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La "resistencia" legal a las TIC
Mar, 30/10/2018 - 09:45

Fernando Leñero

Fernando Leñero
Fernando Leñero

Fernando Leñero es gerente general de Lemontech.

Una importante radiografía nos presentó el recientemente publicado Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial, donde Chile subió un puesto en comparación al año pasado, ubicándose en el número 33° de los 140 países incluidos en el reporte. Si bien nuestro país muestra un liderazgo en la región, en temas como la estabilidad macroeconómica, mercado de productos y sistema financiero, existe una presión omnisciente por innovar, aplicar nuevas tecnologías y estar a la vanguardia, con el fin de alcanzar los niveles de competitividad de naciones como Estados Unidos, Alemania y Singapur, quienes ocupan los primeros lugares.

A pesar de anotar una leve mejora, uno de nuestros puntos débiles -según el ránking- es la adopción de Tecnologías de la Información y Comunicación por parte de las empresas, donde nos posicionamos en el lugar 49°. Asimismo, en la categoría de innovación estamos en el 53°. Ahí se analizaron dos ideas: el dinamismo de los negocios, donde nos ubicamos en el lugar 25°; y totalmente contrario a esto, frente a la habilidad de las compañías de adoptar ideas disruptivas, alcanzamos recién el puesto 82°.

Si esto lo extrapolamos a la industria legal, estamos al debe, ya que todavía existe cierta "resistencia" al uso de las nuevas tecnologías. Si bien en Chile están más o menos establecidos los precedentes para el área de innovación legal, aún se puede catalogar como incipiente si lo comparamos con países que lideran en este tema.

La globalización, internacionalización de los estudios jurídicos y el crecimiento del país han significado un aumento en la complejidad para los servicios legales, los que están afectos a ciertas leyes, condiciones y estándares de calidad. Estos parámetros son cada día más exigentes al momento de desarrollar los negocios y emprender, lo que no significa que sea difícil. Además, podemos apreciar una mayor cantidad de actores, stakeholders y factores que influyen en aumentar los niveles de competitividad. Por lo tanto, se hace aún más difícil fidelizar a los clientes, lo que genera un incremento en la movilidad de estos y, por lo mismo, una discriminación del servicio por precio.

Por eso, los estudios legales y oficinas afines que perdurarán en el tiempo serán aquellos capaces de innovar con rapidez o de ir actualizándose conforme a los tiempos. Deben, dentro de otras sugerencias, contar con un gobierno corporativo con mirada estratégica y empresarial, en pos de una organización flexible, que incorpore herramientas vanguardistas y profesionales del management. Además, el foco debe estar puesto en aumentar las capacidades, eficiencia y, por sobre todo, el tiempo de demora en cerrar los diferentes procesos.

Los abogados y las gerencias legales tienen un sinfín de posibilidades y oportunidades para las que deben estar preparados. La industria está exigiendo una mayor calidad del servicio con cada vez más crecientes grados de especialización, como entregar respuestas creativas y ágiles acorde a la velocidad de los casos que desarrollan, y frente a los problemas que surgen. Entonces, tienen el desafío de ser proactivos frente sus clientes y adoptar la innovación como pilar de funcionamiento.

Es así como los nuevos paradigmas desplazarán a los estudios tradicionales, por lo que es tiempo de actualizarse y generar, hoy mismo, los cambios internos para ser actores relevantes en el futuro. Por ejemplo, el ingreso de profesionales fuera del rubro legal, que aportan una visión más de empresa.

Para enfrentar el futuro no es recomendable, sino obligatorio, establecer una estrategia de crecimiento definida, objetivos claros y tomar medidas concretas que permitan adecuarse con éxito ante los nuevos escenarios.

En consecuencia, deben acoplarse a las necesidades de los tiempos, pero no basta con declarar que se es innovador o con capacidad de adaptación, porque si sólo se quedan en las afirmaciones y en realidad se persevera en una administración lenta, con un diagnóstico local y no global, se tendrá una visión conservadora del mercado. Es tiempo de moverse y generar hoy mismo los cambios internos para convertirnos en actores relevantes en el futuro. Debemos convertirnos en referentes del tema, tanto para la región como para el mundo.

En este contexto es importante destacar el primer Legaltech Summit de América del Sur, que se realizará en Santiago y donde se llevarán a cabo una serie de exposiciones específicamente orientadas a la industria legal. Será la primera reunión de la región que se realiza para identificar cómo la tecnología está transformando el mundo legal, desde todas las perspectivas. Uno de los temas centrales del seminario es cómo las gerencias legales pueden adoptar la Inteligencia Artificial como motor de innovación y competencia, así como sus usos prácticos en el manejo de las firmas.

Además, se hará una radiografía al estado actual de la industria legal en Latinoamérica, con miras a establecer la posición de Chile y las tendencias del resto de los países de la región sobre el tema. Por otro lado, se pretenderá abordar la movilidad de los millennials en el rubro y cómo integrar a esa generación en las diferentes empresas y áreas.

La realización de este seminario marca un verdadero hito para el área y demuestra la importancia que está adquiriendo la implementación de nuevas tecnologías y plataformas que incentivan a modernizarse, crecer y ser más competitivos.

Estamos en un punto de inflexión donde los actores y stakeholders del mercado debemos preguntarnos y darnos cuenta qué es lo que estamos haciendo para subirnos al tren de la innovación y las TIC. Estamos viajando por un camino sin retorno, a una velocidad creciente cada año y del cual no podemos estar ajenos. Es nuestra misión tener una mirada hacia el futuro, identificado oportunidades y tendencias que nos lleven a ser líderes mundiales.

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