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Putin fortalece el G2 con China
Mié, 23/02/2022 - 12:38

José E. Mosquera

La interconexión eléctrica Colombia-Centroamérica
José E. Mosquera

José E. Mosquera es periodista y escritor colombiano. Es columnista de los diarios El Tiempo, El Espectador, Portafolio, El Colombiano, El Mundo, La República, La Patria, El Liberal, El Universal y La Tarde (Colombia), La Nación (Costa Rica), La Prensa, La Estrella de Panamá y El Panamá América (Panamá), El Heraldo (Honduras), Tal Cual (Venezuela) y El Nuevo Diario (República Dominicana), entre otras publicaciones nacionales y extranjera.

La decisión de Vladímir Putin de reconocer las repúblicas de Donetsk y Lugansk fue una movida política que cambió drásticamente la ecuación en el conflicto de Ucrania. Fue un portazo a los acuerdos de Minsk, que venía exigiendo su cumplimiento desde 2014, y sobre los cuales había basado parte de sus propuestas para desescalar el conflicto, pero que Ucrania desconoció con el apoyo de Estados Unidos.

Fue un cambio fríamente calculado que fortalece la alianza con China y contra Estados Unidos. En efecto, China será pieza clave para afrontar y evadir las sanciones económicas de occidente. Rusia desde hace años viene acumulado reservas en oro, reduciendo su dependencia del dólar y su banco central adoptó un sistema análogo al SWIFT para transacciones comerciales en rublo.

Rusia tiene claro cómo afrontar las sanciones drásticas que han anunciado la Casa Blanca y la Unión Europea (UE). También sabe que serán de doble filo, tanto para Estados Unidos, como para Europa, dado que decenas de empresas estadounidenses y europeas tienen negocios con Rusia y se verán afectadas. Son sanciones que hasta ahora no afectan las estructuras empresariales claves de Rusia. Y como pinta el panorama Estados Unidos y Europa van a quedar atascados en un laberinto agreste con el fortalecimiento del eje de Rusia y China, que amplía sus influencias en Asia, África y América Latina.

Las visitas de los presidentes de Argentina, Alberto Fernández a Rusia y China y de Brasil Jair Bolsonaro a Rusia son movidas geopolíticas bien calculadas sobre el nuevo orden mundial del G2.

Para expertos como Guntram B. Wolff, director instituto de investigación económica de Bruegel de Bruselas, con las sanciones Europa puede tener más perdidas que Rusia y afrontará dificultades para preservar la unidad frente a los efectos de los impactos negativos de las sanciones en sus economías.

Alemania, Francia e Italia en ese orden son los principales socios comerciales europeos de Rusia. Las estadísticas señalan que más de 4.000 empresas alemanas comercian con Rusia y 300.000 puestos de trabajo en Alemania dependen de negocios rusos. Desde hace dos décadas las relaciones comerciales crecen a un ritmo acelerado entre los dos países. Los rusos se convirtieron en los mayores proveedores de energía de los alemanes y suministran el 40% del gas, 33% del petróleo y más de un 10% de los metales no ferrosos.

En cambio, las exportaciones de Alemania a Rusia constituyen más del 13% de las importaciones rusas. De manera que Alemania representa un 13% del comercio exterior de Rusia y un 11% de la inversión extranjera directa. Las cifras indican que 800 empresas rusas operan en suelo alemán y por lo menos 1.200 empresas alemanas operan en Rusia.

De esta manera, las restricciones comerciales más drásticas que se anuncian pueden afectar a grandes multinacionales europeas como BP, Total Energies, Uniper/EON, Winter Shell, Dong Energy, OMV, Egie, Shell, Exxon Mobil, ENI, entre otras, que tienen importantes inversiones y operaciones en Rusia.

La decisión de Alemania de suspender los trámites de la licencia de operación del gasoducto Nord Stream2 por ahora no genera ningún impacto, porque no está en funcionamiento. Sin embargo, puede generar demandas contra Alemania, porque ese gasoducto es de propiedad de un consorcio empresarial donde la estatal gasífera rusa Gazprom tiene el 50% y el resto es de propiedad de las europeas las alemanas Uniper/EON y Winter Shell, la danesa Dong Energy, la austríaca OMV, la francesa Egie y la británica-holandesa Shell.

Gazprom es una multinacional que tiene 466.000 empleados en más de 30 países y es la segunda empresa con mayor capacidad de producción de hidrocarburos en el mundo, después de petrolera estatal de Arabia Saudita, Aramco. En el mercado europeo tiene una posición dominante con unas redes empresas alemanas como E. ON Ruhrgas AG, la Transneft y la Unified Energy System, la británica Pennine Natural Gas y participaciones en empresas de energías francesas, italianas, lituanas, polacas y húngaras, entre otras.

En Letonia la empresa Conexus Baltic Grid, responsable de las infraestructuras gasíferas, es controlada por la Gazprom y el 3,8% del PIB de Ucrania depende el pago de los rusos de derecho de tránsito del gas hacia Europa.

Rusia es una gran potencia energética al ser uno de los mayores productores de petróleo y de gas del mundo, y cualquier tipo de sanciones a sus empresas energéticas genera efectos en los mercados energéticos y en la economía mundial.

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