Pasar al contenido principal

ES / EN

¿Radicalismo de closet o profecía autocumplida?
Vie, 22/09/2017 - 10:29

Farid Kahhat

Las buenas noticias que trae el fallido atentado a Times Square
Farid Kahhat

Peruano, doctor en Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada en la Universidad de Texas, Austin. Fue comentarista en temas internacionales de CNN en español, y actualmente es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP (Perú) y analista internacional.

Tanto durante la insurgencia en la Sierra Maestra como en los meses posteriores a su ingreso en La Habana en Enero de 1959, Fidel Castro declaró con claridad meridiana que la cubana no era una revolución comunista. A su vez, en 1998, Hugo Chávez declaró en entrevista con Jorge Ramos que el régimen cubano era una dictadura, y en entrevista con Jaime Baily que el movimiento bajo su dirección no era socialista.

Tiempo después Castro proclamaría que la cubana era una revolución marxista leninista, y que él sería comunista hasta el último de sus días. Chávez, por su parte, acuñaría la frase “Socialismo del Siglo Veintiuno” para definir la naturaleza del régimen que presidía. En ambos casos existe una respuesta obvia a la pregunta sobre qué ocurrió en el período que media entre una y otra declaración: ambos personajes ocultaron por consideraciones tácticas su verdadera identidad política, revelándola sólo cuando lograron consolidar su control del gobierno. Es decir, ambos mintieron en forma deliberada. Tal vez esa sea la respuesta correcta. Sólo quisiera sugerir que existe otra posible respuesta: que ambos se radicalizaron durante ese interregno como consecuencia de las circunstancias adversas que debieron enfrentar.

En el caso cubano existe una secuencia de eventos que podría explicar la radicalización del régimen. Tras las primeras expropiaciones de empresas estadounidenses, en 1960 los Estados Unidos responden con sanciones parciales contra la economía cubana, que luego se convertirían en un embargo comercial. En 1961 los Estados Unidos organizan la fallida invasión de Bahía de Cochinos, con el propósito de derrocar al régimen cubano. Ese parece haber sido un punto de inflexión crucial, dado que el cambio oficial en la naturaleza del régimen y la consolidación de una alianza con la Unión Soviética son posteriores a ese hecho. En 1962 se produce la crisis de los misiles en Cuba, y luego el respaldo del gobierno cubano a diversas insurgencias de izquierda es respondido por el gobierno estadounidense con un respaldo incondicional a dictaduras anticomunistas, así como con los múltiples intentos de la CIA por asesinar a Fidel Castro.

En el caso de Venezuela, no existe mayor duda sobre cuál fue la coyuntura crítica: la huelga de PDVSA (empresa de la que dependen la mayoría de las exportaciones de Venezuela), sucedida por el fallido golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002. La prueba de ello sería que virtualmente todas las acciones que buscan concentrar poderío político y económico en el gobierno central son posteriores a esos hechos. Por ejemplo, un artículo de Agosto pasado en el diario El País sostiene que la base industrial de Venezuela fue “arrasada por la larga campaña de expropiaciones y controles que empezó en 2003”. En 2003 aparecen también los primeros afiches proponiendo la permanencia de Chávez en la presidencia hasta el 2021. La Ley Orgánica que le permitió al chavismo copar el Tribunal Supremo de Justicia fue aprobada en Mayo de 2004. A su vez, según Human Rights Watch, las principales normas que restringen la libertad de expresión se adoptan desde fines de 2004.

Recordemos que en Venezuela algunos críticos prominentes del autoritarismo y la represión bajo Maduro, respaldaron el fallido golpe de Estado contra Chávez (V., María Corina Machado o Leopoldo López) o fueron gobierno durante la represión del “Caracazo” (V., el partido Acción Democrática).

Países
Autores