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Unificación ventajosa
Jue, 13/01/2011 - 08:48

John C. Edmunds

Milagro brasileño de doble filo
John C. Edmunds

John C. Edmunds es doctor en Administración de Empresas de la Universidad de Harvard, profesor de Finanzas de Babson College en Boston y coautor de Wealth by Association.

Las bolsas de valores de Chile, Colombia y Perú ahora están unificadas. Una persona con una cuenta en una corredora ubicada en alguno de los tres países puede comprar acciones listadas en las bolsas de los otros dos. Aquellos que nunca han intentado abrir una cuenta de este tipo en otro país no se imaginan la cantidad de detalles técnicos que hay que solucionar. Y los que no han percibido lo que pueden aportar los mercados de capitales plenamente operativos podrían subestimar el impulso y la energía que la unificación infundirá en las economías de estos tres países.

Una manera de mostrar que esta unificación fue algo difícil de lograr es el hecho que, casi una década atrás, hubo un intento por vincular los mercados bursátiles de Costa Rica, El Salvador y Panamá. El intento falló, y estos mercados aún son pequeños en relación a las economías nacionales donde operan. En la lista de la bolsa panameña hay bonos y acciones equivalentes a un 15% del PIB, y las otras dos bolsas centroamericanas son aún más pequeñas. En contraste, en la bolsa chilena se transan títulos por un total equivalente a un 140% del PIB, mientras que los porcentajes de las bolsas de Colombia y Perú están en alrededor de un 36% y un 23%, respectivamente.

La motivación principal para la unificación es crear un mercado lo suficientemente grande como para llamar la atención de inversionistas profesionales de carácter internacional. A estos expertos de mirada aguda (y con hambre de resultados) les ha ido muy bien con sus inversiones en acciones brasileñas, al punto que están evaluando el resto del continente latinoamericano por si hay otros mercados bursátiles donde puedan invertir.

Otra motivación ha sido seguir los pasos de Brasil, que ha aprendido rápidamente el juego de la bolsa, y ha aprendido tan bien que sus bolsas han opacado a todas las demás de la región.

La amenaza brasileña no es sólo la creciente magnitud de su capitalización bursátil. El crecimiento de la bolsa brasileña tardó años en producirse, y rápidamente está alcanzando el tamaño de su economía subyacente, dotada de enormes recursos naturales. Hasta el momento las compañías brasileñas no han utilizado su mayor acceso al capital para comprar otras compañías latinoamericanas. La amenaza más seria es que Brasil está haciendo un mejor trabajo financiando la creación de nuevas empresas, durante todas las etapas del proceso hasta culminar con la oferta pública inicial de acciones.

Los datos a septiembre de 2010 muestran que las compañías brasileñas recaudaron más recursos mediante aperturas bursátiles que las empresas estadounidenses, y están virtualmente empatadas con las chinas. Por cierto, parte de estos totales corresponde a emisiones primarias o secundarias de grandes monstruos estatales, pero aun excluyendo estos negocios de alto perfil, todavía se observa una brecha impresionante entre los montos recaudados en Brasil en comparación con Chile, Colombia y Perú.

Pero el motivo más imperioso en el largo plazo para la unificación es que Colombia y Perú tienen muchas empresas ricas en activos y que no están en la bolsa. La unificación abre la posibilidad de que estas compañías puedan hacer emisiones primarias. Si hay suficientes emisiones en Perú y Colombia, al punto de alcanzar el mismo nivel de capitalización que Chile, el valor combinado de las acciones listadas en sus respectivos mercados bursátiles subiría a unos US$ 450.000 millones, un monto superior al PIB combinado de ambos países.

A Chile también le conviene la integración. Aumenta el mercado para sus acciones y bonos, al costo de proporcionarles un paraguas de prudencia y credibilidad a los mercados de Perú y Colombia. También obtiene un mercado mucho más amplio para sus emisiones primarias, que lo necesita, debido a que la demanda interna ha sido esporádica y anémica. El sector de servicios financieros en Chile ha sido muy exitoso en muchos aspectos, pero ha sido tan adverso al riesgo que subvalora y ofrece poco financiamiento a las compañías locales de alto crecimiento.

Al menos la unificación inyectará capital a muchas compañías en los tres países, y el efecto podría ser mayor que lo esperado por muchos analistas.

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