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¿Qué le espera al mundo con Trump y cómo debe reaccionar México?
Mar, 15/11/2016 - 08:35

Iván Franco

México: mercados de consumo antes y después de la crisis
Iván Franco

Economista del ITAM (México), con estudios de Econometría en la misma institución. Es consultor de negocios para diversas organizaciones en America Latina. @IvanFranco555

Hace unas semanas lo comentamos en este mismo espacio. Donald Trump había ganado el primer debate. En ese momento sus aspiraciones presidenciales se incrementaron. A pesar de lo que dijeron las encuestas y los medios, Clinton nunca dio señales de mejoría en los debates posteriores y en toda su campaña. Al menos desde la perspectiva que expusimos en relación con la economía. 
Ahora que Trump es presidente, habrá un giro de 180 grados en diversos frentes, tanto políticos como económicos y sociales. El primer año de Donald Trump en el poder será clave para el mundo y una pesada carga para México. 
Pensamos que la política global de Trump tiene una estrecha relación con México. Ya que ambos temas fueron los ejes de su campaña. Por esta razón, dos asuntos que aparentemente son independientes, serán las plataformas de gobierno durante el primer año de mandato del nuevo presidente. 
Aunque parezca increíble, Trump es una buena noticia para el mundo. Con él al frente del poder y liderando a la coalición en la guerra en Siria, Estados Unidos cederá a Rusia el liderazgo para resolver bajo su criterio el porvenir de la región, con los intereses implícitos favoreciendo al bloque ruso. En este sentido, la tensión de la nueva guerra fría irá disminuyendo el tono y definitivamente, podremos ver un año de paz y de restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y los rusos. Rusia se consolidará como un poderoso contrapeso geopolítico. Y tiene sentido. Al mundo le conviene tener un presidente norteamericano que ayude a disminuir la tensión entre ambas potencias militares. Clinton hubiera significado lo contrario.
En cambio, las noticias no son nada buenas para México. El hecho de que Trump vaya a relajar los esfuerzos de Estados Unidos en Siria, hará que ponga su atención en México, tratando de cumplir algunas de sus promesas de campaña sin la menor resistencia del débil vecino. Para empezar, el miedo ya se está apoderando de los siempre sensibles mercados financieros. El peso seguramente escalará y se mantendrá en el promedio de los 20-25 pesos durante el año. No obstante, dudamos que el comercio o la inversión extranjera entre ambos países se deterioren sustancialmente en 2017. La estrecha relación entre ambas economías no es algo fácil de modificar en el corto plazo.
Más aún, la recuperación de la industria manufacturera en Estados Unidos como anunció Trump, es en realidad un proyecto poco rentable. Para que Estados Unidos recupere los empleos que se han perdido a consecuencia del NAFTA, tendrían que suceder otras cosas antes, entre ellas, una pronunciada ganancia en competitividad asociada con un fuerte debilitamiento del dólar, algo que no ocurrirá en algunos años. 
Es probable que se genere un cambio de mando en la Reserva Federal en 2018. Una de las principales ideas de Trump tiene que ver con la postura monetaria de Estados Unidos frente al mundo. Y esta postura es contraria a la política actual. En este sentido, Estados Unidos seguramente estará más que normalizando su política monetaria en los próximos años, algo que Trump venía prometiendo en su campaña. Dejar de regalar dinero al mundo.
El año 2017 será clave para México en lo económico. Parte del buen o mal desempeño se deberá a la efectividad que tenga el banco central para mitigar los efectos adversos del pánico financiero. La inflación está controlada, en buena medida, por la debilidad de la economía y las bajas presiones existentes por el lado de la demanda. Los riesgos para la economía mexicana serán mayores, pero estos vendrán fundamentalmente por el lado financiero, no tanto por las variables de la economía real.
El Banco de México tendrá un difícil trabajo en 2017 con riesgos exacerbados. Su accionar no estará limitado al aumento de las tasas de interés, sino que tendrá que vigilar al mercado cambiario y el riesgo inherente para el crecimiento económico. Quizá es tiempo de accionar el plan que han venido mencionando las autoridades monetarias de México. En este sentido, creemos que es tiempo de darle al Banco de México mayores facultades y un mandato más amplio e integral. Un triple mandato que puede resumirse en lo siguiente. Además de procurar la defensa del poder adquisitivo de la moneda, actuar para que la caída del peso no afecte las expectativas de consumo y de crecimiento. Finalmente, una vez controlada la inflación, establecer mecanismos para incentivar el crecimiento de la economía. 

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