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BRIC: cómo contribuir al crecimiento de los países de bajo ingreso
Vie, 13/05/2011 - 16:14

Dominique Desruelle y Catherine Pattillo

Dominique Desruelle y Catherine Pattillo
Dominique Desruelle y Catherine Pattillo

Dominique Desruelle es Director Adjunto del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI. Desde su incorporación al FMI en 1993, ha trabajado con países de la antigua Unión Soviética, África y América Central, donde fue jefe de misión para Costa Rica y El Salvador. En paralelo, Catherine Pattillo es Asesora y Jefa de la Unidad de Estrategias para Países de Bajo Ingreso del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI. Previamente, ocupó un cargo en la Universidad de Oxford y, dentro del FMI, trabajó en el Departamento de Estudios, dedicada a países de África y el Caribe, donde fue jefa de misión para Granada y San Vicente y las Granadinas.

El grupo denominado BRIC -Brasil, Rusia, India y China- podría alterar decisivamente la manera en que los países de bajo ingreso construyen su futuro económico.

Gracias a su creciente alcance económico y financiero, el BRIC se ha transformado en una nueva fuente de crecimiento para los países de bajo ingreso.

Los lazos entre los países de bajo ingreso y el BRIC -sobre todo en el ámbito del comercio internacional, la inversión y el financiamiento para el desarrollo- se han multiplicado durante la última década. Y la relación podría adquirir aún más relevancia tras la crisis financiera mundial: el crecimiento más vigoroso del BRIC y su demanda de las exportaciones de los países de bajo ingreso constituye una protección frente a la demanda anémica de la mayoría de las economías avanzadas.

Las ventajas que pueden ofrecer los lazos entre los países de bajo ingreso y el BRIC son enormes. Pero también lo son los desafíos y los riesgos que es necesario mantener bajo control para que la relación entre los países de bajo ingreso y el BRIC respalde un crecimiento duradero y equilibrado en dichos países. Activar las nuevas fuentes de crecimiento y financiamiento de la inversión -sobre todo teniendo en cuenta las gigantescas necesidades de inversión de los países de bajo ingreso- plantea una multitud de cuestiones, entre ellas:

*Cómo financiar la inversión sin asumir una deuda excesiva.

*Cómo atraer la inversión sin sacrificar demasiados ingresos fiscales debido a incentivos tributarios costosos.

*Cómo evitar la dependencia de recursos a largo plazo. 

La mayoría de estos desafíos y riesgos no son nuevos, pero merecen renovada atención. Eso llevó al FMI a debatir estos temas en una reciente mesa redonda que contó con la participación de autoridades de países de bajo ingreso y del BRIC, así como especialistas en el desarrollo.

No cabe duda de que los lazos más estrechos han impulsado la exportación y ayudado a estimular el crecimiento de los países de bajo ingreso, al tiempo que contribuyeron a su capacidad de resistencia durante la crisis económica internacional. Pero lo que importará a más largo plazo es que el BRIC sea una fuerza positiva que imprima más dinamismo y productividad a los países de bajo ingreso, a través de un cambio estructural que, por ejemplo, permita a la manufactura con un uso intensivo de la mano de obra reemplazar a la agricultura.

Quizás aún no esté del todo claro en qué medida el BRIC podría servir de base para un crecimiento duradero de los países de bajo ingreso. Pero la mesa redonda puso en evidencia seis factores fundamentales que ayudarán a estos países a preparar el terreno para beneficiarse de esta importante relación.

*Los actuales lazos que los unen al BRIC pueden crear el riesgo de que los países de bajo ingreso adquieran una dependencia excesiva de las materias primas, pero estos países pueden aprender del éxito del BRIC.

Por un lado, la competitividad manufacturera de India y China y su fuerte demanda de recursos naturales puede hacer subir el precio relativo de las materias primas, restándoles incentivos a los países de bajo ingreso para adentrarse en el terreno de las manufacturas.

Al mismo tiempo, Brasil y Rusia (al igual que economías avanzadas como Australia y Canadá) se han beneficiado de los recursos naturales como elemento central del crecimiento.

*Impulsar la producción manufacturera es decisivo para estimular el crecimiento. También en este ámbito existen opiniones encontradas sobre si el financiamiento para el desarrollo brindado por el BRIC ha contribuido a la transferencia de tecnologías y al perfeccionamiento de las aptitudes laborales, sobre todo en el ámbito de la manufactura. Un otorgamiento más amplio de preferencias comerciales (más allá del terreno de las materias primas) podría ayudar a que la relación sea mutuamente beneficiosa y desbarrancar la idea de que el BRIC simplemente esté “saqueando” los recursos naturales de los países de bajo ingreso.

*El financiamiento concesionario puede ser un buen factor de arranque, pero el financiamiento comercial será vital para un crecimiento sostenido. El financiamiento para el desarrollo suministrado por el BRIC complementa el respaldo tradicional de los donantes, pero también puede tener importantes efectos secundarios. La experiencia de China apunta a dos ventajas posibles: el financiamiento para el desarrollo con orientación comercial está menos limitado por el volumen de los flujos, y -al asegurar que los proyectos conservan la viabilidad- ofrece incentivos para la competencia, la eficiencia y la participación permanente.

*Los países de bajo ingreso pueden aprender del BRIC a mantener un equilibrio entre estos variados desafíos. Los países necesitan una estrategia coherente para ampliar la infraestructura y el desarrollo de manera que se pueda aprovechar al máximo el potencial de crecimiento. China, por ejemplo, ha tenido un tremendo éxito en la planificación coherente de la inversión, evaluando constantemente las deficiencias de infraestructura y reorientando los recursos.

*Las instituciones y los donantes multilaterales pueden ser un importante complemento de la relación entre los países de bajo ingreso y el BRIC a través de análisis y asesoramiento en materia de políticas para respaldar la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad de la deuda, así como el fortalecimiento de las capacidades y la promoción de mejoras en el entorno de inversión que afiancen la capacidad de absorción de los países de bajo ingreso.

*Se necesita más transparencia en el financiamiento proporcionado por el BRIC, sobre todo el destinado al desarrollo. Quizá la deficiencia más grande sea la falta de datos oficiales sobre el financiamiento para el desarrollo otorgado por China, y sería útil que China publicara ese dato.

Aunque es difícil dejar debidamente reflejado lo fructífera que resultó la mesa redonda, esperamos que enriquezca el diálogo sobre lo que pueden hacer los países de bajo ingreso, particularmente fortaleciendo sus relaciones con el BRIC, para realzar el volumen y la calidad de la inversión -así como su financiamiento- de manera sostenible.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Diálogo a Fondo del FMI.