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Banco Mundial proyecta un crecimiento de 1,6% del PIB de Latinoamérica este 2024
Miércoles, Abril 10, 2024 - 14:00
Fuente: Reuters

Para 2025 y 2026 el organismo espera un crecimiento 2,7% y 2,6%, respectivamente, siendo estas tasas las más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo.

Este miércoles el Banco Mundial pronosticó que el PIB regional se expandirá un 1,6% en 2024. Para 2024 y 2025 se espera un crecimiento 2,7% y 2,6%, respectivamente. Según el organismo internacional, estas tasas son las más bajas en comparación con todas las demás regiones del mundo y son insuficientes para impulsar la prosperidad. "Con las transferencias sociales en declive y los salarios aún no recuperados a las cifras previas a la pandemia, muchos hogares están bajo presión", dijo en un comunicado.

Por países, según el reporte del Banco Mundial, al cierre de 2024 estos serían los niveles de crecimiento: Paraguay (3,8%), Uruguay (3,2%), Perú (2,7%), Chile (2%), Brasil (1,7%), Bolivia (1,4%), Colombia (1,3%) y Ecuador (0,7%). En el caso de Argentina, empeoró su proyección que a inicios de año apuntaba una mejora del PIB de 2,7% y que ahora estima una contracción de 2,8%.

En ese sentido, un informe reciente del Banco Mundial reconoce que si bien América Latina y el Caribe (ALC) ha avanzado significativamente en la estabilización económica en las últimas décadas, el crecimiento se ha estancado, socavando el progreso y es necesaria una acción urgente para revertir el rumbo. En un nuevo informe, "¿La Competencia: ¿El Ingrediente Faltante para el Crecimiento?", el Banco Mundial destaca áreas potenciales de acción, enfatizando que aprovechar las políticas e instituciones de competencia es clave para cualquier estrategia de crecimiento impactante.

"El persistente bajo crecimiento no es solo una estadística económica, es una barrera para el desarrollo. Se traduce en servicios públicos reducidos, menos oportunidades laborales, salarios deprimidos y mayor pobreza y desigualdad. Cuando las economías se estancan, el potencial de su gente se ve limitado. Debemos actuar con decisión para ayudar a América Latina y el Caribe a romper este ciclo", dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Los factores que impulsan estas cifras de crecimiento incluyen bajos niveles de inversión y consumo doméstico, tasas de interés elevadas y altos déficits fiscales, precios de productos básicos en declive e incertidumbre en las perspectivas de importantes socios como los EE. UU., China, Europa y otros países del G7. Un escenario global adverso, marcado por tensiones geopolíticas, interrupciones de los envíos a través del Canal de Suez y el fenómeno de El Niño, podría disminuir aún más las perspectivas.

Un punto clave en la región ha sido la gestión de la inflación, reflejando décadas de sólidas reformas macroeconómicas. La inflación regional, excluyendo a Argentina y Venezuela, se sitúa en el 3,5%, en comparación con el 5,7% en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).

En la mayor parte de la región, las expectativas inflacionarias permanecen ancladas y se espera que se alcancen los objetivos de los bancos centrales en 2024. Para capitalizar este progreso y reavivar las economías, ALC debe abordar desafíos de larga data. Las reformas en infraestructura, educación y comercio son críticas para mejorar su productividad e integración global.

"A medida que el impacto de la pandemia disminuye, las tasas de crecimiento de ALC reflejan las de la década de 2010. Esto muestra que la región no ha abordado obstáculos persistentes que bloquean su potencial, incluidos bajos niveles de educación, infraestructura deficiente y altos costos de inversión, que también alimentan el descontento social", dijo William Maloney, Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

"Una agenda que impulse el crecimiento es aquella que aborda seriamente estas brechas. De lo contrario, la región permanecerá estancada y no podrá atraer inversiones ni aprovechar nuevas oportunidades, como la relocalización o la economía baja en carbono. Mejorar los sistemas de competencia debería ser parte de estas estrategias, lo que conducirá a mejoras para los consumidores y las empresas", enfatizó.

Autores

AméricaEconomía.com