Son las mujeres más poderosas del mundo a las que la revista Forbes les dedica su más reciente edición. Las siguientes son algunas de ellas, pues la lista está compuesta por 100 de distintos ámbitos y de varias nacionalidades. Por ahora, en este selecto grupo no se lee el nombre de ninguna mujer mexicana. Por ahora, por supuesto...

La primera es Angela Merkel, la canciller alemana que, desde 2005, figura como una de las mujeres políticas con más influencia en el mundo. Este año, el segundo en que se ubica en el primer puesto de esta lista, ha tenido un papel fundamental dentro de la carga que su país ha tenido frente a las dificultades económicas de la Unión Europea. Incluso tiene su plataforma en línea, donde regularmente responde a las preguntas que ahí le escriben, lo que le ha ayudado a que su nivel de aceptación ronde 70%.

Le sigue Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos. Una de las mujeres políticas cuyo nombre suena desde hace muchos años en los escenarios políticos de su país, y quien tantas miradas ha recibido tras la expectativa sobre su futuro. Y es que al interior del Partido Demócrata hay muchos que desean verla contendiendo para la Presidencia en 2016, a pesar de las declaraciones de la misma Hillary sobre su retiro de la vida pública al final de la gestión de Barack Obama, con o sin reelección.

El tercer lugar lo ocupa Dilma Rousseff, presidenta de Brasil. La sucesora de Lula da Silva ha acaparado muy bien los reflectores políticos con las medidas económicas que buscan hacer de Brasil una de las economías más prósperas en Latinoamérica y el mundo. Según los más recientes estudios de opinión que miden su popularidad, su nivel de aceptación llega a 77% y se perfila para la reelección en 2016.

Sorpresivamente, la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, se ubica en el lugar siete, rebasada por Melinda Gates, cabeza de la Fundación Bill & Melinda Gates; Jill Abramson, editora ejecutiva del Consejo de The New York Times y, por Sonia Gandhi, presidenta del Partido del Congreso de la India. Detrás de ella, de Michelle, aparece la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; Janet Napolitano, cabeza de Seguridad Nacional de Estados Unidos, y una de los altos mandos de la compañía de Mark Zuckerberg, Facebook, Sheryl Sandberg.

A la lista se le suman personalidades como Oprah Winfrey, Lady Gaga; la presidenta de Argentina, Cristina Fernández; Jennifer López, Shakira y Aung San Suu Kyi, cuya historia de vida no es nada, nada, fácil, y es pionera del movimiento de liberación de Birmania, y fue retratada en la cinta The Lady, el más reciente trabajo cinematográfico del francés Luc Besson.

Son políticas, son empresarias, son altos mandos; pero también son líderes de opinión, celebridades, modelos. Son patrones, ejemplos de trabajo, de constancia, porque ninguna de estas mujeres ha tenido un fácil acceso a lo que hoy tienen en sus manos y que va más allá de lo tangible. Y es que, así como lo escribíamos el sábado pasado en el texto “Mujerología”, el mundo aún no es terreno óptimo para el desarrollo y el reconocimiento equitativo frente a la labor del hombre. Aunque esta lista es global, con seguridad afirmo que hay más mujeres, de forma anónima o a un nivel no tan mundial, que suman fuerza para lograr la tan anhelada condición de equidad.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.