Pasar al contenido principal

ES / EN

Estudiante: ¡te van a pagar por pensar!
Mar, 18/06/2013 - 20:12

Lobsang Salguero

Estudiante: ¡te van a pagar por pensar!
Lobsang Salguero

Lobsang Salguero es Ph.D. (en curso) en Dirección de Empresas, Magister en Administración, Profesor del programa de pregrado Mercadeo Internacional y Publicidad de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas, y docente de la Maestría en Mercadeo, ambos de la Universidad Icesi (Colombia). Además es Director-Creador de Sinergia (www.icesi.edu.co/sinergia), y asesor en temas de mercadeo y publicidad.

Cuando un estudiante universitario está en sus últimos semestres comienza a tener profundos momentos de reflexión y, en algunos casos, depresión; pasan por su mente el tiempo y dinero que su familia ha invertido (o él mismo) en su educación, el futuro se convierte en un enigma. Pero tal vez la verdadera revolución se da cuando ese estudiante se hace consciente que el resto de su vida le van a pagar para pensar.

La economía pasó de una estructura orientada a las chimeneas y los músculos en el siglo XIX y parte del XX, a trabajadores del conocimiento que a través de la educación formal ayudan a que las empresas sean más competitivas en el largo plazo. Estos trabajadores, según Peter Drucker, son:

•Orientados a resultados.

•Necesitan autonomía para desarrollar sus tareas.

•Deben ser capacitados de manera permanente

•No se deben considerar como un costo para la organización, ya que son activos que construyen riquezas.

Un trabajador del conocimiento genera valor, ya que no es copiable o imitable, como sí lo son las estructuras de cemento y hierro; es parte de una generación que no se gana el pan de cada día con el sudor de su frente. “Es la primera sociedad en la que “trabajo honesto” no significa tener callos en las manos” (Drucker 1994), por lo que el capital de trabajo que los empleados ofrecen a las compañías está en sus mentes.

Las organizaciones que deciden invertir en trabajadores del conocimiento tienen la tendencia a ser más competitivas e innovadoras, lo cual permite que generen más riqueza y que sus índices de competitividad sean más estables en el tiempo.

Sin embargo, cuando pagan para pensar, la obligación de los empleados es fortalecerse en lo intelectual, lo que no implica necesariamente convertirse en eruditos sentados al frente de un cuadro durante horas y horas o ser devoradores de libros para tomar posiciones intelectualoides. Un trabajador del conocimiento debe ejercitarse como los deportistas de alto rendimiento, todos los días, en:

•Tener tolerancia y amplitud mental.

•Estar en contacto con las personas, y no me refiero a Facebook o Twitter ¡únicamente! El contacto real aún funciona.

•Escoger programas de educación superior que les permitan demostrar a sus posibles empleadores su interés y preparación en un área especifica.

•Escoger su área de conocimiento. Los sabios que tenían “un mar de conocimiento, con un centímetro de profundidad” ya no son tan apreciados por las industrias que creen en el conocimiento como motor de desarrollo.

•Ahora lo divertido también hace parte del entrenamiento: leer, ir a cine, amar, sentir, mirar, oler, ver más allá de los limites personales y romper los patrones de acción conscientemente.

Lamentablemente muchos estudiantes aún creen que los empleadores van a apreciar únicamente sus notas, cuando realmente lo que apreciarán es su hambre de conocimiento, su sentido ético y su constante amor al aprendizaje.

Recuerden que para eso les pagarán: ¡para pensar!