El ministro de Economía argentina viajó junto a una delegación de funcionarios y diputados con el fin de consolidar acuerdos que permitan ampliar el uso de los yuanes provistos por el swap para el intercambio comercial con el gigante asiático y con Brasil.
El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, busca, en la visita de una semana que inició este domingo por la noche a Shanghái y Beijing, la ampliación del acuerdo para usar yuanes en el comercio bilateral y un mayor desarrollo energético y vincular la capacidad que tendrá el país sudameriacano para pagar deudas con sus exportaciones.
Beijing entiende que Argentina está próxima a pasar de una matriz de comercio exterior focalizada casi exclusivamente en su agroindustria a incrementar y diversificar sus exportaciones con Vaca Muerta y el avance del gasoducto Néstor Kirchner.
Esa es la previsión del Palacio de Hacienda para un viaje con implicancias políticas locales e internacionales y en el que Argentina además buscará convencer al bloque de los BRICS sobre ese potencial exportador, que en el próximo bienio tendrá un incremento con el polo hidro-carburífero y el litio como actividades generadoras de divisas.
Así, Argentina que buscará aliviar sus reservas con la habilitación de más fondos del 'swap' (acuerdo monetario entre Bancos Centrales) y que pretende recibir una inyección de fondos del banco de los BRICS es un país que podría pagar sus deudas a partir de un porcentaje de las ventas al exterior.
Esa alternativa es la que propuso la vicepresidenta Cristina Kirchner en su reciente discurso del 25 de mayo, tras insistir una vez más sobre la imposibilidad de cumplir, con el cronograma de vencimientos del programa con el FMI en su versión actual.
Con estas perspectivas, la llegada de más inversiones del gigante asiático en minería y explotación petrolera asoma como una de las prioridades de la agenda inicial de la gira, que se concentrará en los primeros tres días en Shanghái.
Massa mantendrá en esa ciudad un raid de reuniones con directivos de empresas estatales y privadas especializadas en el rubro energético para analizar proyectos que abarcan desde el interés por el yacimiento de litio del salar Cauchari, en el departamento jujeño de Susques, hasta la ampliación del transporte de electricidad.
A modo de premisa general para todo el viaje, Massa buscará convencer a sus interlocutores -tanto de China como del resto de los BRICS- sobre la actualidad de una máxima que él suele repetir en sus negociaciones y que quedó asociada al Néstor Kirchner de los primeros tiempos: "Los muertos no pagan sus deudas".
Otro tema clave de los tres primeros días será el repaso del estado de ejecución de las obras en las represas del río Santa Cruz, para lo cual se reunirá -junto con su equipo de colaboradores- con las autoridades de China Gezhouba Group Corporation (CGGC), a cargo de los trabajos en la mayor obra pública del país.
Antes de partir a Beijing, sin embargo, la expectativa mayor estará puesta en el resultado de la ronda de análisis de los BRICS para ver qué colaboración en materia crediticia puede aportarle al país el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), la entidad financiera del grupo de potencias emergentes.
Este punto implicará intercambios con sus pares de Economía de las naciones que integran el bloque y sobre todo con la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, designada al frente del NBD, y constituye un aspecto de la gira que en la coalición de Gobierno consideran crucial.
Las conversaciones con Rousseff y los demás ministros de Economía podrían tener derivaciones para la negociación que el propio Massa tiene abierta con el FMI a los fines de que la Argentina reciba un adelanto parcial o total del desembolso de US$ 10.000 solicitado para junio.
El diálogo con los BRICS en el que se espera que tallen fuerte el Brasil de Lula y la China de Xi, tendrá como gesto por parte de la Argentina un hecho no habitual: la presencia del titular del PJ bonaerense Máximo Kirchner, un dato político que busca simbolizar el respaldo a Massa en cada una de sus gestiones.
El diputado nacional e hijo de la vicepresidenta Cristina Fernández llegará a Shanghái y a Beijing en su primer salida al exterior desde 2015 y como parte de una comitiva integrada por los funcionarios de la cartera económica y otros de extrema confianza de Alberto Fernández, como el vicejefe de Gabinete Juan Manuel Olmos y el titular del BCRA, Miguel Pesce.
Junto a Máximo Kirchner, las presencias más de carácter político se completarán con la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, dirigente del FdT y del Frente Renovador y con una muy buena relación con el fundador de La Cámpora, más los legisladores Paula Penacca, también camporista, y Diego Sartori, del Frente para la Concordia de Misiones.
Otro allegado de Máximo Kirchner que estará en la delegación es el secretario administrativo de la Cámara baja, Rodrigo Rodríguez, integrante de La Cámpora y quien desde 2019 se convirtió -por su función en el Congreso- en un articulador político entre el kirchnerismo y el equipo del ministro de Economía.
La presencia parlamentaria en la comitiva, al igual que el tiempo compartido en los cinco días netos de agenda intensa en China, consolidarán relaciones y permitirán conocer en detalle y en el terreno las posibilidades que tiene el país de recibir un alivio financiero en el segundo semestre de 2023.
Pero, además, los prolongados viajes de ida y vuelta hacia Shanghai y Beijing aportarán un tiempo propicio para repasar las urgencias electorales: en casi 20 días, se sabe, vence el plazo para inscribir candidaturas.