De acuerdo con las proyecciones macroeconómicas de Citi, los únicos países que acelerarán su crecimiento este año son Colombia, Chile y Perú.
En 2024, la economía de América Latina, al igual que las del resto de regiones del mundo, se desacelerará a 1,4% antes de rebotar en 2025 a tasas de crecimiento ligeramente superiores al 2%, afirmó Ernesto Revilla, economista jefe de Citi para América Latina, durante el evento de proyecciones macroeconómicas al primer trimestre de este año.
“A pesar de las altas tasas de interés en Estados Unidos y de la desaceleración de China, [América Latina] ha tenido un buen comportamiento, y eso se debe en una parte importante a que los precios de las materias primas de los commodities se han mantenido en un nivel que le da soporte a las economías de los países en la región”, explicó.
Revilla identifica que en 2024 los países que se van a desacelerar son aquellos que crecieron más en 2023, es decir, Panamá (7%), Costa Rica (5,1%), Brasil (2,9%), Ecuador (2,4%) y México (3,2%), porque van a “moderar su crecimiento”. Mientras que Colombia (0,3%), Chile (0,2%), y Perú (-0,55%), aquellos que crecieron menos ese mismo año, van a “acelerar”. Esto debido a que están adoptando medidas políticas y económicas que favorecen un entorno propicio para el crecimiento, como los recortes graduales en las tasas de interés
“Hay algunos elementos en común en la región andina [inflación y ruido político], pero también hay asteriscos en diferentes países”, señaló Esteban Tamayo, economista principal de Citi para Colombia, Perú, Centroamérica y Caribe.
Por su lado, Perú ha destacado por su proceso de recuperación económica, proyectando un crecimiento del 2,4% para el año 2024, según datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Este impulso se atribuye en gran parte al sector del cobre, cuyas perspectivas favorables han generado optimismo en los mercados internacionales. Sin embargo, explica Tamayo, la incertidumbre política interna, especialmente en torno a debates sobre vacancia presidencial y reformas constitucionales, ha sembrado dudas sobre la estabilidad a largo plazo.
En Colombia, las decisiones de política monetaria han estado en el centro de atención, con recortes graduales en las tasas de interés que buscan estimular la actividad económica y controlar la inflación. El Banco de la República de Colombia (Banrep) ha reducido las tasas en 25 puntos básicos, llevándolas a un 8,5% con perspectivas de llegar a un 8% para fin de año. Sin embargo, la cautela persiste entre los miembros del banco central, que enfrentan presiones tanto internas como externas, incluyendo la volatilidad de los precios del petróleo y las expectativas de la Reserva Federal de Estados Unidos.
A ello se le suman las discusiones sobre reformas laborales y de salud, pues han generado controversia y polarización en la esfera política nacional, agrega Tamayo.
Mientras tanto, continúa el economista, México enfrenta desafíos similares en materia económica, con un enfoque en la estabilidad de precios y el crecimiento sostenible. El Banco de México (Banxico) ha adoptado una postura de recortes graduales en las tasas de interés, reduciéndolas a un 5,5% con expectativas de llegar al 5% para fin de año. La persistencia de presiones inflacionarias y la incertidumbre política interna plantean obstáculos en el camino hacia la recuperación.
“La economía global y la economía regional todavía se están comportando de una manera anormal comparado con los ciclos económicos anteriores [pre pandemia], por lo que todavía podrían darnos sorpresas tanto más positivas como negativas”, advierte Ernesto Revilla.