercio electrónico de la empresa, con énfasis en el desarrollo del Plan Labs Walmart, destinado a impulsar las ventas a través de las redes sociales.

Con las investigaciones pisándoles los talones, Castro-Wright y Wal-Mart cuadraban cuentas para dar paso a la retirada del alto ejecutivo. Hoy se sabe que bajo un acuerdo de jubilación, Castro-Wright, tras una década en Wal-Mart, recibirá un millón de dólares como salario básico por el año fiscal 2012 (que terminó en enero), y luego una reducción a 666 mil 250 dólares para el resto del periodo, según consta en un documento enviado al regulador estadunidense. Luego recibirá pagos por un total de US$2,1 millones en cuotas hasta julio de 2014, y obtendrá 42 mil 35 acciones de la empresa, el 31 de enero de 2013. Así se fijó el cronograna de salida y los montos de los cheques que recibirá por tan ilustres servicios prestados a la gigante mundial de los supermercados.

Lo que viene, léase, el calvario por lo que no hizo bien en México, recién comienza para el nieto del fundador de Supermaxi, la gigante ecuatoriana del comercio minorista que siempre se miró en el espejo empresarial y corporativo de Wal-Mart, claro, en versión criolla...

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Rienda Suelta... apuntes de Hernán Ramos.

Autores