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La ciberguerra ruso-estadounidense acaba de empezar
Mar, 05/03/2019 - 10:42

Konstantin Eggert

La ciberguerra ruso-estadounidense acaba de empezar
Konstantin Eggert

Konstantin Eggert es periodista de Deutsche Welle.

Según The Washington Post, el día de los elecciones de medio término de EE. UU. en noviembre, el recientemente establecido Comando Cibernético del Ejército de EE.UU. bloqueó completamente los servicios de Internet a la Agencia de Investigación de Internet en San Petersburgo, más conocida como la fábrica de trolls del Kremlin.

Se dice que la agencia está financiada por Yevgeny Prigozhin, un multimillonario que se cree que es cercano a Vladimir Putin. También se cree que es el principal patrocinador de los mercenarios rusos en el este de Ucrania, Siria y África. La agencia -que, según se informa, está detrás de la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, así como de una serie de otras actividades maliciosas en el ciberespacio occidental- estuvo completamente bloqueada, lo que provocó confusión y pánico entre sus directivos, según publicó el diario. 

Los expertos en cibernética del ejército estadounidense supuestamente lograron piratear los buzones personales y las fuentes de mensajería de sus homólogos de las unidades cibernéticas de inteligencia militar rusas. El mensaje no debería haber dejado ninguna duda en la cabeza de los rusos: conocen a cada uno de ellos y están siendo observados.

Putin ha considerado durante mucho tiempo que Occidente no es débil, sino que asume una actitud defensiva. Siempre logró estar un paso por delante, ya sea en 2008 en Georgia, 2014 en Ucrania, 2015 en Siria o 2016 en los Estados Unidos. Si el informe del Washington Post es correcto, entonces la Casa Blanca de Trump decidió darle vuelta la tortilla al Kremlin dando el primer golpe. Esto debe haberle dado a Putin una pausa para pensar.

Pero no esperemos que retroceda. La idea de una retirada táctica rara vez, o nunca, está en su mente. Eso sería mostrar debilidad. Putin ve el mundo en términos altamente personalizados. Considerará la publicidad dada al ataque como una humillación deliberada por parte de Washington.

Esto no significa que ordenará a sus tropas cibernéticas que ataquen instantáneamente a Estados Unidos. El hombre fuerte ruso nunca se abalanza de inmediato ni de la misma manera. Y aunque Trump ha depuesto a Putin como el campeón mundial de lo impredecible, el ruso todavía es considerado un maestro de las sorpresas geopolíticas. 

Los objetivos de Putin

Un objetivo clave podría ser la elección presidencial en Ucrania del 31 de marzo. Sembrar un verdadero caos en el país que ya ha invadido será más fácil que hacerlo en Estados Unidos. También ayuda el hecho de que la capacidad cibernética de Ucrania sea notablemente inferior a la de Rusia.

Número dos en la lista: las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Incluso con la derecha euroescéptica en declive relativo, el Kremlin continuará apoyándolos, así como a muchos de los izquierdistas tal vez menos conocidos. El objetivo de Putin es tener un Parlamento Europeo que ayude a profundizar las diferencias existentes en la UE.

Y luego está el Reino Unido. La promoción del partido laborista de Jeremy Corbyn estará sin duda en la agenda, ya que sus opiniones contrarias a la OTAN y su disposición a escuchar los argumentos oficiales rusos lo convierten en el candidato más deseado de Moscú para hacerse con el control de Downing Street 10.

También puede decidir probar la fiabilidad de la infraestructura de la OTAN en su flanco este y en los países bálticos. Por alguna razón, Moscú piensa que ese es el punto débil de la alianza. 

Dinero, un asesinato y la futura guerra cibernética

Por último, los propios Estados Unidos. Es probable que el Congreso estadounidense apruebe pronto nuevas sanciones. Entre la lista de medidas hay dos que se dirigen directamente a Putin.

En primer lugar, el Congreso quiere que todos los departamentos pertinentes de EE.UU. hagan público todo lo que saben sobre la riqueza personal del presidente ruso. En segundo lugar, quiere iniciar una investigación dirigida por los Estados Unidos sobre el asesinato de Boris Nemtsov, uno de los opositores de Putin que fue asesinado a tiros cerca del Kremlin en febrero de 2015. Los presuntos autores fueron capturados y condenados, pero los que organizaron y ordenaron el asesinato siguen siendo desconocidos.

La policía y el poder judicial controlados por el Kremlin han bloqueado nuevas investigaciones. Y aunque hay pocas posibilidades de que el FBI y la CIA puedan descubrir la verdad, el solo hecho de mencionar el caso equivale a acusar directamente al líder ruso de complicidad en el asesinato.

En ambos casos, Putin tendrá que idear una respuesta. Un objetivo obvio serían las primarias presidenciales de Estados Unidos. Es difícil imaginar que la Rusia de Putin no "participará" en las elecciones presidenciales estadounidenses del próximo año. La primera guerra cibernética mundial apenas está comenzando.